Obama ve un auge preocupante de la violencia policial contra los negros en EEUU

Obama ve un auge preocupante de la violencia policial contra los negros en EEUU

El presidente de EEUU, Barack Obama, ha dicho este martes que las múltiples denuncias de violencia policial contra afroamericanos plantean preguntas preocupantes, y ha llamado al país a hacer un examen de conciencia no solo sobre la policía, sino sobre las causas de la pobreza y criminalidad entre los jóvenes.

"Hemos visto demasiadas instancias de lo que parecen ser policías interactuando con individuos, principalmente afroamericanos, a menudo pobres, de formas que plantean preguntas preocupantes", ha señalado en una conferencia de prensa después de reunirse con el primer ministro japonés, Shinzo Abe.

Obama ha recordado que, desde los disturbios en Ferguson (Misuri) por la muerte de un joven negro a manos de un policía blanco en agosto de 2014, la tensión ha crecido y ahora hay protestas en distintas comunidades del país una vez a la semana o cada dos semanas.

"Lo que yo diría es que esto ha sido una crisis que se ha desarrollado lentamente. Esto lleva sucediendo mucho tiempo. No es nuevo, y no deberíamos fingir que es nuevo (...). Lleva ocurriendo décadas", ha recordado el presidente estadounidense.

El mandatario se pronunció así después de condenar los disturbios del lunes por la noche en Baltimore (Maryland), que se saldaron con 15 policías heridos, 202 arrestos y 144 vehículos incendiados.

Ha explicado que se ha creado un grupo de trabajo para "reconstruir la confianza en la policía y trabajar con esas agencias de seguridad para que se cambien a sí mismas".

"TENEMOS QUE HACER UN EXAMEN DE CONCIENCIA"

"Pero no podemos dejar esto únicamente a la Policía. Creo que hay departamentos de policía tienen que hacer un examen de conciencia. Creo que hay algunas comunidades que tienen que hacer un examen de conciencia. Pero sobre todo creo que nosotros, como país, tenemos que hacer un examen de conciencia" ha sostenido.

"Sin excusar las actividades criminales en estas comunidades, si tenemos comunidades empobrecidas y despojadas de oportunidades, donde los niños nacen en la extrema pobreza, cuyos padres (...) no pueden cuidar de ellos, es más probable que esos jóvenes acaben en la cárcel o muertos a que vayan a la universidad", ha añadido. "En esas comunidades, no hay inversión y la industria de las drogas acaba siendo el principal empleador para mucha gente".

"Si creemos que en esos entornos bastará con enviar a la Policía a hacer el trabajo sucio de contener los problemas, sin decir, como nación y como sociedad, lo que podemos hacer para cambiar esas comunidades, para dar oportunidades a esos chicos, no vamos a resolver este problema", ha advertido el presidente.

Ha señalado que debe haber una verdadera seriedad a la hora de resolver el problema, que "el país debe pensar en lo que se puede hacer para proporcionar una educación temprana a los niños, reformar el sistema de justicia criminal para que no sea solo una tubería de la escuela a la prisión e invertir para que la gente encuentre trabajo".

RESOLVER EL PROBLEMA CON UNA MOVILIZACIÓN POLÍTICA

Ha defendido que buena parte de su agenda como presidente "marcaría una diferencia en este sentido", aunque ha admitido que el Congreso no parece dispuesto a hacer grandes inversiones en comunidades urbanas.

No obstante, ha dicho que el problema podría resolverse con "una movilización política en la que todo el mundo dijera que esto es importante, que es significativo y que no solo se presta atención a estas comunidades cuando hay disturbios o disparan a un joven, sino todo el tiempo".

En Baltimore se han desplegado muchos soldados de la Guardia Nacional después del motín del lunes por la muerte del joven. Han llegado miles de refuerzos policiales y militares para sofocar los disturbios, en los que fueron incendiados algunos automóviles y las tiendas fueron saqueadas.

El gobernador de Maryland, Larry Hogan, ha estado en la ciudad inspeccionando las barricadas de la Guardia Nacional y ha prometido asegurarse de que "lo que pasó la noche del lunes al martes en Baltimore, no volverá a suceder".