Óscar Fernández-Capetillo, en busca de bola extra para los enfermos de cáncer

Óscar Fernández-Capetillo, en busca de bola extra para los enfermos de cáncer

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Es un investigador diferente. No le importa publicar, sino descubrir. No tiene miedo al fracaso, porque sin él jamás se alcanza el éxito. Óscar Férnandez-Capetillo (Bilbao, 1974) es el único español que entró el pasado año en la lista '40 under 40' de la revista Cell, que seleccionaba a los 40 mejores investigadores del mundo que aún no habían llegado a la cuarentena. Quién se lo iba a decir cuando casi deja la investigación biomédica allá por 2001. Si no llega a ser por el empuje de su mujer, el mundo científico se hubiese perdido a una de las mentes más brillantes contra el cáncer.

Galardonado con premios como el Eppendorf, el EMBO Young Investigator o el ERC Starting Grant, entre otros, este doctor en bioquímica por la Universidad del País Vasco decidió hacer las maletas hace diez años para regresar de Estados Unidos, donde trabajaba para el Instituto Nacional del Cáncer, y liderar en Madrid el grupo de inestabilidad genómica del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). Fernández-Capetillo es el investigador de moda, uno de los llamados a proporcionarnos respuestas clave sobre el cáncer en la próxima década. No busca investigaciones concretas sobre determinados campos que le proporcionen éxito a corto plazo. Prefiere aparcar ese ego para dar el salto a lo desconocido y buscar explicaciones desde una perspectiva más completa. Es feliz investigando en libertad mientras ve crecer a sus cuatro hijos y los dos millones de subvención a su proyecto por parte de la UE le dan un plazo suficiente para explorar esos nuevos mundos. Se considera un afortunado (y a veces abrumado) por todo el apoyo que ha conseguido en los tiempos que corren, por lo que espera estar a la altura de lo que se espera de él. De momento, por intentarlo, no va a ser.

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Óscar, junto a sus cuatro hijos

¿Qué logro esperas conseguir en los próximos 10 años?

Diez años es mucho tiempo. De momento espero seguir aquí. A tan largo plazo espero haber contribuido con algo tangible en mejorar la esperanza de vida de los pacientes de algún tipo de cáncer. Por supuesto, también espero haber descubierto algo tan fantástico que ni siquiera anticipo.

¿Cuál fue el reto más grande que conseguiste en el último año?

Implementar un sistema que creo nos va a permitir descubrir los mecanismos por los cuales los tumores se vuelven resistentes a la quimioterapia con relativa rapidez.

¿Qué persona viva admiras más?

No soy especialmente iconoclasta. Admiro y reconozco más valores como la generosidad innata y el sentido del humor que el éxito profesional.

¿Qué consejo le darías a un joven que trata de decidir qué hacer con su vida?

Que, a no ser que su fe religiosa le haga creer en que tenemos bola extra, dedique su vida a algo que lo haga feliz.

¿A qué o a quién le está más agradecido?

A mi mujer, Matilde Murga, por tantas razones que sería injusto enumerar sólo unas pocas. Es una fuerza de la naturaleza como no conozco otra y que me ha empujado hacia delante cada vez que yo me he quedado atrás.

¿Dónde te gusta informarte?

Al margen de las nuevas tecnologías (Twitter, etc…), soy un enamorado de despertarme o acostarme con una radio debajo de la oreja. Mi patología más frecuente es la incrustación torácica de transistor.

Un asunto que te gustaría ver resuelto en los próximos diez años es...

Que hayamos prohibido la homeopatía y que la educación de nuestros hijos sea lo suficientemente sólida en temas científicos como para que no den crédito a idioteces del tipo de si las vacunas funcionan, si el azúcar es tóxico o si la evolución es sólo “una teoría más”. Es increíble que, en 2015, mi ambición sea que cosas tan elementales como estas necesiten otros 10 años para estar resueltas.

¿Qué es lo primero que haces cuando te levantas por la mañana?

Buscar a las criaturillas que ya anden despiertas por casa, abrazarles y darles un beso.

¿Qué haces para relajarte, recargar y mantener el equilibrio?

Desde hace tiempo, por desgracia, no demasiado. Ni recargo ni me relajo, aunque quiero creer que al menos sigo relativamente equilibrado. Cuando me resulta posible (en verano), mi mayor evasión es salir a pescar en una pequeña embarcación, lejos del ruido.

Termina esta oración: En el año 2025, haremos...

Tratamientos personalizados para la mayoría de los pacientes con cáncer.

¿Cuántas horas logras dormir a diario?

Alrededor de 5 o 6. No duermo demasiado, pero nunca lo he hecho. Es marca de la casa y parece que se la he transmitido a mis hijos. Si me despierto no puedo estar en la cama, necesito estar haciendo algo.

¿Qué es lo que más valoras?

El carácter constructivo. Aquellas personas que, cuando escuchan a alguien hablar de su trabajo, son un torrente de ideas para ayudarle a mejorarlo. Del mismo modo, aborrezco a los caracteres destructivos y a los ególatras. El narcisismo/egolatría no me transmite seguridad, sino falta de inteligencia. La gente realmente brillante tiene la suficiente visión panorámica como para darse cuenta de que la mayoría de de nosotros, plebeyos y reyes, ricos o pobres, seremos olvidados con la misma facilidad.