El artista de castillos de arena del que Escher se sentiría orgulloso (FOTOS)

El artista de castillos de arena del que Escher se sentiría orgulloso (FOTOS)

C. SEIBERT

Al construir un castillo de arena, muchas personas se centran en lo básico —un montículo, un foso, almenas y quizá una torre del homenaje—. El artista neoyorkino Calvin Seibert, sin embargo, piensa a lo grande.

Inspirado por las creaciones de Marcel Breuer y los diseños neofuturistas de Eero Saarinen, Seibert crea estructuras imposibles que se caracterizan por su geometría y sus patrones. Sus castillos casi son más piezas de museo que un entretenimiento de playa.

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Seibert los modela a mano, usando distintas palas de plexiglas hechas por él mismo, amontonando y recortando hasta que consigue definir los bordes. A sus 57 años, lleva cinco décadas trabajando en la arena, según dice, desde las pilas de arena de su niñez cuando viajaba a Colorado hasta sus obras de adulto en las playas de Nueva York, Hawaii, California o Texas.

"Supongo que lo que me llevó a jugar/trabajar con la arena es lo rápido que se puede conseguir cualquier forma", explicó a la edición estadounidense de The Huffington Post. "Puedo pasarme ocho o diez horas con un único castillo pero el resultado final, tanto en tamaño como en complejidad, no sería fácil de lograr en cualquier otro material para esculpir. Además, es gratis: no hay que desplazarse al almacén de madera o a la tienda de materiales artísticos", añadió.

Seibert describe la construcción de castillos como una prueba, teniendo a la naturaleza y al tiempo como enemigos. "Raramente empiezo con un plan, sólo una vaga noción para intentar algo diferente cada vez", dijo. "Una vez que empiezo y va tomando forma, comienzo a ver hacia dónde ir y, o bien sigo ese camino, o bien intento contradecirlo con algo inesperado".

En su mente, sus castillos son más una mezcla de ideas e influencias que otra cos: en parte casas costeras, en parte esculturas modernistas. Cuando sus mezclas tienen éxito, las define como ilimitadas e inacabadas. "Se convierten en máquinas orgánicas que pueden crecer y expandirse", apuntó. "Siempre estoy añadiendo un poquito más y, si el tiempo lo permitiera, no pararía".

Puedes ver más obras de Calvin Seibert en su página de Flickr.

Este artículo fue originalmente publicado en la edición estadounidense de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés.

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