Los ataques racistas se multiplican en Suecia ante la llegada de más refugiados

Los ataques racistas se multiplican en Suecia ante la llegada de más refugiados

EFE

"Quiero ir a Suecia", es junto con "quiero ir a Alemania", una de las frases más repetidas por los refugiados que tratan de salvar su vida en Europa. Y, sin embargo, el paraíso de paz y tolerancia que siempre ha sido el estado nórdico empieza a resquebrajarse. Los ataques racistas o xenófobos se suceden en el país, encendiendo las alarmas de las autoridades.

Según un gráfico difundido por la radio pública en lo que va de año se han contabilizado ya 21 ataques incendiarios a centros de refugiados o inmigrantes, repartidos por igual en todo el país, signo de que el mal de la desconfianza y el rechazo está extendido en todo el estado. En total, se han registrado casi una treintena de heridos de diversa consideración.

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Es un ejemplo de una naturaleza en pleno cambio ya que el que aún se considera el país más tolerante de Europa ha visto cómo en los seis últimos años los crímenes de odio contra la población negra se han incrementado en más de un 40%, según ha denunciado el Consejo Nacional de Prevención del Delito. La cifra ha ido en paralelo al acogimiento de más refugiados de origen subsahariano.

CON ESPADA Y BUSCANDO EXTRANJEROS

La última agresión de este tipo se produjo el pasado 22 de octubre en la localidad de Trollhättan, donde un hombre mató con una espada a un chico negro de 15 años y a un profesor monitor de origen árabe. Finalmente se supo que el atacante, abatido por la policía y muerto en el hospital, era seguidor de grupos neonazis y había ido seleccionando a sus víctimas por el color de su piel mientras caminaba por el recinto escolar.

Este hombre también había firmado uno de los documentos más siniestros de historia reciente de Suecia: el que pide un referéndum para poner fin a la llegada de refugiados al país. El texto, que cuenta con dos decenas de miles de apoyos en un país que no llega a los nueve millones de habitantes, ha sido promovido por los llamados Demócratas Suecos, un partido nacionalista de ultraderecha muy laxo con las agresiones.

El propio Gobierno ha tenido que acordar con la oposición medidas restrictivas ante la llegada de foráneos, ya que las cifras de refugiados se han duplicado en lo que va de año, llegando a los 160.000. Human Right Watch ha destacado que, aunque la situación es notablemente mejor que en otros países occidentales, se aprecia un "sentimiento anti-inmigrante" que gana terreno, especialmente entre los jóvenes suecos.

Una amenaza más en el tortuoso camino de quien huye de la guerra y la persecución.

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