Maleta para la nieve: todo lo que debes meter para no tener que alquilar (casi) nada

Maleta para la nieve: todo lo que debes meter para no tener que alquilar (casi) nada

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Hacer bien la maleta para irte a la nieve no es una cuestión de si me quedará mejor tal camisa con aquel pantalón, o de si llevo Eau de roses o Parfum de marguerite para la cena. Hacer bien la maleta para irte a la nieve es la diferencia entre pasar frío o calor. La delgada línea que va desde sentirte cómodo hasta maldecir cada cuarto de hora. La maleta del esquiador es importante. Siempre existe la opción de llevarse todo lo que se nos ocurra ("por si acaso"), pero el material para la nieve ocupa mucho, así que mejor planifica bien para no necesitar un camión de mudanzas.

Dado que los esquíes y bastones se pueden alquilar pero las botas ya es menos recomendable, un buen truco es gastarte el dinero en una buena bolsa para el calzado y utilizarla como bolsa de mano. Otra opción es comprarte una maleta de tipo cuerpo entero, pensada para todo el equipo. Con unas High Sierra te quedarás más tranquilo si hay que facturar en el aeropuerto.

LA REGLA TIV

Visto el continente, pasemos al contenido. Para todo aquello que vaya a interponerse entre tu cuerpo y la naturaleza, grábate a fuego la regla TIV: que sea Impermeable, Transpirable y que proteja contra el Viento. Nos lo acabamos de inventar, pero las reglas mnemotécnicas siempre funcionan.

Así, a la hora de montarte el primer equipo para la nieve, la relación calidad/precio manda. "Marcas blancas" tipo Decathlon nos visten en un pis pas, aunque siempre es preferente buscar firmas especializadas. El mercado ofrece nombres asequibles como Columbia, Salomón o Trango, y otras top como Haglofs o NorthFace. La decisión se debe tener en consonancia con la cuenta corriente.

Una vez adquirido lo básico, hay que centrarse en los otros imprescindibles: calcetines térmicos, que ya se sabe que los resfriados entran siempre por los pies; camiseta más térmica aún, para evitar llevar capas y capas bajo el abrigo; y frutos secos o barritas energéticas fácilmente localizables en algún bolsillo. La cantina suele quedar demasiado lejos como para que apetezca ir en mitad de una jornada de deportes de invierno.

A la hora del apreski, tampoco es cuestión de venirse arriba: la mayoría de restaurantes cercanos a las estaciones conocen bien a su clientela estándar, así que permiten entrar en vaqueros y jersey de leñador. ¡Ah!, y como quizá nieve demasiado ahí fuera como para salir por la noche y quieras hacer del sofá y el pijama tu plan, los juegos de mesa, cartas y demás pasatiempos de ayer y de hoy son siempre muy socorridos.

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