Viaje a los escenarios aragoneses de la película 'La novia'

Viaje a los escenarios aragoneses de la película 'La novia'

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Imaginarse un clásico de Federico García Lorca como Bodas de sangrefuera de contexto geográfico donde fue concebido no parecía fácil. Pero la directora de La novia, la zaragozana Paula Ortiz, tenía en mente algunos lugares que, por su fuerza y dramatismo, podían enlazar con el espíritu del poeta granadino.

La novia fue rodada durante el verano de 2014 en Aragón, salvo algunas escenas grabadas en la Capadocia (Turquía). Lo que sugerimos aquí es una ruta por algunos de los parajes aragoneses que inspiraron el rodaje de la intensa historia de amor lorquiana, como el desierto de Los Monegros o la comarca de Las Cinco Villas.

Los Monegros

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El paisaje estepario de esta comarca aragonesa es el resultado de una nutrida historia geológica con más de 25 millones de años. Curiosamente, lo que hoy es un desierto, en algún momento fue una zona escarpada y boscosa donde dominaban los pinos y las sabinas. Pero hoy lo que atrae más de aquí es su aspecto de tierra ignota, su interminable horizonte y una luz muy especial.

Todo eso lo reflejó el desaparecido Bigas Luna en la inolvidable Jamón, jamón, aunque Los Monegros, mucho antes, ya había sido escenario de spaghetti western como Cinco pistolas de Texas o de superproducciones como Salomón y la reina de Saba. También escritores universales como Gabriel García Márquez o George Orwell buscaron aquí algunas de sus historias. Pero, ¿qué hay que ver en Los Monegros?

  • Volvemos a Orwell, ya que el escritor británico luchó en el Frente de Aragón durante la Guerra Civil, experiencia que narró en su libro Homenaje a Cataluña. En la zona del Monte Irazo, los historiadores han recuperado aquellos escenarios bélicos en la llamada Ruta Orwell. Para llegar tenemos que coger la carretera A-129, desde Leciñena a Alcubierre. El recorrido es abierto, con carteles informativos y gratuito.

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  • Por la A-129 llegamos también a la Laguna de Sariñena, declarada Refugio de Fauna Silvestre y una de las diez lagunas más grandes de España. Su ubicación en el desierto hace aún más sorprendente la diversidad de un ecosistema dominado por su elevado número de aves. Dispone de Centro de Interpretación y miradores.

  • Desde Sariñena por la A-131 llegamos al municipio de Villanueva de Sigena, cuna del teólogo y científico del siglo XVI Miguel Servet. Se recomienda visitar su Casa Natal, un centro de interpretación de su vida y obra. A la salida del pueblo espera el Real Monasterio de Nuestra Señora de Sigena, del siglo XII y Monumento Nacional.

Las Cinco Villas

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Buena parte de La novia se desarrolla en un paraje llamado Las Torres del Bayo, a unos 12 kilómetros de Ejea de los Caballeros, la capital de la comarca de Las Cinco Villas, al norte de la provincia de Zaragoza. Las Torres del Bayo es un lugar solitario y con un punto desolador, ya que concentra en una pequeña porción de terreno las ruinas de un monasterio cisterciense, tres torres y una necrópolis. Lo que fue un importante poblado en el siglo XII quedó reducido a poco más que piedras en interminables batallas. Aún así, el conjunto, en su contexto, tiene gran encanto. Pero la comarca tiene otros puntos de mucho interés:

  • Las cinco villas que dan nombre a la comarca son Tauste, Ejea de los Caballeros, Sádaba, Uncastillo y Sos del Rey Católico, aunque hay más poblaciones que merece la pena visitar, como Biel, Sádaba (y su imponente castillo) o Luesia. En general, toda la zona es famosa por la pureza de su románico, aunque la sublimación de ese estilo tiene lugar en Uncastillo y Sos del Rey Católico, dos joyas imperdibles.

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  • No solo de románico vive el hombre, así que la escapada se puede completar con una visita al Pozo Pigalo, una enorme poza natural de aguas cristalinas a siete kilómetros de Luesia. Se trata de un lugar mágico de la sierra prepirenáica donde confluyen cascadas, pinares, hayedos y campos de cultivo, además de la presencia de aves rapaces. Por supuesto, si el tiempo lo permite o somos unos valientes, podemos darnos un chapuzón en esta piscina natural.

Un secreto: Los lugareños lo conocen de sobra, pero para un forastero no es fácil llegar hasta él. El Caserío, en Biel, es un restaurante de cocina tradicional elaborada con productos de la tierra, donde destacan los platos de caza (estofado de ciervo…), aunque te puedes encontrar otros como el rabo de toro, el ternasco o los garbanzos con cigalas. Está todo buenísimo y no es nada caro (20-25 euros).

Para soñar: Ejea de los Caballeros es un buen centro de operaciones para conocer la comarca, y además cuenta con un lugar muy especial para pasar la noche, el Hotel A’Corona del Reino. Ocupa un palacio del siglo XVI que ha sido restaurando conservando el sabor de la época. Como curiosidad, durante su restauración aparecieron restos de la antigua muralla y del que fue el palacio del rey Jaime II.

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