'Brexit': 5 cosas que tienes que saber para entender la posible salida de Reino Unido de la UE

'Brexit': 5 cosas que tienes que saber para entender la posible salida de Reino Unido de la UE

AFP

Desde hace meses no se habla de otra cosa en los pasillos de las instituciones europeas y ahora ha llegado la hora de la verdad. Este 23 de junio Reino Unido celebrará su tan temido referéndum en el que decidirá si quiere quedarse o marcharse de la UE.

Así las cosas, el 'Brexit' sigue marcando no sólo la agenda política, sino también las bolsas de medio mundo, en las que la incertidumbre de lo que pueda pasar está notándose desde hace semana.

Desde que el primer ministro británico, David Cameron, logró el acuerdo básico con Bruselas según el cual se satisfacían sus demandas, no ha parado en hacer campaña a favor del 'no' al 'brexit', pero las encuestas cada día están más apretadas y está claro que hay mucho en juego.

Es el término con el que se habla de la salida de Reino Unido de la UE, una posibilidad que podría pasar a ser real. De momento el proceso está en una fase muy inicial: Cameron está negociando con la UE para lograr un acuerdo que le permita hacer campaña a favor del 'no', con el que evitaría el abandono de UE, organización a la que Reino Unido pertenece desde 1973.

El siguiente paso sería el de convocar un referéndum para consultar a los británicos. Hasta ahora se hablaba de 2017, pero podría adelantarse a este mes de junio si finalmente hay acuerdo con sus socios comunitarios.

Lo primero que quería Cameron era que la UE atendiera y diera luz verde a sus demandas, que tienen cuatro puntos básicos. En el caso de no satisfacerse, amenazó con replantearse su postura sobre la salida o no de la UE. Se refería a la gobernanza económica, la competitividad, la soberanía y los beneficios sociales y la libre circulación. Finalmente consiguió lo que quería y ahora hace campaña por la permanencia.

Resumiendo lo que Cameron ha conseguido es que quede bien diferenciada la pertenencia a la UE y la pertenencia a la zona euro; de forma que puedan permanecer al margen de una mayor integración europea y restringir el acceso de los trabajadores comunitarios a las ayudas estatales durante al menos sus cuatro primeros años de residencia en suelo británico.

El primer ministro británico afirmó durante las negociaciones que conseguir esto no era una misión "imposible" antes de convocar el referéndum y aseguró también que la decisión que tome el pueblo británico el día que vaya a votar en el plebiscito será "final", sin posibilidades de otra renegociación y de convocar una segunda consulta.

Básicamente que Reino Unido se quede, pero sin chantajes, que es la sensación que muchos políticos han asegurado tener respecto a las negociaciones en curso. Sin ir más lejos el pasado martes el líder de Podemos, Pablo Iglesias, pidió al Gobierno de España en funciones que "no acepte" la propuesta de la UE para evitar la salida del Reino Unido del club comunitario ('Brexit') pues supondría "profundizar" en el "acta de defunción" de la Unión.

Por su parte, a principio de mes el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ha presentado el borrador de propuestas de reforma de la UE, que ha sido modificado posteriormente. En él se incluyen concesiones a las exigencias británicas relativas a gobernanza económica, competitividad, soberanía, beneficios sociales y libre circulación.

El borrador fue remitido por Tusk a los 28 a través de una carta con las bases para un acuerdo, al que ahora tienen que dar su visto bueno. Dicho acuerdo incluye un "mecanismo" que dé las garantías necesarias a los países que no pertenecen a la eurozona, pero sin que estos puedan vetar o retrasar decisiones urgentes ni poner en riesgo la consecución de los objetivos de la propia eurozona.

La propuesta de Tusk aclara además que las medidas de emergencia y de crisis para salvaguardar la estabilidad financiera de la eurozona no supondrán ninguna "responsabilidad presupuestaria" para los países que no tienen el euro o no participan en la Unión Bancaria, y si el presupuesto de la UE apoya los costes, se garantizará el "pleno reembolso".

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Martin Schulz (izq) y Jean Claude Juncker hablan sobre las relaciones con Reino Unido

La UE reconoce que el Reino Unido "no está comprometido con una mayor integración política dentro de la Unión", y subraya que el principio de subsidiariedad -que Bruselas intervenga cuando sea necesario y deje espacio en lo posible a los Estados miembro para actuar- se debe aplicar "lo más cerca posible del ciudadano".

Se ofrece también un "freno de emergencia" para limitar el acceso de los trabajadores comunitarios a las ayudas sociales. Las restricciones no serán retroactivas y solo se aplicarán por un máximo de cuatro años a trabajadores que entran en el mercado laboral, pero no está decidido aún durante cuánto tiempo el país podrá seguir aplicando el mecanismo para los trabajadores que vayan llegando, ni si será prolongable y por cuántos años. Este es el punto más polémico, ya que podría sentar precedentes peligrosos, de cara a que otros países de la UE exigieran algo similar.

En el caso de los países del Este, especialmente afectados, éstos quieren dejar claro que las medidas adoptadas por el Reino Unido no pueden servir de precedente para otros Estados miembros.

El primer ministro de Francia, Manuel Valls, ha respondido a esta pregunta antes de que empiece la cumbre: espera que se alcance un acuerdo que permita la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea (UE) porque su salida tendría "consecuencias difíciles de imaginar".

"Así lo creemos y lo esperamos, porque la salida de Gran Bretaña significaría una conmoción con consecuencias difíciles de imaginar para Europa", ha declarado Valls. Según el jefe del Gobierno francés, el abandono de la UE por parte del Reino Unido supondría un "impacto para Europa, pero sobre todo para la mirada que el mundo lanzaría sobre Europa, que conoce así una crisis".

De esta forma Valls ha puesto palabras a una evidencia: la de que un actor tan importante como Reino Unido, con peso en la economía y comercio, con influencia sociopolítica, diplomática, cultural, dejaría un hueco difícil de compensar en la UE. A esto hay que sumarle que una salida también podría incidir en una pérdida de confianza respecto a la inversión foránea.

Tampoco están muy claros cuáles serían los efectos de un reajuste de las políticas comerciales y el tránsito de personas, ahora que Europa afronta una crisis de refugiados que ha puesto en jaque sus políticas.

El apoyo de los británicos al "brexit", la salida del Reino Unido de la UE, ha aumentado y alcanza el 45%, según una encuesta divulgada el pasado 5 de febrero.

El sondeo, hecho por la firma YouGov para el diario The Times, señala que los consultados no parecen haber quedados satisfechos con el borrador de reformas de la UE negociado por el primer ministro británico, David Cameron, antes de convocar el referéndum sobre la permanencia o salida de su país de la Unión.

La consulta, hecha entre el 3 y el 4 de febrero, indica que el respaldo a la salida aumentó tres puntos -hasta el 45%-, frente a otra realizada la semana pasada, mientras que la brecha entre el sí y el no pasó de cuatro puntos la semana pasada a nueve.

El 36% de los consultados ha manifestado su apoyo a permanecer en la UE, una caída de dos puntos frente al sondeo de la semana pasada, según YouGov, que no precisa el número de encuestados.

De acuerdo con esa firma, la mayoría ha admitido que las propuestas de reformas contenidas en el borrador de acuerdo son insuficientes.

La encuesta se hizo después de que el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, divulgase esta semana en Bruselas el texto para que sea aprobado por los otros 27 miembros de la Unión de cara a la cumbre de este jueves y viernes.