Guerra en la gasolineras: ¿el fin de las estaciones de servicio 'low cost'?

Guerra en la gasolineras: ¿el fin de las estaciones de servicio 'low cost'?

El ‘sírvase usted mismo’ llegó hace unos años a las gasolineras y se extendió con rapidez por toda España. El funcionamiento era sencillo: el conductor llegaba a la estación de servicio, en la que no había nadie, repostaba él mismo, pagaba en unas máquinas y seguía su ruta. A cambio de hacerlo todo, el usuario conseguía una sustanciosa ventaja: gasolina unos diez céntimos el litro más barata que en otros establecimientos. Pero el ‘boom’ de las ‘gasolineras fantasma’, desatendidas o low cost -se calcula que hay unas 800 en España, algo más del 5% del total- puede estar acabando.

Varias comunidades autónomas -entre ellas Andalucía, Navarra y Castilla-La Mancha- han comenzado a legislar contra este modelo, que fue espoleado por el Gobierno central en 2013, cuando aprobó una ley que abría la posibilidad a que la estaciones de servicio funcionasen por procedimientos automáticos. Ahora es la comunidad de Madrid la que también prepara una norma que obligará a que en este tipo de establecimientos haya siempre una persona responsable debidamente formada.

Un requisito que demandan desde hace tiempo sindicatos, organizaciones de consumidores y empresarios de las gasolineras. Afirman que las low cost suponen un peligro porque no hay nadie que supervise la manipulación de la gasolina, eliminan puestos de trabajo, no son accesibles para los minusválidos y hacen imposible cualquier reclamación porque no hay nadie en el lugar.

"VENDEMOS PRODUCTOS DE ALTA EXPLOSIVIDAD"

“Es que en una gasolinera no vendemos chucherías ni pizzas, sino productos de alta explosividad”, argumenta Antonio Onieva, portavoz de la Asociación de Empresarios de Estaciones de Servicio de Madrid, quien subraya la importancia de que siempre haya algún responsable en el establecimiento porque, “aunque no es muy frecuente, suelen ocurrir accidentes de muy diferentes tipos”.

"Aunque no es muy frecuente, suelen ocurrir accidentes de muy diferentes tipos"

Pone como ejemplo lo que asegura que pasó hace unas semanas en una gasolinera de Arganda del Rey, en Madrid. “El conductor llevaba un chaleco reflectante. Debió de rozarlo con la chapa del coche y se produjo una chispa que provocó una explosión que le tiró para atrás y tuvo quemaduras de primer y segundo grado en cara y brazos”, afirma.

Mario Arnaldo, presidente de Automovilistas Europeos Asociados, también aboga por que haya un responsable en las estaciones de servicio porque en cualquier momento “puede haber dificultades”, desde un error en la tarjeta de crédito a que no funcione un surtidor.

"VENDEMOS PRODUCTOS DE ALTA EXPLOSIVIDAD"

En este sentido, subraya que otra cosa son aquellas gasolineras en las que el conductor echa él mismo la gasolina pero hay un responsable que le cobra, ya que este modelo “está muy extendido y los conductores están muy acostumbrados”. La situación intermedia entre ambas son aquellas estaciones de servicio en las que hay un responsable durante el día pero que son automáticas por la noche.

"Los gobiernos están cediendo a las presiones de los gasolineros tradicionales, que tratan de continuar con su monopolio"

Una de las empresas más perjudicadas por las nuevas leyes autonómicas es Petroprix, que tiene 30 gasolineras automáticas en toda España, ocho de ellas en Madrid, y tiene planes de construir otras 40. Su director general, Manuel Santiago, explica a El Huffington Post que las leyes que van en contra de las estaciones de servicio low cost son fruto de las influencias de lo que denomina “lobby’ de las gasolineras”, que “está intentando evitar la competencia”. “Los gobiernos están cediendo a las presiones de los gasolineros tradicionales, que tratan de continuar con su monopolio y nos obligan a batallar”, denuncia.

En su opinión, los argumentos que utiliza ese grupo son falsos. Por ejemplo, subraya que la pérdida de empleos que denuncian “ya ocurrió en el sector cuando decidieron que la gente repostara ella misma y dejaron una sola persona atendiendo a la tienda”. También niega que la seguridad en estas gasolineras sea menor porque tienen “sistemas de vigilancia y contra incendios automáticos que las demás no tienen”. “Incorporamos sistemas que eliminan ese riesgo que se supone que es mayor”, explica.

"¿SON INSEGURAS LA MITAD DE LAS GASOLINERAS DE DINAMARCA?"

Santiago dice que no entiende por qué se legisla en contra de las low cost mientras los políticos repiten que el espejo donde debemos mirarnos es Dinamarca, un país que tiene “más de 1.000” establecimientos de este tipo, que también son muy frecuentes en otros países como Suiza, Holanda o Francia. “¿Son inseguras la mitad de las gasolineras de Dinamarca? Nuestro código de seguridad es más estricto que el de ellos”, zanja.

"Esas gasolinas no están aditivadas. Funcionan sin problemas, pero cumplen sólo las especificaciones mínimas"

Este tipo de establecimientos aseguran que pueden ofrecer la gasolina más barata porque ahorran en personal y en suelo, puesto que en ellas no hay tiendas y, en muchas ocasiones, tampoco baños. Los gasolineros tradicionales dan, en cambio, otra razón: que la calidad del combustible es menor. “Los operadores nos dicen que esas gasolinas no están aditivadas. Funcionan sin problemas, pero cumplen sólo las especificaciones mínimas. El resto suelen tener las máximas”, afirma rotundo Antonio Onieva.

Para Manuel Santiago, de Petroprix, ese argumento es completamente falso. “Nuestro camión carga en el mismo sitio que el de una gran petrolera. Y esa gasolina tiene unos aditivos estándar”, zanja mientras afirma que no hay ningún “dato objetivo” que demuestre que los otros combustibles sean más limpios, mejores o permitan a los coches recorrer más kilómetros.

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"ESTO VA A ACABAR EN LA VÍA JUDICIAL"

“Ellos saben que tienen un punto débil porque la gente viene a nuestras gasolineras. En España hay unos 150.000 clientes de las low cost porque son más baratas, tenemos tecnología, son muy cómodas y muy rápidas. Puedes pagar hasta con la matrícula, porque te la lee y te manda la factura automáticamente”, dice Santiago, que dice que esta es una batalla de David contra Goliat y anuncia una dura “batalla legislativa”: “Esto va a acabar en la vía judicial porque vamos a decir que esas leyes autonómicas no son aplicables”.

"¿Manipular manzanas en una gasolinera es algo razonable? Pues a lo mejor no es el entorno”

De momento, la batalla es de declaraciones y Santiago se defiende con un ataque. Recuerda que cuando en las gasolineras se comenzó a vender pan, “los panaderos no les obligaban a cerrar las tiendas”. “Y cuando se han puesto a vender café, las cafeterías de al lado no han dicho que era competencia desleal. También venden manzanas. ¿Y manipular manzanas en una gasolinera es algo razonable? Pues a lo mejor no es el entorno”, deja caer.

Mientras, la OCU se desmarca del resto de organizaciones de consumidores y asegura que prohibir las llamadas ‘gasolineras fantasma’ “no es la prioridad” porque es ir en contra de Europa y de la competencia, puesto que “diferentes tipos de establecimientos enriquecen cualquier sector, también este”. “El consumidor puede o no ir. Lo que sí que tendría que hacer la Administración es obligar a que se informe antes de desviarse de una carretera qué tipo de gasolinera se va a encontrar el consumidor para parar o no parar. Eso sí que sería muy lógico y a día de hoy no se hace”, critica Ileana Izverniceanu, portavoz de la OCU.

La batalla legal está asegurada. Más gasolina al fuego.

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Rodrigo Carretero es Traffic Editor Manager en 'El HuffPost' y trabaja desde Madrid. Licenciado en Periodismo por la Universidad de Valladolid y Máster en Periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid, ha trabajado en 'El Día de Valladolid', en 'El País' y en las radios musicales del grupo Prisa. Puedes contactar con él en rodrigo.carretero@elhuffpost.es