José Luis Peñas, el exconcejal que denunció la trama Gürtel: "Rajoy y Aguirre lo sabían todo"

José Luis Peñas, el exconcejal que denunció la trama Gürtel: "Rajoy y Aguirre lo sabían todo"

ANTONIO RUIZ

En su chaqueta guardaba una grabadora. En frente tenía al todopoderoso empresario Francisco Correa, el cabecilla de la trama Gürtel. Supuestamente se reunían para hablar de crear un partido independiente para las municipales del año 2007. Sentía rabia, impotencia, miedo, bochorno por lo que escuchaba. Era José Luis Peñas, el exconcejal del PP de Majadahonda que denunció el caso y que aportó las conversaciones que han sacudido al mundo político y empresarial español en los últimos años.

Entre 2005 y 2007 se movió en el núcleo duro de Correa y ahora ha decidido contarlo en el libro Uno de los suyos (Península). El exedil, procesado por este caso y que espera que se demuestre su inocencia, narra en primera persona lo que vio durante esos días. De las fiestas lujosas en la coctelería Balmoral hasta las conversaciones sobre mordidas pasando por yates en Ibiza, la suite de Correa en el Hotel Meliá Fénix y los oscuros episodios en La Finca.

Una radiografía de un Madrid al que llama la “pequeña Sicilia” y de unos tejemanejes que conocían, en su opinión, tanto Mariano Rajoy como Esperanza Aguirre. Las obras públicas en los ayuntamientos se convirtieron en un manantial de dinero para los implicados en la trama, que cenaban con José María Aznar y regalaban relojes a Pío García-Escudero. Una organización mafiosa, liderada por ‘Don Vito’-Correa, a la que le gustaba comer gambas en La Giralda y frecuentar locales de prostitución. Peñas fue testigo de esta historia de saqueo, de robo del dinero público, de la financiación "en Barcelona" -como llamaban al dinero en B-.

¿Por qué decidió grabar a Correa?

Es complejo. Hay dos momentos. Uno es fáctico, estoy en una reunión y le escucho una conversación que está teniendo con el manos libres con Benjamín Martín Vasco, que era concejal y presidente de la empresa municipal de suelo de Arganda del Rey. Hay una discusión, yo estaba violento, a Correa le encantaba hablar así para vacilar. Benjamín le dice ‘mira, Paco, si no me das 300 millones, el contrato de la parcela no sale’. Claro, de pensar que estás con una persona que es amiga del expresidente Aznar, que es un pedazo de empresario… Resulta que lo que hace es ilegal y te quedas fuera de juego. Ese es el momento en el que me doy cuenta dónde estoy.

¿Y entonces?

Yo me voy a mi casa y empiezo a pensar que tengo varias opciones. Hay que hacer algo, no puedo decir que he oído algo fenomenal y no pasa nada. Tengo que denunciar esto. Hablo con mi mujer y esa misma noche tomo la decisión de grabar a Correa con la intención firme de denunciarle el día que tenga suficientes pruebas contra él. No sabía en ese momento que había una trama.

"CORREA ESTABA A LA DERECHA DE DIOS PADRE, AZNAR"

¿Cómo entró usted en el círculo más íntimo del poderoso Correa?

Hoy ves a Correa y le señalas, te acuerdas de su cara de frente y de perfil, su foto de la cárcel. En cambio, en 2002 él va a la boda de la hija de Aznar, es testigo, está al lado de Berlusconi, el presidente del Gobierno cenaba con él. Era un tío con poderío económico importante y visible, y un poder político enorme. Tú ves el trato de senadores, diputados, miembros de la Ejecutiva del PP con mucho respeto porque está a la derecha del Dios Padre, de Aznar. No es que se le viera que era un golfo y un sinvergüenza.

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Correa y su mujer en la boda de Agag-Aznar

Yo trabaja en el ayuntamiento de Majadahonda. En mitad de la legislatura lo deja el alcalde y entra Guillermo Ortega, que era amigo mío. Me hace jefe de gabinete, en marzo o abril de 2001, y contrata a una persona para asuntos institucionales y de prensa. Me dice ‘va a ser tu compañera y compartiréis despacho’. Yo me iba a casar en junio y me dice él que invite a esa persona y a su marido. Eran Mari Carmen y Francisco Correa. Te dicen que invites a una persona tan importante en el partido, pues tú le invitas. Así lo conocí, el día de mi boda. Al día siguiente empezamos a trabajar su mujer y yo. Y de ahí a 2005 con quien hago una intimísima amistad es con Mari Carmen, trabajábamos como asesores doce o quince horas, sábado y domingo. A Paco lo veo de vez en cuando.

¿Y qué pasó en 2005 siendo ya concejal de Majadahonda para que le expulsaran y se produjera un mayor acercamiento a Correa?

Ese año intento denunciar el tema de unas parcelas en Majadahonda. Es un caso en el que la Comunidad de Madrid nos pide un pliego de condiciones para vender una serie de parcelas a un precio muy específico. Pasa lo mismo en Arganda y en Boadilla. Delante de mí, Ortega estaba hablando con Ignacio González y le dice que tienen la idea de poner en los grandes municipios unos precios a las parcelas y que no sea una subasta.

Veo que aquello es un dislate, que no tiene pies ni cabeza. Las viviendas sociales que tienen que hacer los promotores privados no se hacen, sino que las hace el ayuntamiento. Hago un dossier y se lo voy a dar a Aguirre en enero de 2005. Ella venía de un viaje de China y estaba con Francisco Granados, le oigo perfectamente desde fuera ‘a ese hijo de puta, no le voy a recibir’. En febrero, Ortega dice que se va y deja el ayuntamiento. Yo era primer teniente de alcalde e iba a tomar posesión Narciso de Foxá. Dije que no iba a hacer el pleno y que iba a llamar a la Guardia Civil y a la Fiscalía Anticorrupción para darle la información de lo que pasaba en el pueblo. Aguirre hizo que me destituyera del cargo y nombró a otra persona. Me echaron por este tema del partido.

¿Lo echaron del partido entonces por saber demasiado?

Por querer denunciar. Lo sabían Aguirre, Granados y González, ellos tuvieron el dossier encima de su mesa.

Me echaron del PP por querer denunciar

¿Podemos decir que Aguirre era consciente de todos los tejemanejes que pasaban y de la trama Gürtel?

Está publicado y es cierta y real una reunión en 2004 entre Aguirre, Mariano Rajoy y Luis Bárcenas, en la que les informa el extesorero de un tejemaneje en Arganda con unas parcelas. Lo mismo que en mi pueblo. Y Aguirre ha dicho que la reunión existió y que lo que hizo fue llamar al alcalde, que le contestó ‘presidenta, por dios, cómo puede preguntar esto’, y no le dio más importancia. Uno se queda diciendo ‘¿soy tonto y tengo que creer a esta señora?’.

Rajoy dijo en una entrevista radiofónica que cuando le dijeron eso en la reunión echó a Correa de Génova. Quiere decirse que salió de allí por Rajoy porque estaba haciendo cosas ilegales. ¿Dónde estaba la denuncia? Rajoy tiene la obligación legal de denunciarles. No lo hizo. ¿En qué país vivimos? Es como una república bananera pero con monarquía. Rajoy y Aguirre lo sabían todo. Se les dijo todo. Yo se lo dije a Aguirre y Bárcenas a Rajoy.

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Rajoy, Aguirre y González

El acercamiento máximo se produce cuando Correa va a ayudarle a montar un partido político independiente para presentarse en Majadahonda a las elecciones municipales de 2007 en Majadahonda. ¿Por qué se deja engatusar? ¿Es una idea de Correa? ¿Suya? ¿Quién llama a quién?

Al día siguiente de la dimisión de Ortega, la mujer de Correa tiene que dimitir de su cargo de confianza. A los dos o tres días monta una reunión con Paco y nos dice que quiere que ‘nos eche una mano, me habéis ayudado y quiero devolveros un poco el favor. Sigue siendo un tío muy importante en el PP y va a hablar con todo el mundo. Lo que os han hecho es una putada’.

Paco nos dijo que era un problema de las familias en el partido. En ese momento nos ayuda y nos dice que tenemos que luchar y denunciar eso. Y en junio, en una conversación en 2005, íbamos teniendo más acercamiento y nos dice que qué nos parecería la idea de un partido independiente: ‘Pepe, tú vales para eso’. Todos tenemos nuestro pequeño ego, no nos vamos a engañar. La idea me sedujo mucho, pero su idea era otra, tenernos ahí como una cuñita para presionar el PP y conseguir sus business, como le gustaba decir. Me dejé seducir durante medio año hasta que escuché aquella conversación.

Me dejé seducir por Correa para montar un partido, todos tenemos nuestro ego

Él les daba soporte, en temas como asesoría de prensa y financiación para montar el partido independiente. ¿Cuánto recibieron?

Lo que hizo fue hablar con amigos empresarios y venderles el proyecto, así canalizaba las donaciones. Hay conversaciones de que encima hacía negocio. La Fiscalía calcula unos 300.000 euros en dos años y medio. Teníamos oficina en Majadahonda y dos secretarias. Tengo más de 290.000 euros justificados con facturas. Es casualidad que en Gürtel se han hecho informes de todo tipo, de grabaciones, grabadoras, pero de lo que yo tengo para justificar estos pagos no hay ninguno. El dinero no era para mí, era para el partido. Éramos muy rigurosos, el dinero iba a las cuentas del partido.

"NO SOY UN ARREPENTIDO"

¿Cómo es su situación judicial ahora mismo?

Voy a ser procesado el 3 de octubre, en la primera fase del caso Gürtel.

¿Por qué delitos?

Entienden que durante un tiempo, según la Fiscalía, estuve en la trama. Es una lástima que hayan tomado esta decisión.

¿Se llevó algún euro de la trama?

Si me hubiera llevado alguno y lo hubiera denunciado sin hacer un pacto con la Fiscalía, es que soy tonto. Muy listo a lo mejor no soy, pero tonto del todo tampoco. Jamás he hecho algún pacto, no soy un arrepentido. Nunca me ha interesado el dinero. Las fiscales han cometido un grave error llevándome a juicio. Espero que la sala vea que no tiene ni pies ni cabeza que yo esté sentado como acusado. Estoy seguro que durante el juicio no tendré problema en demostrar mi absoluta inocencia.

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Peñas, durante la entrevista

En el libro habla de un Correa malhumorado, obsesionado con su físico...¿cómo era su personalidad?

Como todos, con claroscuros. No conozco a nadie que sea el mal absoluto. Tenía muchas carencias afectivas y educativas. Odiaba a la gente con carrera universitaria, la intentaba humillar, era prepotente. Pero luego, por contrario, era muy crío, era muy fácil engañarle. Tenía esa ambivalencia de la gente que no confía en sí misma, muy inestable. Era multiforme y tenía un poso nada bueno.

Correa era prepotente, inestable, odiaba a la gente con carrera, muy crío

Lo que deja ver el libro es su machismo, llamaba “gilipollas” a las mujeres….

Si lo lees detenidamente, es un fresco desgraciadamente de una parte de los españoles de hoy en día. El machismo sigue campando en nuestra sociedad. Él sumaba esa misoginia de intentar siempre humillar a la mujer, de que esté debajo de él.

"HE TENIDO MIEDO DESDE EL MINUTO UNO"

A partir del momento en el que puso la denuncia en noviembre de 2007, ¿recibió ofertas para su silencio? ¿De qué tipo?

Claro. Algunos abogados importantes de este país con los que me he entrevistado me han hecho ofertas de trabajo muy suculentas y simplemente por colaborar con ellos y quizá cambiar o matizar algunas declaraciones que he hecho en los tribunales.

¿Puede decir el nombre de esos abogados?

No.

¿Ha recibido alguna llamada desde la calle Génova?

No. Sí he recibido llamadas de muchos genoveses de pro y otros de no tanto pro. Yo era muy conocido allí, montábamos los actos y mítines. Teníamos relación buena con mucha gente. Génova es un nido de víboras, pero no todo el que entra allí es una víbora. Hay buena gente, pero la parte pérfida y dañina del partido ha copado casi todos los puestos de responsabilidad.

Génova es un nido de víboras

¿Y ha tenido miedo durante este proceso?

Desde el minuto uno que grabo. No soy ningún descerebrado, tengo familia.

¿Ha notado alguna vez algo extraño?

Sí, muchas veces. Cuando entro a cualquier sitio hago una visión completa del local. He tenido mucho miedo, cuando iba a hablar con Correa yo llevaba una grabadora. Si te descubre grabándole, no lo hubiera pasado muy bien. Y tengo miedo a día de hoy, por mis hijos.

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Correa

Correa le dijo que Bárcenas y el expresidente Aznar le debían muchos favores.

Con Aznar tenía una buena relación. En lo laboral eran íntimos, el expresidente sólo lo quería a él para hacer sus mítines. En lo personal tenían una relación buena, de amistad, cenaban juntos.

¿Sabía Aznar de los negocios ocultos de Correa?

Es muy complicado decir eso. Yo creo que no sinceramente. Pero fíjate si le debe favores a Correa que el expresidente le llamó para que le diera trabajo a un amigo suyo: Antonio Cámara.

"DENUNCIAR NO ES UN CAMINO DE ROSAS"

A uno se le plantea la duda cuando lee la historia de que podía estar grabando para denunciar la corrupción o para tener información ante cualquier cosa que le pudiera pasar en estos negocios.

Cada uno pensará lo que quiera. Yo quiero dar mi punto de vista, sin ningún intermediario para decir por qué, cómo y cuándo lo he hecho. Si en vez de denunciar voy a cualquiera de las empresas implicadas, cualquiera puede pensar el dinero que me hubieran podido dar. Millones de euros. Tendría la vida solucionada. Desde el primer momento que grabo es para entregarlas a la Policía y a los fiscales, a todo el mundo. Jamás se me ha pasado por la cabeza otra cosa. Denunciar no es un camino de rosas, no sale gratis.

Ahora también se ha destapado la trama Púnica con Francisco Granados. ¿Sabían Correa y él lo que hacía el otro? ¿Estaban enfrentados? ¿Se pueden haber incluso ayudado en estos trabajos sucios?

Estoy seguro de que han actuado en connivencia. El primer conocimiento de Púnica es una grabación que yo aporto al sumario de Gürtel. En una conversación ya se habla de David Marjaliza. Creo clarísimamente que estuvieron interactuando las dos tramas.

Llega a definir Madrid como la pequeña Sicilia.

Si hacemos un recuento de lo que ha pasado desde que hago la denuncia, nos saldrían unas cuantas 'sicilias'. No ha habido una mafia asesina, pero sí se han asesinado la economía de este país y los derechos de los trabajadores.

Cuando les iban a expulsar a usted y a Juan José Moreno en 2005, llegó a tener una conversación con la hoy presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes.

Ella estaba siempre por ahí en el partido. Un día nos llamó Granados en la primera planta de Génova. Salió Cristina de un despacho y se sentó con nosotros en el pasillo, encantadora como siempre y con un trato exquisito. Yo lo cuento, no para juzgarla, es lo que pasó. Nos dice ‘estas cosas, los partidos, no tenéis que tomarlo como algo personal, lo que tenéis que hacer es enfriaros, meteros en el congelador una temporada, valéis un montón, en dos años volvéis a estar con nosotros’. Lo que quiero decir es que los partidos son una secta. Ahora su discurso es otro.

¿Se está regenerando el PP? ¿Se han marchado las ovejas negras?

En el momento en el que Aguirre sigue estando en el ayuntamiento de Madrid y Rajoy sigue siendo el presidente en funciones y el líder del partido, regeneración es una palabra más para ellos. Eso tendría que pasar en la oposición porque es el lugar donde se purga a la gente. Sale la gente que está por el poder y por el dinero. Todas las personas que han estado en los últimos veinte años en Génova con poder real tienen que desaparecer. No basta, como Cifuentes, con tener un lenguaje más cercano, más innovador, sin plasmas. Pero al final, importan las políticas y las de Cifuentes a día de hoy no se apartan mucho de las que han llevado su antecesor y su antecesora.

Cifuentes tiene un lenguaje más cercano, pero sus políticas no se apartan mucho de las de sus antecesores

Otra de las personas a las que describe es a Álvaro Pérez ‘El Bigotes’ y habla de que su principal cualidad es que conseguía ganarse a las mujeres de los jefes.

Lo dice Correa también en su declaración judicial. Ana Botella se ‘enamoró’ de este hombre. Cada uno tiene su vis comercial, y él sabía que se llega también a los cenáculos del poder por un vericueto trasero. Las conversaciones con la mujer de Francisco Camps son palmarias. Y repito que Botella estaba obnubilada con Pérez, su verborrea, su gesticulación.

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Álvaro Pérez

"VOLVERÍA A HACERLO"

En el círculo de Correa, ¿qué políticos le frecuentaba más?

Por ejemplo, los alcaldes imputados. Pero también más gente como el presidente del Senado, Pío García-Escudero, con quien mantenía bastantes conversaciones. Recibió un buen reloj por parte de la trama. Tenía relación con José María Aznar, pero tenía más feeling con los empresarios que con los políticos.

Después del último contacto en diciembre de 2007, ¿ha hablado con él? ¿Se han mandado algún mensaje o recado?

No. Le volví a ver en un juicio en Valencia y, como siempre, estaba muy prepotente y mirándome agresivamente.

¿Y con Mari Carmen ha tenido contacto?

No, con nadie de la trama.

¿Le ha valido la pena? ¿Volvería a hacerlo?

Personalmente, sin ninguna duda. Me meto en la cama y a los veinte segundos me he dormido. Es muy duro porque denunciar la corrupción nunca sale gratis. Estoy encausado injustísimamente. He tenido cinco o seis inspecciones de Hacienda en los últimos años y he perdido toda oportunidad de avanzar profesionalmente. He sido señalado como un traidor y un golfo. Pero lo he hecho por mí. Una y mil veces que naciera volvería a hacerlo. Sin cambiar nada.

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