La nueva vida de Rosa Díez

La nueva vida de Rosa Díez

CARLOS PINA / EL HUFFINGTON POST

“Estoy en un período de reconstrucción”. Esta confesión la hace Rosa Díez durante una sesión de fotos en un hotel en el Barrio de Salamanca con motivo de la promoción del libro que ha escrito sobre la historia de UPyD: Los aventureros cuerdos.

Lo dice en una semana en la que España se ha visto abocada a una nuevas elecciones el próximo 26 de junio. Ninguno de los candidatos ha logrado los apoyos suficientes. La Moncloa busca inquilino. Ella tiene claro que la culpa del fracaso político es de esos “cuatro señores” -Mariano Rajoy, Albert Rivera, Pedro Sánchez y Pablo iglesias-.

En esa ronda de consultas con el rey no había representante de UPyD. En las pasadas elecciones el partido magenta no logró escaño en el Congreso. Díez ya había dado un paso atrás tras los malos resultados cosechados durante las elecciones municipales y autonómicas de hace poco más de un año.

"JUBILADA... ENGANCHADA A LA POLÍTICA"

Se acabó estar en la primera línea de la política. Ahora está “jubilada” literalmente -tenía plaza en el Departamento de Industria del Gobierno vasco-. Poco a poco se va acostumbrando a su nueva vida fuera del Palacio de la Carrera de San Jerónimo. Eso sí, sigue “enganchada a la política”, aunque ahora es más selectiva. Continúa leyendo los periódicos, viendo las tertulias televisivas, escuchando la radio, pero no todos los espacios como antes hacía “por obligación”. “Tenía que reaccionar a todo”, comenta.

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Díez tiene su domicilio en Sodupe (Vizcaya). “Siempre he vivido en el País Vasco, en mi casa, con mi marido y mis perros”. Cuando se trasladaba a Madrid para la vida política pasaba la semana en un hotel. No desvela el nombre: “Es por los escoltas”. Ahora ha recuperado viejas costumbres y subraya que “ha vuelto al monte”. Suele hacer caminatas de veinte kilómetros por la mañana.

Durante estos meses el libro le ha ocupado buena parte de su tiempo. Lo entregó la primera semana de enero tras un intenso trabajo entre agosto y diciembre. Primero se centró en recopilar información, hacer memoria, ordenar los recuerdos y las propuestas políticas. “Me sorprendía todo lo que habíamos hecho”, apostilla.

He vuelto al monte

“Luego escribir me costó poco. Unos días le dedicaba más horas y otros menos. Pero un libro es sobre todo tachar, ir quitando”, cuenta sobre esta especie de historia en primera persona de UPyD. En la obra revela lo duros que le resultaron los últimos años al frente del partido magenta y explica que hubo una operación de acoso y derribo contra ella -”fueron a por mi persona”-. Le apena que haya podido afectar a sus dos hijos y a su entorno. Díez es una mujer muy familiar, le da mucha importancia a esta parte de su vida y se le ilumina el rostro cuando dice que tiene dos nietos. Uno de su hijo Diego y otro de su hija Olaya.

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En esta nueva etapa de “reservista”, como le gusta decir, también ha recuperado mucho tiempo para algunas de sus grandes aficiones: la música y la literatura. Ha vuelto a disfrutar de la poesía y devora novela negra nórdica.

Mientras posa con su libro en la calle Recoletos para el fotógrafo, los viandantes la reconocen y la saludan. Sigue siendo un personaje muy popular a pesar de no liderar el partido. Dirigía a los magentas desde la sede que tenían en la madrileña vía de Cedaceros, a escasos metros del Congreso de los Diputados.

'Borgen' es muy UPyD

En aquel espacio tenía colgado un poster de la serie danesa Borgen. “Es muy UPyD”, señala entre risas sobre esta producción que narra el ascenso de una política moderada al poder en Copenhague. “Nadie la veía cuando la comencé”, recuerda. Ella se encargó de recomendársela a muchos políticos y compañeros de partido como Andrés Herzog. Todos se convirtieron en fans automáticamente.

¿Qué está viendo ahora? Díez responde que le gustan mucho dos series, Vikingos y Better Call Saul. “Es fantástica”, añade sobre esta última. Eso sí, reconoce que tiene la asignatura pendiente de ir más al cine.

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Monte, familia, literatura… y también amigos. Le gusta quedar, conversar, compartir opiniones. Hace apenas un mes fue a San Sebastián a comer con Fernando Savater en “un oriental que hay cerquita de su casa”. Y alguna reunión con focos también, como la fiesta de cumpleaños de Mario Vargas Llosa en el hotel Villamagna.

Ha vuelto unos días al epicentro político de España con un libro bajo el brazo. Su historia, su versión, sus palabras. Es la nueva vida de Díez. Siempre “en reconstrucción”.