¿Qué hay debajo de la alfombra? Guía para limpiarla a fondo

¿Qué hay debajo de la alfombra? Guía para limpiarla a fondo

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¡Llegó la hora de la limpieza general! Es el momento de acabar con el polvo de las estanterías, tirar cosas de los armarios y asegurarse de que los tuppers estén bien ordenados y apilados.

Todo eso está muy bien, pero además hay algo que no se te puede olvidar: la alfombra (y la moqueta), un parque de atracciones para las bacterias, un imán para el polen, la piel muerta y el polvo.

Robin Wilson, decoradora de interiores especializada en casas hipoalergénicas, explica que traer restos del exterior puede llegar a ser un problema porque, sin saberlo, estamos introduciendo patógenos que se instalan en las alfombras.

Por ejemplo, imagina que tu perro pisa una caca en el parque y luego entra en casa. Sin que te dieras cuenta, podría dejar en la alfombra bacterias que producen enfermedades, como la E. coli. ¿Asqueroso, verdad?

En 2015 la revista Men's Health se hizo eco de un estudio publicado en 2001 que señalaba que una alfombra estaba, de media, 4.000 veces más sucia que el asiento de un inodoro, con aproximadamente 200.000 bacterias por cada 6 centímetros cuadrados. No obstante, el principal riesgo no es contraer una infección bacteriana, sino las alergias.

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¿Por eso se tiene alergia?

Según el Centro Estadounidense para una Vivienda Saludable, los elementos del exterior que se adhieren a la ropa y a los zapatos se quedan en las fibras de la alfombra y crean un “depósito de alérgenos” que puede ser perjudicial para casi el 40% de las personas. Estos alérgenos —como es el caso del polen y del polvo— pueden provocar problemas respiratorios y jadeos cuando están en el aire, explica Wilson.

Asimismo, las alfombras albergan miles de células epiteliales muertas que, una vez desprendidas, se convierten en el principal alimento de los ácaros del polvo. Ahí también se queda atrapado el pelo de las mascotas, que hace que nos pique la nariz y, además, es asqueroso. ¿Qué se puede hacer al respecto?

Pasar la aspiradora es importante, pero normalmente no es suficiente

Según Wilson, limpiar la alfombra con una aspiradora por lo menos una vez a la semana mantiene a los bichos bajo control, pero además la experta recomienda acudir a una empresa especializada una o dos veces al año para una limpieza más profunda.

Muchos especialistas, entre ellos Wilson, hacen hincapié en que los métodos de limpieza caseros de alfombras no son la solución definitiva al problema, ya que suelen dejar una capa de humedad a la que Wilson se refiere como “la central del moho”. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, las personas que tienen alergia al moho pueden padecer congestión nasal, ojos irritados, respiración dificultosa o irritación cutánea a causa de ello.

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Por tanto, Wilson aconseja limpiar las alfombras —de forma profesional— en primavera y en diciembre. Entre esas dos limpiezas, conviene pasar la aspiradora todas las semanas y limpiar las zonas por las que a menudo pasen las mascotas.

Si sigues estos consejos, conseguirás que tu casa esté limpia todo el año.

Este artículo fue publicado originalmente en la edición estadounidense de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Irene de Andrés Armenteros.

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