El marido de Cox: "Jo creyó en un mundo mejor y luchó por él cada día"

El marido de Cox: "Jo creyó en un mundo mejor y luchó por él cada día"

AFP

"El odio no entiende de credos, razas o religiones, es venenoso". Así comienza el emotivo comunicado con el que, de alguna manera, el marido de la diputada laborista Jo Cox, asesinada este jueves en la localidad inglesa de Birstal, se ha despedido de su mujer. Lo ha hecho, además, apelando a "la unidad para combatir el odio que la mató".

Brendan Cox también ha querido que el mundo supiera que su mujer era una persona que "creyó en un mundo mejor y luchó por él cada día". "Vivió cada día como si fuera el último", ha destacado en su texto, del que se han hecho eco los medios. Con su muerte, ha añadido su viudo, "comienza un nuevo capítulo" en la vida de la familia, "más difícil, más doloroso, menos feliz, menos lleno de amor".

"Ella habría querido por encima de todo que ahora ocurriesen dos cosas: una, que nuestros preciosos hijos sean colmados de amor y dos, que todos nos unamos para luchar contra el odio que la mató", ha reclamado Brendan Cox, que también ha difundido una imagen de su mujer en Twitter:

JO, MUY QUERIDA EN WESTMINSTER

A sus 41 años -iba a cumplir 42 el próximo miércoles-, Cox era una política solidaria y comprometida con las causas humanitarias, con un futuro prometedor y muy querida por sus colegas de Westminster, tal y como informa en la edición británica de The Huffington Post Paul Waugh.

Nacida el 22 de junio de 1974 en Batley, en el condado de West Yorkshire (norte de Inglaterra), en el seno de una familia de clase trabajadora, Helen Joanne "Jo" Cox creció en Heckmondwike y estudió en la Universidad de Cambridge, donde se graduó en 1995.

Casada con Brendan y madre de dos niños pequeños, Cox ejercía como diputada laborista por la circunscripción inglesa de Batley y Spen, donde fue elegida en las pasadas elecciones generales del Reino Unido en 2015 y ahora estaba inmersa en la campaña por la defensa de la permanencia de Reino Unido en la UE.

Pese a su corta estatura, Jo tenía una gran fortaleza y personalidad, como demostraba cada vez que intervenía en el Parlamento británico para defender a los refugiados o para preguntar sobre Siria. Pero, antes de su implicación en la política, tal y como recuerda Waugh, Cox también desempeñó el cargo de jefa de políticas de la organización humanitaria Oxfam, que se dedica a combatir la extrema pobreza.

Hace sólo unos días Cox estuvo a la cabeza de la tradicional carrera para recaudar fondos para la organización para ayuda a enfermos de cáncer Macmillan, como ella misma colgó en su cuenta de Twitter:

Jo era muy querida entre sus compañeros de trabajo, que, según le contó a Waugh, bromeaban sobre los motivos por los que llevaba tanto un vestido rojo. Ella se lo tomaba bien, respondiendo que no era más que una "diputada" y que no tienen "el mismo presupuesto que una estrella de televisión".

Según se recoge en la edición británica de The Huffington Post, cuando más feliz era Jo era cuando estaba inmersa en una campaña. El pasado miércoles fue la última vez que lo hizo, acompañada por su marido e hijos -de tres y cinco años-, en una travesía por el Támesis a favor de la permanencia de Reino Unido en la UE. Llevaron una bandera con la palabra 'In' para contrarrestar la fragata del líder del UKIP, Nigel Farage, que lidera el 'sí' al 'Brexit'.

A toda la familia le encantaba el agua, como prueba el hecho de que vivieran con su familia en una vivienda construida dentro de un barco atracado cerca del Puente de la Torre de Londres (Tower Bridge), en las lindes del río Támesis.

Además, tal y como explicó a The Huffington Post, se sentía muy orgullosa de ser una chica "local", al igual que toda su familia. Entonces bromeó sobre el hecho de que un primo suyo vivía a unos 20 minutos de la granja que tenían sus padres y que era el "garbanzo negro de la familia". Así, tras haber tenido una infancia "feliz", tuvo la oportunidad de ser la primera de su familia en graduarse. Eso fue, precisamente, lo que le marcó y le hizo dedicarse a la política. Estudiar en Cambridge fue una experiencia que la "marcó", pues fue allí donde "comprendió" que "dónde has nacido, importa": "Fue en Cambridge donde me di cuenta de que cómo hables, importa... a quién conoces, importa. Yo no hablaba de la manera adecuada, ni conocía a las personas adecuadas", dijo.

JOVEN PROMESA

Sin embargo, su salto a la política le llego más tarde, siendo su ídolo Robin Cook, quien la inspiró con su visión de una política exterior con la que sí se podía cambiar el mundo. Sin embargo, primero vino su etapa como cooperante y, más tarde, el salto al Partido Laborista.

En su trayectoria laboral también figura su trabajo como asesora de varias personalidades vinculadas al Laborismo como Sarah Brown -la esposa del exprimer ministro Gordon Brown- y la baronesa Kinnock, para la Fundación de Bill y Melinda Gates y el grupo organizador de campañas contra la esclavitud "The Freedom Fund".

La joven política fue una de los 36 diputados del Partido Laborista que propusieron al actual líder, Jeremy Corbyn, como candidato en las elecciones a la dirección el pasado año. No obstante, Cox, que terminó dando su voto a Liz Kendall, reconocería tras las elecciones locales que se había "arrepentido" de haber apostado por el actual dirigente laborista.

Con su llegada al Parlamento británico hizo entrar en la agenda los temas que más le preocupaban, como la guerra siria. En octubre de 2015, la joven diputada puso en marcha el llamado Grupo parlamentario multipartito Amigos de Siria, de cuya presidencia se encargó. Sobre este conflicto, Cox se abstuvo en la votación celebrada en la Cámara de los Comunes el pasado otoño cuando los diputados decidían sobre si ampliar la ofensiva militar de las fuerzas británicas en Siria para combatir al grupo yihadista Estado Islámico (EI). Entonces escribió en The Huffington Post los motivos por los que actuó así: no creía que los bombardeos formaran parte de un plan más amplio para acabar con el conflicto en Siria.

Preguntada en su última entrevista con la edición británica de El Huffington Post sobre qué cambiaría de la política británica, Cox respondió que le gustaría que fuera "de más consenso" y con más capacidad para trabajar juntos en la resolución de los problemas.

Con todo, como escribe Paul Waugh, Jo también será recordada como mujer, madre y amiga. En esa última entrevista le preguntaron que cuál era el último libro que había leído, respondió: "Probablemente uno para mis hijos". Sobre qué tres palabras usaría su mejor amiga para definirla, eligió: "Apasionada, caritativa y fiel". Ella, según Waugh, era, sin duda, las tres cosas.