Líderes del mundo: ¿a qué esperáis para solucionar la crisis migratoria?

Líderes del mundo: ¿a qué esperáis para solucionar la crisis migratoria?

MAEC

El tiempo pasa, las cifras de víctimas aumentan pero nadie hace nada. Nada es nada. De poco sirvió que el Gobierno de España se comprometiera a reubicar a 17.337 personas hace un año. A día de hoy sólo han sido trasladadas a territorio español 480 refugiados. Y en 2017 se acaba el plazo pactado. Mientras, se habla de que el número de personas desplazadas de sus hogares ha superado por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial los 65 millones. Y ni así, con esos datos, se actúa de forma contundente.

De ahí que 17 organizaciones hayan querido lanzar un mensaje claro a los líderes del mundo: el tiempo se acaba y es preciso que se tomen medidas urgentes e inmediatas. Por eso, quieren que su mensaje se escuche y que España tome parte de la iniciativa ahora que los próximos 19 y 20 de septiembre se celebra la Asamblea General de la ONU en Nueva York.

Accem, Amnistía Internacional, Ayuda en Acción, CEAR, Coordinadora de ONG para el Desarrollo, Entreculturas, FELGTB, Fundación Abogacía Española, Fundación Cepaim, InspirAction, Jesuitas Social, Médicos del Mundo, Médicos Sin Fronteras, Red Acoge, San Carlos Borromeo, Save the Children y Servicio Jesuita a Migrantes se han congregado frente al Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación para exigir al Gobierno español que, como parte de la comunidad internacional, asuma y solicite en sus negociaciones con otros países el establecimiento de medidas urgentes e inmediatas para proteger y garantizar los derechos de las personas refugiadas, desplazadas y migrantes.

  5c8b5a1d2000009e04708ab9

Una de las operaciones de rescate llevadas a cabo en el Mediterráneo

Su concentración no ha podido ser más explícita: han representado a alguno de los principales líderes del mundo con caretas y trajes, reunidos en torno a una mesa, y ante la presencia de un reloj y una pancarta con el lema ‘Líderes mundiales, su tiempo se acaba’. Junto a esta representación, las 17 organizaciones se han dirigido por carta tanto al Gobierno como al rey -que representará a España ante la ONU- para que España se comprometa pública y proactivamente con la futura adopción de un acuerdo que garantice la responsabilidad compartida entre los Estados sobre las personas refugiadas y migrantes y les presentan una serie de medidas que es urgente poner en marcha.

Eso sí, consideran que el acuerdo global sobre personas refugiadas tiene que lograrse ya y no en 2018, como acordaron los Estados miembro de la ONU que harían. Insisten: el tiempo se acaba y si no se actúa de forma inmediata volverán a pasar tragedias como las que han tenido lugar en lo que va de año. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), este 2016 ya han muerto o han desaparecido 2.320 personas durante su trayecto a una nueva vida. De esa cifra, 3.2017 murieron en el Mediterráneo. Si se hubieran tomado las medidas necesarias, esto se podría haber evitado.

Conscientes de los retos y de lo que queda por hacer, las 17 organizaciones han resumido en 5 las medidas que piden a los Estados que negocien en Nueva York:

  1. 1. Políticas y mecanismos que garanticen la protección de personas refugiadas, internamente desplazadas y migrantes. Se tienen que cubrir, en este sentido, necesidades básicas como educación, sanidad y vivienda.
  2. 2. Adopción de forma inmediata de todas las medidas necesarias para garantizar vías legales y seguras para las personas refugiadas y migrantes.
  3. 3. Reparto equitativo de la responsabilidad de los Estados para apoyar y acoger a las personas refugiadas.
  4. 4. Los Estados deben abstenerse de firmar, o revocar en el caso de que ya estén firmados, acuerdos con terceros países no seguros.
  5. 5. Financiación plena y apoyo económico suficiente para garantizar la protección e integración de las personas migrantes, refugiadas y desplazadas en los países de acogida.

Si aprobaran estas medidas sería un gran paso en la resolución de una crisis que a diario muestra su cara más dura. En verano hemos visto a miles de personas morir en las aguas de los mares a los que se lanzaban, fruto de la desesperación, en pateras de penosas condiciones. Ahora que llega de nuevo el invierno los trayectos que emprenden huyendo de los conflictos, de las violaciones de derechos humanos, de las persecuciones y violaciones en sus países de origen, se cubrirán de nieve y lluvias, que harán, si cabe, más peligroso e inhumano su recorrido.

Hace falta que nadie mire a otro lado. El pasado miércoles, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, apeló a la solidaridad de los Estados miembro para actuar en esta crisis. Aseguró que era algo que no se podía "imponer", sino que tendría que "salir de sus corazones". Fue un cambio de postura, frente a 2015, cuando en el mismo escenario en el que pronunció sus palabras, se presentó el reparto de cuotas. Hace falta solidaridad, pero, ante todo, hace falta responsabilidad para hacer ver al mundo entero que esta crisis es cosa de todos.