Sánchez se atrinchera en el cargo frente a la maniobra de dimisiones de los críticos
Tarde del miércoles. Los críticos con Pedro Sánchez han ido a por todas para decapitar a su secretario general. Diecisiete miembros de la Ejecutiva presentaban su dimisión para forzar la salida del madrileño y que una gestora cogiera las riendas del partido. La guerra cainita.
Este 28 de septiembre se recordará como uno de los días más negros internamente del PSOE. Una batalla fratricida, caótica, dramática. A ratos buñuelesca, a ratos berlanguiana. Una guerra sin final, donde ningún navajazo ha sido del todo mortal definitivamente. El resultado: Sánchez sigue defendiendo que es el líder y los críticos no reconocen a la actual dirección.
El golpe diseñado por los críticos era el siguiente. Diecisiete miembros se daban de baja de la Ejecutiva y, según sus cálculos, se tenía que disolver el principal órgano de dirección al quedar vacantes la mitad de las plazas más uno, como marcan los estatutos del partido. Era el fin de Sánchez.
Sus cuentas les daban. La Ejecutiva que surgió en el congreso de 2014 tenía 38 miembros, pero en estos años se han producido tres vacantes (Pedro Zerolo murió y dimitieron José Ramón Gómez Besteiro y Javier Abreu). Por lo tanto, entienden que hay 20 puestos sin cubrir -mayoría-. El plan estaba ideado, solo faltaba ejecutarlo.
LOS CRÍTICOS QUIEREN GESTORA
Después del mediodía, el ‘número tres’ del partido, Antonio Pradas, acudía a Ferraz para dar el estacazo final: el documento con las firmas. El sevillano se ha convertido en la cara de los críticos en la Ejecutiva y es una de las personas de máxima confianza de Susana Díaz. Los siguientes pasos que quieren los críticos es que el partido quede en manos de la Comisión de Garantías, un órgano que también dominan, y que esté capitaneado durante estos días por la secretaria general del PSOE de Sevilla, Verónica Pérez, otra íntima de la presidenta andaluza. Después se tendría que ir a un Comité Federal, que dejaría en manos de una gestora el partido. Este órgano -que podría caer en manos del asturiano Javier Fernández- sería el encargado de pilotar el PSOE y tomar decisiones como la posición respecto a la investidura. Posteriormente ya se iría a un congreso para elegir a un nuevo líder.
Los críticos decidían asaltar Ferraz tras el descalabro histórico en las elecciones gallegas y vascas del pasado domingo y la posterior propuesta de Sánchez de celebrar un congreso exprés, con primarias el 23 de octubre para elegir nuevo líder y la postura respecto a la formación de Gobierno. Interpretan que Sánchez solo quiere blindarse en su posición y que además se hace el ‘dueño’ de la izquierda del PSOE para enfrentar a los barones con las bases.
Los 17 ejecutores: Micaela Navarro, Antonio Pradas, Ximo Puig, María José Sánchez Rubio, Luz Rodríguez, Carme Chacón, Estefanía Martínez Palop, Noemí Cruz, Manuela Galiano, Eva Matarín, Emiliano García-Page, Tomás Gómez, Pacote Pizarro, José Miguel Pérez, María Asunción Murillo, Carlos Pérez Anandón y Juan Pablo Durán.
Antonio Pradas
Todo esto sucedía después de que por la mañana las aguas socialistas se volvieran más bravas por las palabras de Felipe González, que declaraba sentirse “engañado” por Sánchez al confesarle este que se iba a abstener en una segunda votación de investidura de Rajoy, y la publicación de una entrevista de Sánchez en la que pedía a Díaz que dijera si estaba por la abstención y solicitaba a sus críticos que dimitieran ya si no se sentían en línea con la dirección.
SÁNCHEZ SE AFERRA AL CARGO Y QUIERE CONGRESO
17 firmas, 17 golpes. Pero Sánchez ha resistido el envite de la tarde, se ha agarrado al sillón, no ha cedido a la presión de dimitir. En la sede del PSOE interpretan de otra manera los Estatutos. En el círculo de Sánchez creen que los críticos deberían reunir al menos 18 de los actuales 35 miembros.
Dos horas después de que los críticos presentaran sus firmas y tras estudiar la situación, Ferraz respondía en rueda de prensa a través del secretario de Organización, César Luena. El ‘número dos’ del partido ha dicho que Sánchez sigue siendo el líder del partido y no ha reconocido que esas dimisiones supongan la obligatoriedad de crear la gestora que quieren los críticos.
De hecho, ha rechazado hasta que se reúna la Comisión de Garantías del PSOE para dirimir sobre la actual situación -ese órgano está dominado por los críticos-. Luena ha avanzado que, según su interpretación de los estatutos, lo que toca ahora es convocar un congreso.
César Luena
La hoja de ruta anunciada por Ferraz es que convoca para este jueves a las 10.30 horas una reunión de la Ejecutiva Federal -a la que ya no pueden acudir los dimitidos-. Por lo tanto, ahí tiene mayoría Sánchez. En esa cita se tiene que fijar una reunión del Comité Federal, que deberá convocar un congreso para elegir nuevo líder en el que voten todos los militantes.
"Quienes temen a los militantes o no quieren que hablen, ¿pueden dirigir el PSOE?. En el PSOE se tiene que tener el respaldo de los militantes para dirigir. No caben atajos, ni artimañas, ni golpes", ha lanzado Luena contra los críticos durante su comparecencia. En Ferraz siempre defienden que tienen el apoyo de las bases y que ganarán cualquier consulta entre los militantes frente a aquellos que quieran facilitar el Gobierno de Mariano Rajoy.
Los críticos, que se creían ya ganadores, han visto atónitos por la televisión la rueda de prensa de Luena. Dolido, alterado, visiblemente enfadado, Pradas ha vuelto a Ferraz, pero no le han dejado entrar. En la puerta ha proclamado ante los medios de comunicación que no reconoce a la actual dirección, que debe disolverse. “El compañero César Luena ya no es secretario de Organización”.
Los ejércitos han sacado toda su artillería. Ninguno ha ganado oficialmente. Esta es la guerra cainita que vive el PSOE. Y solo puedo ganar uno.
