10 cosas que los introvertidos no entienden

10 cosas que los introvertidos no entienden

A los introvertidos se les conoce injustamente por ser unos malhumorados o por preferir estar en su burbuja, pero, en realidad, ser una persona "callada" es mucho más que eso.

Para querer a un introvertido hay que conocerlo (y, sí, hay que respetar su espacio). Eso significa que hay que aceptar sus pequeñas manías. Algunas costumbres y preferencias que veneran las personas con otro tipo de personalidad no funcionan con las personas introvertidas.

Más abajo tienes una lista de algunos hechos que los introvertidos no entienden:

1. Las fiestas con mucha gente

No es que a los introvertidos no les guste socializar, es que prefieren la compañía de amigos cercanos en vez de la de un montón de desconocidos en un sitio con mucho ruido. A los introvertidos les atraen más las interacciones más simples, pero significativas. En otras palabras, ir a una discoteca o a una fiesta en una casa no va con su estilo.

2. Las conversaciones superficiales

Las conversaciones banales pueden angustiar a los introvertidos por la misma razón por la que odian las fiestas grandes: para ellos, las conversaciones profundas son importantes. Preferirían tomarse un café con un compañero y charlar que pararse a hablar con él en el pasillo del trabajo.

3. Compartir piso con mucha gente

Para un introvertido, no hay nada mejor que acurrucarse en el sofá a leer un libro (o a ver una serie en Netflix) después de un largo día de interacciones sociales. Los introvertidos necesitan tiempo de inactividad para recargar las pilas, según los expertos. Para ellos, pasar tiempo a solas no es una fantasía, es una necesidad.

4. Que les llamen tímidos

No hay que equiparar el silencio con la timidez. Los introvertidos no tardan en aclarar que no es lo mismo y que ellos no son tímidos ni tienen miedo de dar su opinión, es que prefieren hacerlo de forma distinta.

5. Contestar al teléfono

¿Hola?

Advertencia: Es muy probable que los introvertidos no te cojan el teléfono. No porque sean maleducados, sino porque necesitan trazar un plan porque prefieren mantener una conversación valiosa.

"Para mí, que me suene el teléfono es como que alguien salga de un armario gritando '¡BU!'", explica Sophia Dembling, autora de The Introvert's Way: Living a Quiet Life in a Noisy World [La forma de vida de los introvertidos: una vida tranquila en un mundo lleno de ruido]. "Me gusta hablar un rato largo por teléfono con mis amigos, siempre y cuando no me pille desprevenida".

6. Los abrazos

Los introvertidos valoran su espacio personal, tanto físico como mental. Los introvertidos harán lo que sea para mantenerlo, ya sea sentarse en la última fila o tomarse su tiempo para relajarse después de un largo día.

7. Las oficinas abiertas

Las investigaciones demuestran que las personas introvertidas reciben más estímulos del entorno de lo normal. Eso significa que trabajar en una oficina muy ruidosa les resulta prácticamente imposible. Los introvertidos trabajan mejor en una atmósfera más calmada, por eso es probable que a menudo estén en las zonas más tranquilas de la oficina.

8. Ser el centro de atención

¿Estás pensando en planear una sorpresa para tu amigo introvertido? ¿O le vas a invitar a un acto de bienvenida? Descarta estas ideas inmediatamente. Los introvertidos odian ser el centro de atención. Pero no es que sean raros: son grandes oradores y se les da muy bien comunicarse y actuar. Únicamente, tienen dificultades para lidiar con ser el único centro de atención.

9. Que a la gente le pasen desapercibidos los gestos de los demás

Los introvertidos son muy observadores (probablemente se deba a la sensibilidad a los estímulos del entorno). La ciencia cree que los introvertidos realizan más actividad cerebral al procesar información visual.

10. La idea de que la introversión es algo malo

Me gusta ponerme el chándal y quedarme en casa.

Todo el mundo sabe que la sociedad favorece a los más atrevidos, pero tener una personalidad más tranquila también tiene sus ventajas. Y no hay quien lo sepa mejor que un introvertido.

Este artículo fue publicado originalmente en la edición estadounidense de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Irene de Andrés Armenteros.