Todo lo que aprendí en mi primera clase de 'pole dance'

Todo lo que aprendí en mi primera clase de 'pole dance'

PIXABAY

Bailar en una barra americana es un ejercicio que asociamos al mundo del striptease o el cabaret, pero es mucho más que eso. Tampoco consiste en dar vueltas como una peonza agarrada a un palo. Es un tipo de entrenamiento muy completo por el que cada vez se decantan más personas. Yo ya lo he probado... y esto es lo que he aprendido.

EXPECTATIVAS

Llegué creyéndome Demi Moore en Striptease, una sensual camarera del El Bar Coyote y hasta Anita Obregón en Ana y los Siete, pero tras hora y media subida a una barra americana, la oscura realidad es que terminé con una pose más parecida a la de Lina Morgan enHostal Royal Manzanares.

VESTUARIO

Importa sobre todo la cantidad. Cuanta menos, mejor. Y no, no tiene nada que ver con el momento striptease, si no con que la piel ayude a que te adhieras a la barra.

EJERCICIO

Haces. Y mucho. Mejora la flexibilidad, la postura corporal y tonifica abdominales, espalda y piernas. Y es que nadie dijo que girar en una barra fuera sencillo; has de tener fuerza en los brazos y en las piernas para sujetar todo el peso de tu cuerpo con ellos.

SENSUALIDAD

Te sientes sexy (aunque no necesariamente lo seas). Aunque entrenar en shorts bajo una luz no necesariamente cálida ante un espejo puede hundir a cualquiera, el pole dance ayuda a superar miedos y a conocer mejor tu cuerpo. Además, tu talla da completamente igual, por tener una 36 no te va a ser más fácil, ni lo descartes por tener una talla 46.

MIEDOS

No los tengas. Con miedos no avanzas y no, no es un mensaje modo Mr. Wonderful, sino una realidad. Si piensas que te vas a caer (que puede pasar), no hay forma de hacer ningún ejercicio. Por ello, el pole dance es una actividad perfecta para concentrarse, huir de tus miedos y ponerte en forma mientras liberas la mente.

EL DÍA DESPUÉS

Vienen a visitarte unas curiosas agujetas y un buen arsenal de cardenales. Eso sí: el resto de la clase, acostumbrado al universo pole dance, mantiene la piel perfecta, por lo que parece que el cuerpo se termina por acostumbrar. Mientras, puedes ir practicando (no necesariamente colgándote de la barra del autobús): las planchas te ayudarán a trabajar brazos y core y las flexiones serán tu mejor aliado para subirte a la barra con fuerza.

Un artículo de Marita Alonso para Grazia

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