Los refugiados olvidados: Solicitantes de asilo por motivos de género

Los refugiados olvidados: Solicitantes de asilo por motivos de género

Mariana recibió una paliza porque su entorno no aceptó que se sintiera mujer. La madre de Aisha huyó para que su pequeña no tuviese que pasar por una mutilación genital tan brutal como la suya. Andrei luchó para que la muerte de su pareja a manos de la policía no quedara impune. A Fátima la quisieron obligar a casarse con un hombre al que no amaba. Luna sufría agresiones verbales y físicas de su marido. Abiona consiguió escapar de una red de trata.

Son las historias de seis de los miles de solicitantes de asilo que huyen de sus países - en los que se vulneran gravemente los derechos humanos- cada año para poder vivir su condición sexual libremente. Los solicitantes de asilo por motivo de género son un colectivo invisibilizado en la mayoría de medios de comunicación, a pesar de tener los mismos derechos que aquellas personas perseguidas por cualquier otro motivo. Es lo que ha denunciado la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) durante el encuentro 'Personas refugiadas y solicitantes de asilo por motivos género. Realidad y tratamiento informativo'.

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"Las personas refugiadas por motivos de género tienen el mismo derecho a solicitar asilo y obtener la misma protección que las personas que huyen de un conflicto armado" señala la secretaria general de CEAR, Estrella Galán, al abrir el acto.

Según datos de ACNUR, cerca de 1,2 millones de niños y niñas son víctimas de trata anualmente; un 80% de las personas con las que se trafica son mujeres y niñas; la mutilación genital femenina afecta a 3 millones de niñas actualmente en 28 países de África, Asia y Oriente Medio; una de cada tres mujeres en el mundo ha sido golpeada, maltratada u obligada a mantener relaciones sexuales a lo largo de su vida y entre los 15 y los 44 años de edad, se produce el mismo número de muertes de mujeres por actos de violencia que por cáncer.

MEJORAS EN EL ACCESO AL ASILO

En el encuentro, la coordinadora del Área Jurídica de CEAR, Paloma Favieres, reclama mejoras en el acceso al asilo de estas personas, sobre todo "en los puestos fronterizos y CIE", para dotarles de mayores garantías. La actual Ley de Asilo española, aprobada en el año 2009, recoge la persecución por motivos de género u orientación sexual como causa de asilo.

Pero hay algunos matices que mejorar dentro de este gran avance: la ley expresa que el género y la orientación sexual no pueden dar origen a una persecución por sí solos, sino que depende de las "circunstancias imperantes en el país de origen". Además, se excluye a los ciudadanos comunitarios del derecho a solicitar el asilo en España. También se deja fuera a las personas que proceden de un país considerado "seguro". Esto tiene un especial impacto en las mujeres y la población LGTTBI que sufren discriminación en la UE u otros países democráticos donde no siempre los gobiernos las protegen.

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"CADA DÍA QUE ME LEVANTO TENGO QUE REINVENTARME"

Al lado de Favieres se encuentra Mariángeles Plaza, psicóloga del Área Social de CEAR, quien explica que dentro de estos solicitantes de asilo hay "perfiles muy diferentes", pero en su mayoría son mujeres que son discriminadas por el sistema patriarcal. Esto no sólo ocurre por parte de algunos estados, también puede producirse dentro de las comunidades o de las mismas familias.

Plaza resalta la humillación que sufren estas personas en los países de tránsito hasta pedir asilo, la pérdida de todo lo significativo y de su anterior vida y del estrés postraumático. "Cada día que me levanto, tengo que reinventarme", es la frase de una refugiada colombiana que recuerda la psicóloga. Además, esta persecución hace que "estas personas rompan con sus creencias, con la confianza en los demás, en la justicia...".

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En la misma mesa se encuentra Amal Hussein, activista de origen somalí y miembro de la ONG Save a girl, save a generation. La madre de Amal huyó de su país y se negó así a que su hija sufriese la mutilación genital femenina. Una práctica brutal que experimentan más de 6.000 niñas a diario y que se trata de la eliminación parcial o total del clítoris. "En muchos lugares del mundo, una niña a la que no se le haya practicado la ablación, se considera impura", explica la joven, "por eso muchas de ellas no tienen oportunidades". ¿Qué se puede hacer para acabar con esto? Hussein lo tiene claro: "Concienciar y proteger".

Las principales causas que fuerzan la huída de miles de personas por razones de género abarcan múltiples situaciones:

  • Mutilación genital femenina u otras prácticas tradicionales perjudiciales para la salud.
  • Persecución a mujeres por negarse a acatar normas o costumbres sociales represivas o a sufrir discriminación por su condición de mujeres.
  • El temor a ser víctima de crímenes de honor o relacionados con la dote.
  • Pertenecer al colectivo LGTTBI y, por la orientación sexual o identidad de género, estar expuesto a ataques, hostigamiento o discriminación generalizada o grave.
  • Matrimonio forzoso o precoz.
  • Las víctimas de trata con fines de explotación.
  • Víctimas de violencia sexual ejercida en el marco de conflictos armados, como la esclavitud sexual y la prostitución forzada, la esterilización y el embarazo forzosos.
  • Las mujeres que sufren violencia doméstica o familiar.
  • Las mujeres que sufren planificación familiar forzosa.

En 2015, en España, se registraron 14.881 solicitudes de asilo por motivo de género, según CEAR. Como señalan Patricia Bárcena, representante de coordinadores territoriales de CEAR y Leire Lasa, equipo de Incidencia y Participación Social en CEAR Euskadi, lo que hace falta en España es "formación, mecanismos de identificación, medidas específicas en centros de acogida, medidas para evitar prejuicios, estereotipos sociales o preguntas intrusivas, ofensivas". Pero lo que más echan de menos es la "falta voluntad política para trasformar un sistema heteropatriarcal que hace aguas ante la realidad que viven tantas mujeres y personas no normativizadas y para protegerlas".