Entrevista a Eduardo Madina: "El PSOE crujirá vivo a Rajoy"

Entrevista a Eduardo Madina: "El PSOE crujirá vivo a Rajoy"

Por Esther Palomera

Perdonen las molestias. El que habla es Eduardo Madina. Ángel para unos, diablo para otros. Ni lo uno ni lo otro. Pudo ser y no fue. Y hoy descubre, para El Huffington Post, que tampoco será ya nunca. Hablamos del liderazgo del PSOE, de un hombre que fue la esperanza blanca de la izquierda y al que ahora llaman traidor, como a Vara, a González, a Fernández y a otros tantos. Claro que, como dice, cuando el dogma asoma por la puerta, el pensamiento sale por la ventana.

Cree que está donde debe estar. Por eso defiende la abstención, porque en este caso es sinónimo de desbloqueo institucional. Y si eso tiene un precio, dice, mejor que lo pague el PSOE a que lo pague el país. Luego, a "crujir" la obra política de Rajoy.

Habla aquí de eso, del socialismo, de los dos años de Pedro Sánchez, de Borrell, de Susana Díaz, de Patxi López y, por primera vez, del congreso que perdió en 2014. Lean, lean..., aunque no cuente todo, evite poner nombres a las actitudes y, en ocasiones, sea selectivo en el recuerdo. Total, "el pasado es pasado y nunca volverá".

Dijo el fundador Pablo Iglesias que el abstencionismo político es la muralla que mejor resguarda los privilegios de la burguesía. ¿Es el PSOE un partido burgués?

No, porque no va a dejar de ejercer aquellas ideas en las que cree, ni de representar las iniciativas que nacen del programa electoral que presentó, y ha de ser una organización política que se nutra de la actividad de sus militantes, de sus dirigentes y de todas las mujeres y hombres que forman parte del él y hasta lejos del abstencionismo. Tiene poco que ver con el voto de un día en el Congreso de los Diputados.

¿Cómo se puede rechazar frontalmente la política del PP y permitir que siga gobernando el partido de la corrupción y los recortes?

Eso es tanto como decir que ocho millones de españoles son responsables de la corrupción y de los recortes en este país. Pero partimos del análisis de que el sistema institucional español está gripado en el último ciclo de trescientos y pico días. Había que tomar una decisión: o poníamos a funcionar las instituciones o seguíamos gripándolo convocando por tercera vez a unas elecciones en once meses. Hemos optado por decirle no a Rajoy en cada una de las leyes duras de su etapa de mayoría absoluta, por poner en funcionamiento el Parlamento y por poner en funcionamiento el país. Vamos a pagar un precio, pero el precio que estaba pagando el país, por su circunstancia institucional, era mucho mayor.

¿Cuál es el precio que paga el PSOE? ¿Qué gana y qué pierde con la decisión?

Es obvio que una parte del partido no la comparte y por eso votó en contra de esa resolución. Hay afiliados y militantes que están de acuerdo y otros no. No es una decisión sencilla porque está planteada en términos incorrectos. No es apoyar o no a Rajoy, es que Rajoy nos ganó las elecciones porque el PSOE tuvo el peor resultado de su historia. ¿Qué me hubiera gustado a mí? Que los ocho millones de votantes los hubiera tenido el PSOE y los cinco millones y medio el señor Rajoy, pero fue justo al revés. El PSOE tenía que tomar una decisión: bloquear o desbloquear. Y, si el desbloqueo tiene un coste, pues el partido lo pagará.

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Rajoy les ganó las elecciones el 20-D y el 26-J. ¿Por qué han guardado silencio durante diez meses? ¿Era necesario echar a Pedro Sánchez para defender la abstención?

Pedro Sánchez tuvo el apoyo del Comité Federal para intentar un gobierno, que lo impidió un tal Íñigo Errejón y un partido que se llama Podemos, que fueron directos al "no" ante la posibilidad de un gobierno que se llamó de muchas maneras, pero básicamente pivotaba sobre el PSOE y dos alianzas, Podemos y Ciudadanos. Aritméticamente daba. Lo hizo en febrero. Eso provocó que el país fuera convocado a las urnas por segunda vez y todos los partidos salieron a hacer campaña para intentar sacar el mejor resultado posible en las elecciones del 26-J. A partir de ahí, se construyó una ficción por parte de la anterior dirección federal del PSOE sobre un inexistente posible gobierno. A esa circunstancia nos ha traído la anterior dirección: o más bloqueo y excepcionalidad institucional o funcionamiento institucional normalizado. El PSOE ha optado por esto segundo.

¿La abstención era más necesaria para desbloquear la situación institucional, para resolver los líos internos del PSOE o para preparar el desembarco de Susana Díaz en Madrid?

Era un debate sobre si desbloqueo o bloqueo. Si hubiésemos querido una gran coalición, el PSOE habría negociado y puesto condiciones. Y nosotros no tenemos nada que negociar con el PP. Tenemos una negociación pendiente con el país, y la hemos hecho. Hemos dicho: este país está en situación de excepcionalidad y ya que nadie quiere pagar el precio, el PSOE acude a esa llamada de responsabilidad y desbloquea la situación institucional sin negociar nada con Rajoy ni con el PP. Vamos a tratar de decirle que no a las políticas más simbólicas y más duras de su etapa de mayoría absoluta derogando todas esas leyes, y lo vamos a hacer en esta legislatura. Después, haremos una política basada en un principio de responsabilidad, de pactos de Estado sobre asuntos que el país necesita y que tienen que ver con la energía, la innovación, la investigación científica, el desarrollo, la educación y la política territorial.

¿Pedro Sánchez? Honestamente, creo que el PSOE va a mirar hacia delante

Ya que menciona la política territorial, ¿por qué no aparece en la resolución política aprobada en el Comité Federal la reforma de la Constitución? ¿Ha dejado de ser una prioridad?

Está en nuestro programa electoral. Es verdad que hay muchas cosas que no están en la resolución, pero el PSOE es el único partido que le ha dicho al país que tiene una oferta sobre su modelo de convivencia. Es un modelo federalizante del Estado que implica una manera más real de quedarse, de estar y de formar parte de él. Si se consigue llevar a cabo y se convierte en una reforma institucional, puede ser una manera de apuntalar el espacio público de convivencia que, ahora, es obvio que tiene fisuras sobre todo por una parte de nuestro país que se llama Cataluña.

¿Y toda esta operación del PSOE en las últimas semanas ha sido sólo por responsabilidad con el país o ha tenido algo que que ver con la situación orgánica del PSOE?

¿Llama usted operación a la propuesta en plena campaña electoral que hizo la anterior dirección federal de celebrar un congreso en 20 días?

Más bien a la caída del secretario general.

Quizá eso [celebrar un congreso en 20 días] sí era una operación orgánica, y el Comité Federal votó en contra. El anterior secretario general y la anterior Ejecutiva asumieron la responsabilidad de haber perdido esa propuesta ante el Comité Federal y presentaron finalmente la dimisión para abrir paso a un periodo de gestora. Así que, ¿ha habido algo de orgánico en todo esto? Claro, hubo una propuesta de congreso en 20 días que el PSOE no aceptó...

Con una dimisión previa de la mitad más uno de la Ejecutiva, ¿no?

17 personas que no compartían la propuesta de un congreso federal en 20 días para rápidamente solucionar asuntos que es obvio que, en ese tiempo, quien hizo aquella propuesta no parece que tuviera mucha voluntad de solucionar

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¿Cómo se puede hacer oposición sin liderazgo, sin proyecto definido y con un partido tremendamente fracturado?

Distribuyendo responsabilidades. No conozco a muchos socialistas de mayor altura ética e intelectual que Javier Fernández ni que se hayan reconciliado en tan poco tiempo con el armazón ideológico y la profundidad de los valores de este partido. Tenemos un grupo parlamentario de 85 diputados que sabe hacer su labor institucional. Y somos herederos de una idea que se llama Partido Socialista Obrero Español, que sigue teniendo el apoyo de cinco millones y medio de personas que le votaron en las últimas elecciones y a las que tenemos que representar.

¿Y no cree que la abstención viene a dar la razón a quienes sostienen que el PSOE y el PP son los mismo, las dos caras de un régimen que se desintegra? Dicho de otro modo, que ambos se necesitan mutuamente: ustedes le dan al PP un espacio para la gobernabilidad y ellos al PSOE, tiempo para reconstruirse.

O Podemos hacía un esfuerzo de aceptar a Ciudadanos en un escenario a tres con el PSOE -que no estuvo dispuesto-; o el PP alcanzaba pactos, como en otro tiempo, con partidos nacionalistas -una vía cerrada por el proceso independentista de Cataluña- o el PSOE desbloqueaba la situación.

Viendo que nadie estaba dispuesto a hacer un esfuerzo ante el clima de excepcionalidad institucional que atraviesa este país, el PSOE acudió a esa llamada y lo ha hecho. Otros están más cómodos insultando y criticando los pasos de responsabilidad que ha dado un partido como el nuestro, que fueron muchos en casi 140 años de historia. Unos, muy aplaudidos; otros, muy criticados, pero la palabra responsabilidad y las siglas del PSOE han ido siempre ligadas a lo largo de ese siglo y medio, quizá con alguna excepción en algún momento histórico ya lejano.

Ya que menciona a Podemos, ¿no les están ustedes poniendo en pista para que ocupen el espacio de la oposición?

El primer partido de la oposición es el PSOE; el mayor número de cupos de iniciativa en el Congreso los tiene el PSOE y el segundo grupo más grande de la Cámara es el PSOE. No tenemos ningún problema, estamos reconciliados con las instituciones y además no tenemos un debate sobre si la oposición se hace en las calles gritando o en las instituciones legislando. Esto lo tenemos resuelto desde los años veinte del siglo pasado.

Pero sí tienen un debate sobre si tienen que estar cerca del PP y facilitar un gobierno de derechas. Cada partido tiene los suyos.

Cada partido tiene su debate, sí. La diferencia está en que yo tengo un enorme respeto por lo debates que tiene Podemos y a ellos -o algunos de ellos, por matizar-, no les he visto especialmente respetuosos en las últimas semanas con el PSOE. Pero en cualquier caso, nosotros les vamos a devolver respeto en todos los debates que tengan ahora y en el futuro.

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¿Usted es más de abstención técnica o en bloque?

En realidad me parece un debate, no le diría secundario, pero el debate sustancial lo tuvo el Comité Federal el otro día en un Comité Federal que recordaba a los buenos celebrados en el PSOE, con intervenciones de mucha altura en una línea argumental y en otra. Fue un debate y una deliberación para fijar una posición que ahora nos compete a todos. Y es verdad que cuando uno forma parte del cuerpo electoral, participa, delibera y vota, el resultado de ese voto le compete, salvo que te llames Donald Trump, que parece que no está dispuesto a aceptar el resultado de las elecciones. Por lo tanto creo que a partir de ahí, donde más cómodos estemos todos, mucho mejor.

¿Cuándo dice que perdieron altura los Comités Federales del PSOE?

Bueno, el anterior fue un desastre que no se le escapó a nadie. Yo creo que ese día, vamos a decir, no pasará a la mejor parte del PSOE, sino probablemente todo lo contrario.

Cuando Javier Fernández avisa que la decisión del Comité Federal tiene carácter imperativo, ¿está advirtiendo de las consecuencias que puede tener para el PSC romper la disciplina de voto?

Creo que está diciendo que la resolución del Comité Federal es el equivalente institucional al Congreso de los Diputados para la democracia española. Es nuestro órgano de representación y deliberación máximo, el más importante que tenemos entre congresos. Y nos compete a todos. Uno no puede formar parte de un debate, influir en el resultado del mismo y después, si el resultado no te gusta, decir que no va contigo. La mejor escuela de interpretación del socialismo parte de la aceptación de la democracia deliberativa. Eso no se le debería de olvidar a nadie.

Si no acepta el resultado de la democracia deliberativa el PSC, ¿se debería romper la relación orgánica entre el PSOE y el PSC?

No puedo ponerme en el escenario de que un partido que tanto admiramos, como es el PSC, no vaya a aceptar el resultado de una votación de la que formó parte.

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¿Entonces no está escrito de antemano que vaya a revisarse el protocolo de relaciones vigente desde 1978?

Espero que no haya razones para que nada de eso suceda. El PSC es un partido que admiramos, yo desde luego. Siempre hemos aprendido muchas cosas de ellos. Ahora no pueden decir que una votación de la que han formado parte y con un resultado que les gusta más o menos, no la aceptan. Eso no estaría a la altura del PSC.

¿De verdad cree que tiene algún parecido Miquel Iceta con Donald Trump?

Yo no he dicho eso. He dicho que Donald Trump dijo hace poco en Estados Unidos que solo aceptará el resultado de las elecciones en Estados Unidos si él las gana. Es un cachondo, ¿no? Y si las pierde, ¿qué pasa?

¿Miquel Iceta también es un cachondo?

Estamos hablando de Donald Trump, yo no lo mezclo. Digo que creo que el PSC, que tantos ejemplos nos ha dado, volverá a hacerlo.

Entonces, ¿no comparte con algunos de sus compañeros que ha llegado el momento de acabar con una relación asimétrica de 40 años?

No quiero ponerme en el escenario de que no vayan a aceptar el resultado de la votación.

Pero le hablo de modificar un protocolo que por ejemplo, Núria Parlon, de la que usted fue valedor, considera imprescindible revisar. ¿No está de acuerdo?

Si en el futuro hay que revisarlo para optimizarlo, mejorarlo o modernizarlo, no me parece mal. Pero que sea para unir, no para romper.

A Susana Díaz me unen vínculos generacionales y, sobre todo, cercanía en los últimos años

¿Antonio Hernando va a ser la voz de la oposición en el Congreso de los Diputados?

Es el portavoz del grupo.

¿Y no ejerce usted ya de portavoz en la sombra a la espera de lo que ocurra en el próximo congreso federal?

Me sorprende lo que me pregunta.

Es lo que se escucha entre los socialistas del Parlamento.

Bueno, estamos haciendo una entrevista seria. Hay un portavoz del grupo que se llama Antonio Hernando con una dirección formada por un buen número de compañeros procedentes de todo los territorios. Los que marcan la línea de funcionamiento del grupo parlamentario son ellos. Yo soy el vicepresidente de la Comisión de Exteriores.

Pues dígame qué hace el vicepresidente de la Comisión de Exteriores negociando una resolución política con el resto de portavoces parlamentarios.

Cumplir un encargo de Antonio Hernando, el portavoz de mi grupo, y una sugerencia de Patxi López, exlehendakari del Gobierno vasco. Ambos me pidieron que me pusiera a trabajar con los distintos grupos parlamentarios para intentar una resolución institucional de conmemoración por el V aniversario del fin de ETA que, finalmente, el PP vetó y no fue posible conseguir.

¿Tiene un papelón Antonio Hernando cuando se suba a tribuna esta semana a defender la abstención habiendo defendido el no hasta ayer?

Será la voz del desbloqueo institucional y de un mandato del Comité Federal. Representará por tanto a todos los diputados y diputadas que estamos en esa Cámara y estoy seguro que ganará el debate.

O sea que, como dijo Mario Jiménez, fue correa de transmisión del "no" de la anterior dirección y será correa de transmisión de la "abstención de la gestora.

No conocía esas palabras, pero el portavoz del grupo es el portavoz del grupo y tampoco hemos tenido tantos en democracia. Todos han sido portavoces brillantes, en momentos a veces más fáciles o más difíciles, pero creo que de estos dos últimos años es muy difícil encontrar una queja de Antonio Hernando como portavoz del grupo. Tanto él como la dirección han funcionado muy bien. El grupo parlamentario ha sido impermeable al clima de inestabilidad orgánica que el partido ha tenido en estos últimos dos años. Hemos funcionado bien y espero que sigamos funcionando bien.

Cuando uno forma parte del cuerpo electoral, participa, delibera y vota, el resultado le compete, salvo que te llames Donald Trump

¿Le ofreció algún miembro de la gestora ser portavoz en esta etapa o se decidió que no se quemara usted en un momento de transición?

No sé si usted tiene otra información del PSOE pero, que yo recuerde, a mí nadie me ofreció nada. Se le ofreció continuar a Antonio Hernando, aceptó y fue refrendado por el 100% del grupo. Todo en orden.

¿Si Susana Díaz se ha dejado pelos en la gatera en esta última batalla librada en el PSOE, qué se ha dejado Eduardo Madina?

No sé qué me he dejado yo personalmente. Le reconozco que estoy poco atento a mí mismo. Sé que esto es también contracíclico, hay un exceso de atención a nombres propios en la política últimamente. Pero le diría que no me importa. He estado donde creo que debería estar, y de la mano de mis principales referentes en este partido. Javier Fernández, el principal. Por tanto, en el sitio correcto. No sé medir qué o cuánto me he dejado. Sé que el PSOE ha pasado por aguas muy turbulentas, con oleajes muy elevados, con una parte de la sociedad que lo ha comprendido y otra parte de los militantes del PSOE que no lo han entendido. Ahora entraremos en aguas seguro más tranquilas, de una navegación normal de una legislatura con un país funcionando institucionalmente en formas normales, más habituales. Ahí es donde el PSOE, a diferencia de otros partidos, creo que luce más.

Ha estado junto a Javier Fernández en estas últimas semanas, ¿donde ha estado los dos últimos años?

En el silencio de quien pierde un congreso y prefirió callarse porque ganó otro proyecto. No he dado ninguna entrevista, esta es una de las primeras que doy en los últimos dos años porque creo que eran otros los que tenían que ponerle voz al PSOE. Concretamente, los que ganaron el último congreso de julio del año 2014. Creo que mi manera de contribuir fue pedir a todos los que estuvieron conmigo que ayudaran. Yo preferí callarme las opiniones a veces coincidentes y otras, no.

¿Que ayudaran a quién?

Al partido. Con su trabajo en cada uno de sus territorios, en el ámbito que cada uno tiene de sus responsabilidades. Los últimos seis meses estuve fuera del Parlamento porque fui en las listas de Madrid en el puesto número siete y salieron seis. Así que hice mi vida privada, pero supongo que eso, a usted, no le interesa.

¿Tiene intención de presentarse al próximo congreso?

No, ninguna.

¿El volumen del PSOE es muy superior a su tamaño político o tiene otro argumento de más peso esta vez?

No. Eso ya lo resolví cuando me presenté a la secretaría general, pero el resultado es de primer orden de democracia y yo le diría que lo acepté al día siguiente. De ahí, mi silencio y mi comportamiento: no poner ni un sólo palo en la rueda del partido en estos dos años. Pero ya me presenté y ya sabe cuál fue el resultado, ganó Pedro Sánchez, perdí yo, y perdió José Antonio Pérez Tapias. Y creo que segundas partes nunca fueron buenas.

El PSOE crujirá vivo a Rajoy en su obra política más dura

¿Por qué cree que ha dejado de ser la esperanza blanca de la izquierda española?

Si lo hubiera sido alguna vez, hubiera ganado aquel congreso y no lo gané.

¿Por qué cree que no lo ganó?

Le diría, de manual, que porque hubo más gente que votó a Pedro que a mí. Es verdad que la suma de votos de José Antonio Tapias y yo sumaba más que el voto que sacó Pedro, pero todo eso es pasado y el pasado no volverá. Ya está, se resolvió, fue hace dos años y al día siguiente, el 15 de julio del año 2014 el resultado estaba aceptado.

¿Quién ganó aquél congreso: Pedro Sánchez o los aparatos territoriales del PSOE?

Bueno, ganó Pedro Sánchez por una alianza de mucha gente. Obviamente supo o encontró una alianza de sectores del partido de enorme relevancia en el PSOE.

Pero ponga nombres, porque los sectores los dirige alguien, los encabeza alguien, los lidera alguien...

Sectores, federaciones. Mire yo gané en Asturias, Extremadura, Castilla y León, Navarra, Cantabria, Cataluña y no me acuerdo cuál de las dos ciudades autónomas. En todas las demás federaciones, perdí. Esto va de conseguir mayorías, él lo supo hacer y yo no. El congreso lo ganó como lo tenía que ganar, limpiamente.

La anterior dirección construyó una ficción sobre un posible gobierno inexistente

¿Se sintió en aquel momento traicionado por alguien?

¿En qué momento?

En 2014

No pero eché de menos a gente ayudándome. Pero la traición, que es una palabra que está muy de moda últimamente, tiene una mecánica fácil. Tiene once siglos de historia, el establecimiento de un dogma y el señalamiento de las herejías. No me preocupa que haya otros de otras familias ideológicas que lo utilicen, me preocupa cuando hay socialistas que lo han usado. Por ejemplo, para llamar traidor a Guillermo Fernández Vara o a Felipe González. Pero es verdad que cuando aparece el dogma por la puerta, el pensamiento sale por la ventana. Y yo no creo en la palabra traición. ¿Eché de menos a gente? ¿Me hubiera gustado que alguna gente hubiera colaborado conmigo en aquella candidatura? Por supuesto.

¿A quién echó de menos?

Vamos a dejarlo porque aquello fue hace dos años, y no sé si es el momento de...

Nunca ha hablado de ello

Eché de menos a gente querida. Una vez preguntaron a José Mujica que si se arrepentía de algo en su tiempo en política y dio una respuesta que se me quedó grabada. Esperaba que dijera alguna decisión política, alguna ley. ¿De qué se arrepiente?, le preguntó la periodista. Y dijo: de los amores perdidos. Bueno, en aquel momento, me hubiera gustado tener más cerca a algún amor.

Cuando dice que segundas partes nunca fueron buenas, ¿se refiere también a las intención de Josep Borrell de presentarse a las próximas primarias del PSOE?

Pero, ¿eso es cierto?

Al menos no ha cerrado la puerta, ¿cree que tiene posibilidades?

La tesis de que segundas partes nunca fueron buenas es para mí. Cada uno tiene que decir qué quiere hacer. Cualquier militante del partido puede presentarse a un congreso si reúne los avales. Si Pepe Borrell decide dar un paso adelante, es una decisión suya.

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¿Ve a Patxi López compitiendo por el liderazgo del PSOE?

Con Patxi López tengo una relación excesivamente afectiva y subjetiva como para valorarlo sólo como líder político. Trabajé mano a mano con él durante años en Euskadi. Es un gran referente del partido. Algo me dice que de aquella experiencia en el Gobierno vasco, todos aprendimos mucho. También en circunstancias de excepcionalidad. Aunque no ganó las elecciones, conseguimos gobernar para un tiempo clave. Fue muy criticado aquel pacto de gobierno con el PP, pero fue una de las mejores gestiones de la historia del gobierno vasco: desde la entrada en vigor del Estatuto de autonomía hasta el fin de ETA. Conclusión: a veces uno pasa tormentas pero descubre que, al día siguiente o incluso años después, hay días enormemente soleados. No hay nada más que ir a Euskadi un rato para ver que hoy nada tiene que ver con el tiempo de antes, y el gobierno de Patxi López fue clave en todo ello.

Pues yo no le hablaba del tiempo soleado, sino de las posibilidades de Patxi López para liderar el proyecto socialista.

Eso es algo que debe calibrar él. Si da un paso adelante...Pregúntele a él. Yo estoy convencido de que es menos de Bilbao que yo, pero es tan directo como yo.

¿Lo apoyaría?

Permítame que haya antes un congreso. Cuando llegue y vea distintos candidatos, hacemos otra entrevista y yo le digo a quién apoyaré.

¿Con quién tiene más en común? ¿Con Josep Borrell?, ¿con Susana Díaz?, ¿con Patxi López?

Yo voté a Borrell en sus primeras. Tengo alguna duda de si él me votó a mí en las mías.

¿Se siente entonces más cerca de Borrell que de Susana Díaz y Patxi López?

No, me siento con ganas de terminar esta respuesta. Con Patxi López me unen años de militancia en el País Vasco en condiciones muy difíciles. Con Susana, vínculos generacionales y, sobre todo, cercanía en los últimos años. Así que creo que tengo afecto por todos, y por otros muchos compañeros por los que usted no me pregunta. Cada uno de ellos deberá decidir si quiere presentarse o no, y a partir de ahí, pues yo le propongo que hagamos otra entrevista y le contesto.

El PSOE acude a la llamada de responsabilidad sin negociar nada con Rajoy ni con el PP

¿La solución a los problemas del PSOE sigue pasando por Susana Díaz o algún día el PSOE tendrá a bien dejar la construcción de liderazgos en torno a una mesa camilla?

No veo la relación de Susana Díaz con la mesa camilla, pero es uno de los grandes referentes del PSOE.

Si quiere, se lo explico.

Sí, explíqueme.

Los liderazgos en torno a una mesa camilla son aquellos que deciden los aparatos y los referentes de los partidos desde la conspiración. Vamos, algo muy repetido en el PSOE desde que Felipe González decidió abandonar la secretaría general.

No creo que el XXXV Congreso fuera una mesa camilla.

¿No fue el liderazgo de Zapatero impulsado para frenar el ascenso de Pepe Bono?

Cuatro candidatos: Rosa Díez, Matilde Fernández, Pepe Bono, Zapatero. Un congreso resuelto con muy pocos votos que abrió una etapa después de una crisis que nos costó mucho abandonar...

Donde, en torno a una mesa camilla, el guerrismo decidió prestar 50 votos a la candidatura de Zapatero para que no ganara Bono.

Pero entonces, hubiera sacado 50 votos. Habría más votos a la candidatura de Zapatero, digo yo. Creo que con 50 habría perdido. No, no creo que haya mesas camilla. Esto del próximo congreso irá también de 'un militante, un voto'. Aquello vino para quedarse. Y quien quiera presentarse a la secretaría general sabe que cuenta con esa fórmula, que tendrá que presentar un proyecto serio y vinculado a los principales requerimientos del partido. Alcanzar la secretaría general y después lo más importante, desarrollar una buena travesía como secretario general. Es ahí donde todo se mide.

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¿En qué se ha podemizado el PSOE?

Yo creo que en nada.

¿No está de acuerdo con esa afirmación de Javier Fernández?

Creo que no se ha podemizado. Creo que hay un sector del partido que ha pensado, sobre todo en la etapa anterior a esta fase de gestora, que el adversario del PSOE era Podemos. Y mi opinión es que el PSOE no tiene en Podemos un adversario. El adversario es el PP. Somos un partido de gobierno que en Suresnes decidió que quería dejar de ser el primer partido de la izquierda, para intentar ser siempre el primer partido del país. No quiero que el PSOE se parezca a Podemos y tampoco quiero que Podemos se parezca al PSOE. Quiero que Podemos sea Podemos, que tenga suerte. Y también quiero que el PSOE sea el PSOE y tenga, a poder ser, un poco más de suerte.

Fue usted, como acaba de recordar, el que impulsó aquello de un 'militante, un voto' y hay compañeros suyos que sostienen que de aquellos polvos, estos lodos.

Claro, es una mala interpretación de procedimiento. Es decir, que haya sufragio universal en elecciones a secretario general no desdibuja o inhabilita la existencia de órganos de control de lo que hace la Ejecutiva que nombra un congreso con ese secretario general al frente. La participación directa se puede combinar con la democracia representativa, esto tiene siglos, lo que pasa es que parece que algunos no lo conocían. ¿La estructura de partido absorbe el voto del militante? Obviamente. ¿Es compatible con una democracia representativa? Claro. Es tanto como decir que el sufragio universal es incompatible con la representación a través del Congreso y del Senado. Es de primero, tiene muchos siglos y creo que hay una mala lectura.

Si entiendo bien, usted se sigue sintiendo cómodo en la llamada a la militancia, pero no para preguntarle sobre si el PSOE se debe abstener o no en la investidura.

Es que la última vez decidimos votar que no y nadie pidió un referéndum. Mi pregunta es ¿por qué ante un debate que ha apostado por una vía de desbloqueo institucional ahora sí hay que preguntar? ¿Quizá porque una parte del partido no está cómoda con el resultado? No se puede acudir a este truco de la militancia cuando uno cree que va a perder. Es una mala lectura de la apelación a la participación que, insisto, es perfectamente compatible con una democracia representativa. Es más, la Constitución tiene un artículo que habla de consultas en momentos excepcionales y eso no invalida el funcionamiento del Congreso de los Diputados. Hay compatibilidad plena excepto que haya quien decida no aceptarlo.

Segundas partes nunca fueron buenas. No tengo intención de presentarme a ningún congreso

¿Qué ha supuesto Pedro Sánchez para la historia reciente del PSOE?

Es pronto para evaluarlo. Recuerdo un ministro chino que, cuando una periodista francesa hace algunos años le preguntó cuánto de determinante creía que había sido la Revolución Francesa en la Historia, el ministro chino le respondió: "Es pronto para saberlo". Depende de cómo enfoque uno el concepto de tiempo. Las consecuencias de estos dos años creo que vamos a tardar tiempo en evaluarlas a fondo.

Si tuviera que valorar usted su mandato o compararlo con el de anteriores secretarios generales ¿cómo lo haría?

Hay un recurso fácil, que son los resultados electorales. Hemos tocado suelo, nos hemos ido a los peores resultados electorales de nuestra historia en todos los procesos electorales a los que hemos acudido. Y fíjese que se que está instalado el argumento de que "el PSOE está mal porque el escenario ha cambiado". No lo acepto. El escenario ha cambiado porque el PSOE está mal. Los cambios de escenario no llegan solos. Obedecen al comportamiento de los actores políticos. Así que creo que los resultados lo explican prácticamente todo.

¿Con otro candidato, el PSOE hubiera tenido posibilidades de recuperar en unas hipotéticas terceras elecciones?

Intentamos un gobierno que Podemos impidió y fuimos a elecciones y sacamos menos resultado.

Le hablo de terceras elecciones.

Nada indica que, con la herida que ya nos acompañaba, las cosas en un mes y medio fueran a recuperarse.

¿Y cree que Pedro Sánchez tiene posibilidades de recuperar el liderazgo en el PSOE?

Honestamente, creo que el PSOE va a mirar para adelante.

Pues parece que su narrativa sigue instalada en la militancia.

¿A qué tipo de narrativa se refiere?

A la de que ustedes van a facilitar un gobierno de derechas que ha provocado mucho sufrimiento a este país, por ejemplo.

Bueno, básicamente nosotros vamos a desbloquear una situación de excepcionalidad institucional. El relato de que el PSOE hace presidente a Rajoy es que... es que Rajoy tuvo ocho millones de votos. Y España...

Pero es el PSOE el que va a facilitar que Mariano Rajoy vuelva a ser presidente del Gobierno.

Yo creo que fueron los ocho millones de españoles que le votaron. El PSOE desbloqueará, ante una situación de bloqueo institucional, y luego crujirá vivo a Rajoy en su obra política más dura. No es una boda con Rajoy, no es una negociación con Rajoy. No son contrapartidas a cambio de algo como ha pedido algún compañero, por ejemplo, Pepe Borrell, hace unos meses. Yo no tengo nada que negociar a cambio de desbloquear. El PSOE negocia consigo mismo. Y después, aplicará un programa que va a servir para derogar la ley del aborto, la ley de seguridad ciudadana, la ley educativa, para llevar adelante una comisión de investigación en el Parlamento sobre Gürtel, para acabar con la ley de enjuiciamiento criminal, para cambiar la reforma laboral, para aplicar lo que nosotros llevábamos en el programa y la gente votó. Está muy bien el debate interno de los partidos pero a mí me gusta mucho más el debate sobre el futuro de un país que tiene retos enormes de hace mucho tiempo. Si la legislatura empieza a andar, obligatoriamente vamos a tener que hablar de ellos. Sé lo que es un grupo con 169, lo dirigí en la segunda etapa de Zapatero. ¡No me quiero ni imaginar el infierno en el que van a vivir los dirigentes del PP en el Congreso de los Diputados con 137!

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Se equivocó el PSOE al no exigir responsabilidades por la primera derrota histórica a Pedro Sánchez el 20 de diciembre.

Bueno, yo las exigí. Recuerdo perfectamente aquel Comité Federal donde hablé de resultados y de nada más. Tiempo después, en el Comité Federal que sucedió a las elecciones del 26 de junio, también volví a hablar exclusivamente de resultados porque creo que si no hay un correcto análisis de dónde, cómo y por qué has obtenido qué tipo de resultados, es absolutamente imposible hacer un análisis de la realidad. Y cuando no haces un análisis de la realidad, empiezas a habitar en realidades que no existen. Hubiera sido muy bueno que la dirección anterior hubiera colaborado en un análisis profundo. No haberlo hecho está en parte detrás de los problemas que hemos tenido en estos meses.

¿Y por qué cree que no le siguieron el resto de sus compañeros en ese análisis y en esa exigencia de responsabilidades?

Bueno, entraba rápidamente el debate que ahora parece que ya no tiene valor sobre la situación institucional del país, sobre si había posibilidades o no de gobierno. Todo el mundo, empezando por la dirección, entró más cómodamente en un debate de hipótesis de investidura.

¿No tiene la sensación de que el PSOE, el 1 de octubre, perdió algo más que un secretario general?

Sin duda. Perdimos las formas y las emociones a raudales. Emociones en el sentido de afectos. Claramente, fue el peor Comité Federal que yo he visto en mi vida, y los más viejos del lugar decían exactamente lo mismo. Fue horrible.

¿A quién ve con aptitudes para coser las heridas que han dejado abiertas?

Ahora mismo a Javier Fernández, es lo mejor que tenemos en este partido. Yo sé que para mucha gente que no es asturiana o que no sigue el día a día del PSOE, ha sido un descubrimiento muy positivo. Su altura intelectual, su altura ética, su altura ideológica... Es un faro en tiempos de oscuridad para el país y para el PSOE. Y creo que haríamos muy bien en volcar en él todo nuestro esfuerzo porque con él creo que este partido puede coser heridas de ese Comité Federal, de estas circunstancias orgánicas...

¿Cuándo cree que es la fecha más adecuada para celebrar el congreso federal?

Debemos empezar pronto con algo que condujo con maestría un señor llamado Ramón Jáuregui en el tiempo de la última conferencia política. Fue aquél uno de los mayores esfuerzos intelectuales, académicos, ideológicos, programáticos y estratégicos que ha hecho este partido en los últimos años. Sobre esa base, tenemos que empezar a hacer algo pronto parecido que nos haga avanzar desde allí hacia el futuro. Al margen de quién dirija el partido y de qué personas estén en la dirección, la clave es la propuesta política a interpretar. Así que yo empezaría pronto para que durante unos cuantos meses podamos hacer un trabajo a fondo.

No puedo ponerme en el escenario en el que un partido no vaya a aceptar el resultado de una votación de la que formó parte. Eso no estaría a la altura del PSC

¿Primero la propuesta política y luego el liderazgo?

Cuando hemos vivido una crisis de esta magnitud creo que sí. Y creo que además que es compatible por la vía de un militante un voto se elija un secretario general, si está dispuesto primero a aprender y después, a interpretar el consenso ideológico, político, estratégico, que el partido le ha dado. No creo que el PSOE salga de esta con un congreso en 20 días.

¿Eduardo Madina ha vuelto para quedarse?

He vuelto para ayudar, soy diputado. Este es el tiempo de echar una mano, ayudar al partido en un momento de enormes dificultades.

¿La pregunta es si se quedará, sea quien sea el próximo secretario general del PSOE?

Bueno, es que quedarme o irme no depende de quién sea el secretario general, sino de las circunstancias que atraviese el partido y el proyecto que presente el clima interno. Pero mi intención es quedarme, claro. He salido de diputado, estoy ayudando en el partido en todo lo que se me pide, estoy al servicio de Javier Fernández y de los miembros de la gestora para lo que necesiten de mí. También al servicio del portavoz del grupo parlamentario, Antonio Hernando. La verdad es que ahora mismo no estoy pensando en nada más que en eso. Pero si quiere, le doy una vuelta a esto de irme...

Que tenga suerte.

Esta entrevista se realizó en la biblioteca del Hotel de las Letras

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