Si Hillary Clinton llega a presidenta, ¿será Bill 'Primera Dama'?

Si Hillary Clinton llega a presidenta, ¿será Bill 'Primera Dama'?

REUTERS

Si Hillary Clinton gana las elecciones a la presidencia de Estados Unidos este martes, el país conocerá dos nuevos acontecimientos nunca antes ocurridos en su historia: por un lado, una mujer se instalará en el Despacho Oval; por otro, un hombre ocupará el cargo de Primera Dama, que, como su nombre indica, nunca ha sido atribuido a un miembro de sexo masculino.

Por tanto, habrá que encontrar una apelación adecuada para Bill Clinton, quien —a sus 70 años— viviría la experiencia inédita de volver a la Casa Blanca como esposo de la presidenta, tras haber dirigido él mismo el país entre 1993 y 2001.

PRIMER… ¿TÍO?

Dado que el término de “Primera Dama” no es un título oficial, se acepta cualquier sugerencia para sustituirlo. La propia Hillary Clinton dio su opinión en una entrevista con Jimmy Kimmel (como puede verse en el vídeo más abajo). Entre sus opciones están "First mate" (primer compañero) o incluso "First Dude" (primer tío).

Si bien a algunos americanos les gustaría que el puesto de “First Lady” permaneciera tal cual, "First gentleman" (primer caballero) parece ser el término favorito de la candidata demócrata, que aun así recuerda que su marido debería mantener el título de “presidente Clinton”.

Bromas aparte, los Clinton podrían aprovechar la ocasión para dejar su huella. Como explica a USA Today Lauren Wright, autora del ensayo On Behalf of the President: Presidential Spouses and White House Communications Strategy Today, la pareja tiene la posibilidad de optar por un término no marcado, que podría mantenerse a lo largo de la historia independientemente de que sea un hombre o una mujer quien ocupe ese cargo.

BILL, DISPUESTO A “RECIBIR ÓRDENES”

Bill Clinton nunca ha salido realmente de circulación (política). En Estados Unidos sigue siendo popular y ha continuado trabajando en la escena internacional gracias a la Fundación Clinton.

Aunque asegura que le encantará asumir el papel de “First Lady” y que espera “recibir órdenes tras haber pasado [su] vida tomando decisiones”, resulta poco probable que se rinda a las tradiciones que el puesto conlleva. Por ejemplo, las de centrarse en una causa que ponga a todo el mundo de acuerdo (como Michelle Obama con la lucha contra la obesidad infantil) o elegir la nueva vajilla de porcelana.

"Con todo el respeto que debo a mi marido, probablemente siga ocupándome de elegir las flores y la vajilla para las cenas importantes", confiaba Hillary Clinton en diciembre de 2015. El expresidente, vegetariano desde 2010, podría dedicarse a promocionar el régimen que le “salvó la vida”, pero su esposa también cuenta con él para “misiones especiales” en las que su experiencia presidencial será útil.

En una visita a Kentucky el pasado mes de mayo, la candidata demócrata especificó que pensaba “encargarle una revitalización de la economía. Porque él sabe cómo hacerlo”, explicó, en referencia a su etapa como presidente, que estuvo marcada por un presupuesto para el equilibrio y la creación de millones de empleos. En cambio, no tiene pensado confiarle un ministerio, aseguró Clinton.

LAS FAMOSAS ‘COOKIES’

En cualquier caso, Bill Clinton no ha escapado a una de las tradiciones más emblemáticas para las parejas de los candidatos a la Casa Blanca y ya ha ofrecido su mejor receta de galletas a la revista Family Circle. No obstante, como explica Stephen Colbert en el siguiente vídeo, el expresidente tampoco se complicó demasiado… y dio exactamente la misma receta que contó su mujer en 1992.

Precisamente fue ella quien dio origen a este ritual. Cuando le preguntaron durante la primera campaña presidencial de su marido si pensaba continuar con su carrera, ella respondió: “Me imagino que podría haberme quedado en casa, haciendo galletas y tomando el té, pero he decidido invertir en mi profesión, que empezó antes de que mi marido entrara en la vida pública”. Fue a partir de ahí cuando se empezó a pedir a la esposa del candidato su mejor receta de galletas. Y la tradición sigue en pie desde entonces.

Este artículo fue publicado originalmente en la edición francesa de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del francés por Marina Velasco Serrano

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