11 cosas por las que recordaremos a Barack Obama

11 cosas por las que recordaremos a Barack Obama

Este martes 10 de enero de 2017 pasará a la historia como el día en el que Barack Obama pronunció su último discurso como presidente. No lo hará en cualquier escenario: el lugar escogido para tan importante acto es Chicago. Se trata de la ciudad en la que conoció a su esposa, Michelle, en la que nacieron sus dos hijas, Sasha y Malia, en la que trabajó como líder comunitario y en la que dio el salto a la política.

A esta larga lista sumará otra hecho importante en su vida: su despedida ante los ojos del mundo a ocho años de presidencia en los que ha habido luces y sombras. Estas son las 11 cosas por las que se recordará el legado de Barack Obama.

Si los historiadores escribieran sólo una cosa sobre Barack Hussein Obama, probablemente sería cómo, 143 años después de que la esclavitud fuera abolida, un joven senador de Illinois se convirtió en el primer presidente negro de Estados Unidos.

El candidato afroamericano no sólo ganó las elecciones de 2008, sino que lo hizo por una mayoría abrumadora -356 votos electorales-, una victoria que no se veía desde 1996, cuando Bill Clinton derrotó a Bob Dole por 379 votos electorales frente a los 159 con los que se hizo su rival.

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Mucho tuvo que ver en su victoria el enorme entusiasmo que su candidatura despertó: el censo electoral se calcula en unos 153 millones de votantes (casi el 75% de las aproximadamente 200 millones con derecho al voto) y el nivel de participación alcanzó los dos tercios, hasta 130 millones, lo que supuso la mayor participación en 48 años.

Durante su mandato, hacer de EEUU un país más igual y respetuoso ha sido el gran objetivo de Barack Obama. Pero no ha llegado a conseguirlo al 100%. Prueba de ello es cómo, pese sus intentos, las tensiones raciales no sólo no han cesado, sino que se han incrementado.

Con todo, el hecho de que resultara elegido presidente ha confirmado los monumentales cambios que se han gestado en la sociedad estadounidense.

"Esta noche, EEUU ha lanzado un mensaje inequívoco: no importa cuánto tiempo haga falta, se ha hecho Justicia". Así anunció Barack Obama la muerte del que era considerado el "enemigo número 1" de Estados Unidos, Osama Bin Laden. Ocurrió el 2 de mayo de 2011 y ha sido, sin duda, uno de los logros más importantes del equipo de seguridad nacional de la Administración Obama. Su predecesor, George W. Bush, había prometido una y otra vez llevar ante la justicia el autor intelectual del 11-S, pero nunca lo logró.

Pero la arriesgada operación de las fuerzas especiales no estuvo exenta de polémica: mostró en parte el controvertido enfoque del presidente sobre drones de asalto como medida antiterrorista. Obama deja ahora la presidencia, pero las ramas y los socios de Al-Qaeda siguen siendo potentes, aunque su liderazgo en Afganistán y Pakistán se haya reducido. "Es una de las pocas cosas que lamento de mi presidencia: que el rencor y la sospecha entre las partes hayan empeorado en vez de mejorar", afirmó Obama en su último Discurso del Estado de la Unión.

El mandatario demócrata ordenó cerrar la prisión de Guantánamo el primer día de su presidencia. Había sido una de sus grandes promesas electorales, pero tan pronto asumió el cargo fue consciente de hasta qué punto los republicanos se lo iban a poner difícil. Tanto, que han conseguido que su plan haya fracasado.

Los legisladores republicanos, que desde 2010 cuentan con la mayoría en las dos cámaras del Congreso, han impedido sin cesar que se cierre. La Administración Obama sí ha logrado en estos últimos años reducir el número de detenidos en la prisión por la que han pasado un total de 780 reclusos. El presidente confía en que, al término de su mandato, quede un máximo de 40 presos en la base, 200 menos que cuando llegó a la Casa Blanca en 2009.

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Imagen de archivo de la cárcel de Guantánamo

En la actualidad quedan 59 presos en Guantánamo, de los que 23 han sido clasificados como seguros para su repatriación o traslado a terceros países. Esta semana, el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, ha adelantado que la Administración Obama está haciendo todo lo posible “para reducir la población” de la prisión.

De poco servirán sus esfuerzos: cuando llegue Donald Trump al poder el próximo 20 de enero, ese final de la prisión no llegará. “No debería haber más repatriaciones”, ha afirmado el presidente electo en Twitter. “Se trata de personas extremadamente peligrosas y no se les debería permitir regresar al campo de batalla”.

La reforma sanitaria -conocida como Obamacare- ha sido el principal logro legislativo de Barack Obama, pero también se ha convertido en la primera diana en la que han puesto su mira tanto los republicanos que controlan el Congreso como el presidente electo, Donald Trump. Y a la espera de que Trump cumpla la promesa, reiterada por su vicepresidente, Mike Pence, de que usará el poder ejecutivo en cuanto jure el cargo el 20 de enero para empezar a derogar la ley, los senadores conservadores han emprendido la embestida. Obama y los demócratas también han empezado a organizar la defensa.

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Una mujer sostiene un documento de información sobre el Obamacare

Desde que en la primavera del 2010 los demócratas, que entonces controlaban el Congreso, aprobaron la formalmente bautizada como ley de cuidado accesible (ACA por sus siglas en inglés), los republicanos se marcaron como objetivo “derogarla y reemplazarla”. Cuestionando como otro exceso gubernamental una ley que entre otras cosas ha obligado a tener un seguro, ha creado subsidios para las familias de ingresos medios y ha expandido la cobertura pública para los pobres (Medicaid), los conservadores la han retado desde los estados que controlan y en los tribunales, así como en el Congreso.

Con Trump listo para asumir la presidencia, se elimina el freno que han tenido en el Despacho Oval y el objetivo de la revocación está ahora a su alcance. Pero también empieza a quedar de manifiesto que ni la abolición ni, sobre todo, el reemplazo, son tan fáciles como un eslogan. Y crece la conciencia de los riesgos políticos que puede tener deshacer una ley que, pese a sus múltiples imperfecciones, ha dado cobertura médica a 20 millones de estadounidenses que no la tenían, ha impedido a las agencias de seguros rechazar a personas con condiciones médicas preexistentes o ha permitido a los jóvenes extender hasta los 26 años su cobertura en los seguros de sus padres.

Obama dejará la Casa Blanca con dos hitos para la política exterior de EEUU: el acuerdo alcanzado en julio de 2015 para limitar el programa nuclear de Irán y la normalización de las relaciones con Cuba.

También supervisó la retirada de tropas estadounidenses en Irak y Afganistán, cumpliendo de este modo con la que era una de sus promesas estrella de su campaña.

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Barack Obama durante su visita a Cuba

Pese a todo ello, su política internacional ha sido muy cuestionada. Han sido muchas las veces que se le ha acusado de haber provocado la pérdida de liderazgo de EEUU a nivel internacional en favor de, por ejemplo, Rusia. Inició su segundo mandato con el objetivo de mejorar las relaciones con Moscú, pero se produjo, en 2014, la anexión de Crimea a Rusia. Ahora los servicios de inteligencia de EEUU. aseguran que hackers rusos, con el conocimiento de las autoridades del país, se dedicaron a desprestigiar a la demócrata Hillary Clinton, rival de Trump en las elecciones presidenciales de 2016.

Por otra parte, la Primavera Árabe que se inició en 2010 generó revueltas en todo el Medio Oriente, culminando con una la guerra civil en Siria que facilitó el surgimiento del autodenominado Estado Islámico y una devastadora crisis de refugiados que ha alterado la política europea. Y Corea del Norte continúa desarrollando su programa nuclear, y los planes de Obama para un "giro asiático" en la política exterior de Estados Unidos han hecho poco para mantener las ambiciones regionales chinas bajo control.

El primer proyecto de ley firmado por Obama fue la Lilly Ledbetter Fair Pay Act. Aprobada en 2009, esta ley toma el nombre de una mujer que luchó durante años para que le pagaran lo mismo que a sus compañeros de trabajo y que consiguió que el gobierno garantizara que todo el mundo que realiza las mismas tareas reciban el mismo salario independientemente de su sexo, raza, religión u orientación sexual.

En sus dos primeros años de presidencia, Obama nombró a dos mujeres para servir en la Corte Suprema: Sonia Sotomayor para cubrir la plaza del juez retirado David Souter y Elena Kagan, que reemplazó al juez John Paul Stevens. Por primera vez en la historia de Estados Unidos hay tres mujeres sirviendo en la Corte Suprema, una de ellas latina.

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Por Orden Ejecutiva, Obama creó en el 2009 el Consejo de la Casa Blanca sobre Mujeres y Niñas, como parte de la Oficina de Asuntos Intergubernamentales.

Barack Obama ha ejecutado varias medidas en favor los grupos homosexuales, como la ley de prevención de crímenes de odio de Matthew Shepard y James Byrd Jr., ampliando la ley federal de 1969. En diciembre de 2010 firmó la Ley de Derogación que había impedido que gays y lesbianas sirvieran en las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos.

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Bajo su mandato el Tribunal Supremo de EEUU legalizó del matrimonio entre personas del mismo sexo en todo el país, una decisión histórica que anuló la capacidad de los estados para prohibir las uniones entre homosexuales. Así se consiguió que el matrimonio homosexual pasara a ser un derecho constitucional en Estados Unidos, obligando a los catorce estados del país que aún lo prohibían a permitir que las personas del mismo sexo puedan unirse legalmente.

En lo que respecta a la inmigración, Obama sólo ha podido sacar adelante una serie de acciones ejecutivas con las que se proporcionaba un estatus normalizado a inmigrantes indocumentados como niños y a familiares inmigrantes de ciudadanos estadounidenses y de residentes permanentes. Aunque esta última política ha sido suspendida durante una prolongada batalla legal que disputa la constitucionalidad de los esfuerzos. Además, el gobierno de Obama ha deportado cerca de 2,5 millones de inmigrantes entre 2009 y 2015 usando órdenes de remoción, según datos del Departamento de Seguridad Nacional.

Cuando Obama asumió el poder en enero de 2009, la economía estadounidense iba de mal en peor: el desempleo se había duplicado, el precio de las viviendas se había disparado y la industria financiera estaba al borde del colapso. Desde el punto de vista de las políticas económicas, en su primer mandato Obama impulsó un importante paquete de estímulo y una reforma legal y financiera.

Así luchó por sacar a Estados Unidos de la crisis financiera y económica sirviéndose de políticas totalmente distintas de las aplicadas en Europa. En lugar de imponer la austeridad, incrementó el gasto público mientras controlaba la inflación con aumento moderado de impuestos y crecimiento económico. Invirtió en obra pública e infraestructuras, en educación, tecnología, energías renovables, investigación e innovación. Dobló la inversión en investigación. El resultado fue que en el 2010 Estados Unidos crecía al 4% y, aunque luego se moderó el crecimiento, ha seguido entre el 2% y 3% como media, basado en incremento de la productividad.

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Según los datos recién publicados por el Departamento de Trabajo, el desempleo ha caído al 4,6%, el nivel más bajo desde 2007; la creación de empleo sigue siendo sólida: el último dato disponible fue que se crearon 178.000 nuevos empleos el pasado noviembre (desde el 2009 se han creado 15.6 millones de empleos en EE UU); y los salarios, tras estar estancados desde el inicio de la recuperación, han subido un 2,3% durante el último año. Por último, la economía sigue creciendo a niveles comparativamente fuertes (se espera que crezca un 2,3% en el 2017), la inflación empieza a despuntar (lo que ha llevado a Reserva Federal a volver a subir los tipos de interés), y el Dow Jones ha alcanzado un nuevo récord nominal próximo a los 20.000 puntos.

Desde el punto de vista histórico, el récord económico de Obama es muy positivo si tiene en cuenta que tomó posesión en un momento álgido de la crisis. Eso sí, si se deja de lado ese contexto, los datos no son ni tan sólidos ni tan positivos : el empleo ha crecido un 8,4% (muy por debajo del 17,7% de Reagan y el 20,9% de Clinton); la media de desempleo ha sido del 7,4% (pese a caer 3,1 puntos porcentuales al final de su mandato); y la tasa de participación laboral entre los trabajadores varones de 25-54 años ha caído 14 puntos en los últimos 8 años, intensificando una trayectoria muy preocupante de décadas.

Sin embargo, teniendo en cuenta cuál era la situación al inicio de su presidencia, la salud actual de la economía es quizás el legado más destacado del presidente.

La política de Obama ha sido muy favorable a la protección al medio ambiente y ha propuesto nuevas regulaciones sobre plantas energéticas, fábricas y refinerías de petróleo en lo que ha sido un intento de limitar las emisiones de gases de efecto invernadero y para frenar el calentamiento global.

La administración Obama ha ayudado a negociar el histórico acuerdo para combatir el cambio climático que 195 países firmaron durante el COP21 en París en diciembre de 2015. Un año más tarde, en agosto de 2016, el presidente declaró la mayor zona protegida del planeta, en una región al noreste de Hawái, su lugar de nacimiento. Su decisión multiplicó por cuatro el área del Monumento Nacional de Papahānaumokuākea, declarado en 2006 por George W. Bush, y que abarca en total más de 1,5 millones de kilómetros cuadrados de tierra y mar.

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Obama durante su visita al Monumento Nacional de Papahānaumokuākea

Sin embargo, pese a que sus actos para la defensa del medio ambiente son muchos, también ha perdido oportunidades. A principios de su presidencia, con la mayoría demócrata en el Congreso, aprobó un estricto programa para controlar las emisiones de carbono. Sin embargo, el Senado se centró en la reforma financiera y de salud primero. Después fue tarde: perdieron la mayoría demócrata antes de poder impulsar la medida.

Cuando Obama asumió el cargo, el control de armas no era una de sus prioridades. Sin embargo, los hechos hicieron que eso cambiara. Tragedias como la masacre de la escuela primaria de Sandy Hook en Connecticut el 14 de diciembre de 2012 -fueron asesinadas 27 personas, 20 de ellas niños- hicieron que el presidente llamara a imponer mayores restricciones a la posesión de algunos tipos de rifles semiautomáticos de estilo militar.

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Obama no pudo evitar llorar tras la masacre de Sandy Hook

Sin embargo, por el poder de presión de la Asociación Nacional del Rifle, y con excepción de algunas acciones ejecutivas, no se han promulgado políticas nuevas al respecto. En 2015 Obama reconoció a la cadena británica BBC que su fracaso en lo que respecta a la regulación de armas ha sido su mayor frustración como presidente.

Y más allá de su gestión de la presidencia, a Barack Obama se le recordará por su glamour, por su capacidad para gustar con sus discursos, su forma de ser y espontaneidad. Parte de su legado también serán sus bailes, sus imitaciones, sus gestos con su mujer, las mil y unas fotografías con bebés y en otros tantos instantes -capturadas por Pete Souza-, sus apariciones en televisión... Es, en definitiva, uno de los presidentes más carismáticos de la historia mundial.

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