Un papa Francisco de cuatro metros vigila la frontera entre México y EEUU
Un papa Francisco de cuatro metros y color blanco inmaculado vigila desde este viernes la frontera entre México y Estados Unidos desde Ciudad Juárez, urbe mexicana del estado de Chihuahua que limita con el país vecino del norte.
El artista Pedro Francisco Martínez, originario de esa localidad mexicana, ha supervisado el transporte de la escultura hasta El Punto, lugar en que la obra ha sido instalada de forma simbólica, el mismo sitio que visitó el pontífice cuando viajó a México el año pasado.
La estatua pesa 1.110 kilos y mide 4,60 metros y muestra al papa sonriente. Según el escultor, fue el presidente de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) de Ciudad Juárez, Alejandro Ramírez, quien convenció a un grupo de empresarios para homenajear al pontífice con una escultura en la ciudad limítrofe con El Paso (Texas, EEUU).
"Es un símbolo de amor, bondad y solidaridad. El brazo izquierdo está paralelo al Río Bravo (que divide México de EEUU) para que lance el mensaje de esperanza con la paloma y alcance a las dos ciudades, que son ciudades unidas y que no las va separar ni una muralla ni un río. La comunidad humana no tiene fronteras", ha añadido el artista.
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La escultura, aún por terminar en el taller del artista. Le falta la capa de blanco.
EL ARTISTA HA RETRATADO EL RECHAZO AL LUJO DEL PAPA
El escultor se puso manos a la obra a partir de una minuciosa investigación sobre la personalidad y los atuendos del pontífice. Detalles como los botones de la ropa, que tienen un 33 en alusión a la edad a la que Jesucristo fue crucificado, o los zapatos desgastados que llevaba cuando fue nombrado máxima autoridad del catolicismo, fueron cruciales para reflejar el rechazo del líder religioso "hacia el glamour fastuoso del papado", cree el artista.
Para Martínez, la obra "debe glorificar el personaje", por lo que la diseñó a una escala del doble de su tamaño natural, hasta alcanzar los 4,60 metros debido a que tiene un brazo levantado y a que está instalada sobre un pedestal circular de bronce de 10 centímetros.
La obra, que es "completamente blanca para ser totalmente espiritual", ya que el arista quería evitar los dorados para que no pareciera "ostentosa"; está hecha de materiales donados por varias instituciones y constructoras, incluyendo bronce de alta calidad, mármol y concreto.
El escultor mexicano Pedro Francisco Martínez posa frente a su obra.
Ante el entusiasmo popular con el proyecto, el líder de la Canaco local distribuyó cajas de cartón en comercios de la ciudad para que la gente depositara sus llaves y que la escultura tuviera una parte de la población al fundirse, donación que llegó hasta 300 kilos.
Pese a que "al principio no le hizo gracia la propuesta" (ya rechazó un honor similar durante su visita), el pontífice "está a la expectativa" sobre la obra de Martínez, según el propio artista.
La escultura será oficialmente inaugurada a las 17.00 horas (23.000 hora peninsular española), el mismo día, pero un año después, en que el pontífice visitó Ciudad Juárez en 2016. Contará con la interpretación de la Orquesta Azteca y finalizará con una misa.
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