Las opciones de Trump en Corea del Norte incluyen el uso de operaciones militares

Las opciones de Trump en Corea del Norte incluyen el uso de operaciones militares

Así lo asegura The Wall Street Journal

Imagen de archivo de Donald TrumpAFP

Un informe interno de la Casa Blanca sobre la estrategia en Corea del Norte incluye la posibilidad de cambiar de fuerza o de régimen militar para mitigar la amenaza de las armas nucleares del país, una perspectiva que ha inquietado a los aliados de Estados Unidos en la región, según afirman varias personas cercanas al proceso, citadas por el diario The Wall Street Journal.

Mientras que el presidente Donald Trump ha dado pasos para garantizar a los aliados que no abandonará los acuerdos que han marcado décadas de la política estadounidense en Asia, su promesa de que evitaría las pruebas de un misil balístico intercontinental -junto con el análisis sobre la estrategia de dos semanas- ha hecho que algunos líderes se preparen para un cambio en la política estadounidense.

Este informe se conoce justo en un momento de especial tensión tras el asesinato en Malasia de Kim Jong-nam, hermano del líder norcoreano, un crimen del que Seúl acusa al régimen de Pyongyang. A este incidente se suma el lanzamiento, el pasado 12 de febrero, de un misil de medio alcance por parte de Corea del Norte, el primero desde que el presidente estadounidense Donald Trump llegara a la Casa Blanca.

"Es inevitable que la RPDC (República Popular Democrática de Corea, nombre oficial de Corea del Norte) continúe potenciando sus capacidades militares de auto-defensa, cuyo eje es la fuerza nuclear y los ataques preventivos, mientras EEUU y Corea del Sur no abandonen su ambición de agresión", ha expuesto este jueves el régimen en un comunicado difundido por la agencia estatal KCNA.

En el texto, Pyongyang ha recomendado a la primera potencia mundial "no preocuparse demasiado por las medidas habituales" de un país "tan lejano", un comportamiento que ha tildado de "vergonzoso".

También le ha recomendado que sea "prudente" para encarar un buen comienzo que evite "seguir los pasos lamentables de la Administración precedente".

Este tipo de desafíos verbales por parte de Pyongyang no son nuevos. Como tampoco lo es el lanzamiento del misil, que tan mal ha sentado a Trump. La acción norcoreana se produjo justo cuando Trump recibía al primer ministro japonés Shinzo Abe en su complejo turístico de Florida.

Abe calificó este ensayo de "absolutamente intolerable", mientras que Trump se limitó a decir que EEUU estará "al lado de Japón, su gran aliado, al 100%". Un funcionario norteamericano aseguró entonces a la agencia la agencia Reuters que EEUU estudiará la aplicación de nuevas sanciones y reforzar su contingente militar en la zona pero adoptando una respuesta "equilibrada para evitar una escalada".

En el caso del presidente de EEUU, la acción le sentó especialmente mal dado que había asegurado, vía Twitter, que no pasaría:

"Corea del Norte acaba de afirmar que está en la etapa final para desarrollar un arma nuclear capaz de llegar a partes de los Estados Unidos ¡No va a suceder!", escribió el presidente.

Desde entonces, la Asesora Adjunta de Seguridad Nacional, K.T. McFarland, ha estado analizando, junto con otros funcionarios de la Administración, las provocaciones de Corea del Norte. "En una de esas reuniones, celebrada hace dos semanas, los funcionarios discutieron la posibilidad de un plan fuera de la corriente principal", asegura The Wall Street Journal.

Según el medio estadounidense, "McFarland pidió libertad para revisar la política estadounidense hacia Corea del Norte; incluso el hecho de reconocer a Corea del Norte como un estado nuclear potencialmente peligroso y la consecuente posibilidad de un conflicto militar directo".

La posibilidad está ahí. Falta por ver por qué se decanta Trump, que, hasta ahora, ha preferido responder a los desafíos de Corea del Norte como su predecesor en el cargo, Barack Obama: condenando los hechos y amenazando con nuevas sanciones.