Muere la superviviente del ébola portada de 'Time'

Muere la superviviente del ébola portada de 'Time'

Los sanitarios tenían miedo a tratarla por si aún les contagiaba la enfermedad

No pudo con ella el virus del ébola pero otra epidemia, la del miedo, ha acabado finalmente con su vida. Se llamaba Salome Karwah y en la navidad de 2014 fue declarada por la revista Time persona del año, junto a otros colegas que, como ella, habían luchado por atajar una enfermedad que en el África occidental dejó más de 11.300 muertos, según las Naciones Unidas. Aquella portada múltiple era un aplauso mundial al tesón de los que se habían jugado la vida por ayudar al prójimo.

"Yo sobreviví al ébola para salvar a otros", repetía Salome, convencida de que su supervivencia era la señal de que no podía consumir sin más los días que le quedaban; ocho miembros de su familia ya habían fallecido -padres, hermanos, tíos, sobrinos...- y ella sentía que les debía la pelea. Sanó y se enroló en el mismo hospital de Médicos Sin Fronteras donde la habían curado, para que otros recuperasen las fuerzas como ella. Con ella. Y, sin embargo, ahora ha acabado muriendo porque los sanitarios que la han tratado por complicaciones en un parto tenían pánico a tocarla, pensando que sus fluidos aún podían portar el virus, temiendo enfermar al tratar a quien se había convertido en un emblema en su país, Liberia.

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Según ha relatado la familia de Karwah a la revista que la convirtió en icono, la mujer falleció el 21 de febrero a los 31 años. Cuatro días antes había dado a luz a un bebé por cesárea. Era su cuarto hijo. Había recibido el alta pero empezó a tener convulsiones, por lo que su esposo y su hermana la llevaron al hospital, pero en urgencias de pronto nadie la quería atender. "Tuve que ir yo a por una silla de ruedas para llevarla a la sala de operaciones", relata James Harris, su viudo, quien asegura que la paciente se pasó tres horas dentro de un coche antes de recibir ayuda.

Josephine Manley, la hermana de la joven, sostiene que los sanitarios explicaban que no querían tener contacto con su sangre, ya que el virus del ébola se contagia a través de los fluidos corporales. "No le querían poner ni una inyección", denuncia. El marido sostiene que en los días de ingreso tuvo la tensión alta y que no se encontraba bien, "no quería irse a casa", pero que le dieron el alta antes de tiempo.

Los "superpoderes" que Salome decía que había adquirido con el ébola no le sirvieron de nada ante este miedo atroz al contagio. Cuando una persona sobrevive a este virus, desarrolla una resistencia que le permite entrar en contacto con otros pacientes sin contagiarse, y eso es lo que hizo que la mujer se afanase en cuidar de otros como antes hicieron con ella. La familia insiste en que no tenía rastro alguno del virus y estaba completamente sana, pero aún pesa el estigma de la enfermedad y la desinformación, incluso entre los médicos y enfermeros. En entrevistas recientes, Salome explicaba que incluso en su vecindario había quien aún no departía con ella, por temor a tenerla cerca. La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el final del brote en junio de 2016. Más de 4.800 personas fallecieron en Liberia durante la epidemia, incluidos 184 trabajadores sanitarios.

"La experiencia propia de Salome con el ébola le proporcionó una empatía increíble por los pacientes de los que cuidó con tanto empeño", ha indicado en un comunicado Médicos Sin Fronteras. "Nuestros muchos empleados que recuerdan haber trabajado con ella hablan de su fortaleza y compasión, y también de su sonrisa", relatan como homenaje.

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INVESTIGACIÓN EN CURSO

Tolbert Nyenswah, quien encabezó la batalla contra el ébola en Liberia y ahora dirige el recién creado Instituto Nacional de Salud Pública, dijo a la agencia Associated Press que no puede confirmar las versiones de que los empleados del hospital no quisieron atender a Karwah por su condición de sobreviviente del ébola. Ahora, dice, se está investigando "qué fue lo que no funcionó".

"Normalmente, si se hace una cesárea, la persona debe permanecer en el hospital siete días y hay que estar pendientes de posibles complicaciones", añade Tolbert. "Por lo que sé, no se cumplió con ese protocolo. Fue dada de alta antes de ese plazo y cuando surgieron complicaciones su esposo la llevó de nuevo al hospital", concluye.

El hospital no ha hecho comentarios por el momento. El jefe de los servicios médicos de Liberia, Francis Kateh, se ha mostrado solidario con el "dolor" del marido y e insiste en que "el hospital sabía que había tenido ébola y la operaron, lo que generaba riesgos".

Liberia tiene actualmente una de las más altas tasas de mortalidad materna del mundo, aproximadamente muere una de cada diez mujeres gestantes -exactamente hay 1.072 casos cada 100.000 partos-, comparado con una de cada 8.000 en los países desarrollados, según estadísticas del gobierno de Monrovia.

El ébola no ayudó a mejorar estas cifras, pero el problema va infinitamente más allá: el 83% de la población vive en la pobreza, con menos de 1,25 dólares al día (1,18 euros).

CÓMO ESTÁ AHORA EL VIRUS

"La epidemia está controlada y ahora mismo no hay cadenas de transmisión en seres humanos, lo que existe es una zoonosis, es decir, el virus probablemente sigue estando en murciélagos y en en primates, pero no ha producido recientemente algún salto al ser humano", informa a la Agencia EFE José Ramón Arribas, especialista en enfermedades infecciosas y coordinador de la Unidad de Aislamiento de Alto Nivel de La Paz-Carlos III.

Si bien hay virus que pueden dejar de existir, como ha ocurrido con la viruela, que está prácticamente erradicada, en el caso del ébola podría surgir otro brote si se produce un contagio de un animal a un ser humano y si además, el virus se transmite después entre dos personas.

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