Ocho formas de lidiar con un matrimonio sin sexo

Ocho formas de lidiar con un matrimonio sin sexo

¡Redescubrid vuestros cuerpos!

El hecho de que un matrimonio pase por periodos sin sexo no resulta tan extraño; el problema es que las parejas que no practican sexo están en alza.

Según un artículo del New York Times publicado en 2015, "matrimonio sin sexo" era la primera búsqueda en Google entre las parejas: 21.000 búsquedas al mes, más que las de "matrimonio infeliz".

Ahora un estudio japonés revela que casi el 50% de las parejas lleva más de un mes sin practicar sexo y no creen que la situación vaya a cambiar.

¿Qué se puede hacer si no hay actividad en la cama con tu pareja? La edición británica del HuffPost ha hablado con dos expertos en la materia.

Clare Prendergast, terapeuta sexual en la organización Relate, explica: "Recuerda que no estáis solos. Según las investigaciones realizadas por Relate y Marriage Care, menos de la mitad de los adultos británicos (el 45%) está satisfecha con su vida sexual y el 51% afirma que no ha mantenido relaciones sexuales en el último mes".

La gente deja de mantener relaciones sexuales por varios motivos: el estrés, una libido baja, la menopausia, la edad, la falta de seguridad u otros problemas relacionados con la función sexual.

Jenny Porter, directora de servicios del cliente de Marriage Care y psicóloga especializada en relaciones sentimentales, explica lo siguiente: "Para muchas mujeres el sexo está fuera de lugar si se sienten olvidadas o poco queridas por parte de su pareja. Muchos hombres y mujeres pueden tener problemas físicos, como disfunción eréctil o dolor durante el coito".

  5c8abe03360000ba1a6bfcf0Portra Images via Getty Images

Prendergast quiere recordar a las parejas que llevan mucho tiempo juntas que todo el mundo pasa por épocas parecidas: "Al principio de la relación, el sexo es fácil, natural y emocionante. Pero hay que esforzarse y buscar tiempo para tener relaciones sexuales, especialmente cuando lleváis juntos mucho tiempo".

Puede sonar contraproducente, pero muchas parejas que recurren a terapia por estos problemas tienen que empezar prohibiendo el sexo, así no sienten presión.

"Intentad deshaceros de la presión, no os sintáis obligados a tener relaciones sexuales... La intimidad puede conseguirse de muchas otras maneras: os podéis abrazar o podéis pasar más tiempo juntos", aconseja Porter.

"Intentad no pensar que el sexo se limita al coito. Podéis tener momentos íntimos y sensuales diferentes. A veces, cuando una pareja no tiene relaciones sexuales, no se tocan ni se besan. En esas situaciones, pasar de nada al sexo puede dar miedo. Lo ideal es que vayáis poco a poco. Redescubrid vuestros cuerpos y, si ha pasado mucho tiempo, será como si os descubrierais por primera vez porque todos cambiamos. Lo que os atrajo al uno del otro con 20 años no os atraerá con 50 años", analiza Clare Prendergast.

  5c8abe032300003000e716e4Getty Images

Aunque a corto plazo estés conforme con un matrimonio sin sexo, plantéate si puede ser un factor decisivo a largo plazo.

"Hay personas que no tienen sexo con su pareja y están conformes con ello. Pero hay otras personas que sufren emocionalmente y las relaciones que se ven perjudicadas", señala la experta.

Según Prendergast, "la comunicación es la clave". Así que recomienda lo siguiente: "Encontrad huecos para hablar y para escuchar. Salid, pasáoslo bien, sacad tiempo para los dos. Cuando las dos partes de una pareja se sienten escuchadas y comprendidas aumentan los momentos de intimidad y el deseo de tener relaciones sexuales. Puede parecer extraño pero si uno de los dos no se esfuerza en casa, por ejemplo, se puede acumular resentimiento y eso puede echar para atrás".

"Se publican muchos artículos de la frecuencia con la que las parejas mantienen relaciones sexuales y eso puede perjudicar a algunos y hacer que se sientan raros. Intenta recordar que no hay una norma a seguir en las relaciones, cada pareja es única y practica sexo de manera diferente", concluye Jenny Porter.

Este artículo fue publicado originalmente en la edición británica de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Irene de Andrés Armenteros.