Por qué nos estresamos tanto después de volver de vacaciones

Por qué nos estresamos tanto después de volver de vacaciones

Y qué podemos hacer al respecto.

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Acabas de volver de vacaciones —bronceado y en la gloria—, pero en el momento en el que abres la bandeja de entrada o adviertes el montón de correos electrónicos que se han acumulado en tu ausencia, se apodera de ti la ansiedad.

Si esta situación te resulta familiar, tranquilo, no estás solo. Según el doctor Josh Klapow, psicólogo clínico y copresentador del programa de radio The Web, es normal experimentar cierto estrés o desorientación al volver de vacaciones.

"La vuelta a un ritmo de vida más rápido, el trabajo acumulado, las responsabilidades y las tareas atrasadas a menudo provocan ansiedad, terror e incluso tristeza; sensaciones que pueden anular los beneficios de unas vacaciones que acaban de terminar", explica.

Uno de los motivos por los que se produce esta reacción puede ser la falta de una estrategia eficaz para reajustarse a la rutina al volver. Según el estudio State of American Vacation que se realizó en 2017, el 54% de los estadounidenses no utilizaron todos sus días de vacaciones en 2016, mientras que el 43% de los trabajadores alegaban que habían optado por quedarse sin vacaciones por "la montaña de trabajo" que tendrían al volver.

La clave para organizar un viaje relajante y una transición suave a la rutina está en la preparación.

El miedo a lidiar con el estrés posvacacional podría ser otra de las razones por las que la gente no quiere tomarse días libres. De acuerdo con Klapow, la ansiedad que se asocia a la vuelta de vacaciones puede llegar a desanimar a la gente a la hora de cogerse vacaciones en el futuro.

Pero, en palabras de Klapow, el problema no son las vacaciones en sí, sino la perspectiva con la que se afrontan. "Si las cosas se hacen bien, las vacaciones pueden reducir los niveles de estrés, rejuvenecer el cuerpo y la mente y recargar las pilas emocionalmente para volver al trabajo", explica.

La clave para organizar un viaje relajante y una transición suave a la rutina está en la preparación. "Para evitar el estrés posvacacional tenemos que fijarnos en lo que hacemos antes de irnos de vacaciones, mientras estamos de vacaciones y cuando volvemos a casa", señala Klapow.

Sigue estos consejos para sacarle el máximo partido a tus vacaciones y para volver a entrar en la rutina como cuchillo en mantequilla.

Antes de irte de vacaciones

Unos días antes de irte de viaje, intenta terminar todas las tareas que sabes que te provocarán estrés, ya sea cerrar un acuerdo con un cliente, responder a un correo en concreto o pedir cita con el dentista.

Klapow recomienda hacer una lista de tareas prioritarias de las que hay que ocuparse después de las vacaciones. Esto nos ayuda a despejar la mente para el viaje y a ser más productivos una vez volvamos a casa. Llévate la lista en papel o en el móvil para poder ir añadiendo más elementos si se te ocurren.

Otro punto clave de la preparación: asegúrate de que la gente adecuada sabe que estás de vacaciones. "Esto es crucial, ya que vivimos en una era en la que cualquiera puede contactar con cualquiera las 24 horas del día", advierte Klapow.

Habla con tu jefe y manda un mail a tus compañeros y clientes para que sepan que no vas a estar trabajando y cuándo y cómo pueden ponerse en contacto contigo si lo necesitan. "Si no eres previsor, la gente dará por hecho que puede contactarte y que te comprometes a seguir asumiendo tus responsabilidades", aclara.

Durante las vacaciones

Para sacar el máximo partido a las vacaciones, intenta desconectar del estrés del trabajo y de la rutina. Quita las notificaciones del móvil, sal a cenar sin él y prueba a practicar actividades nuevas.

Si te resulta imposible desconectar del trabajo, considera la posibilidad de seguir unos horarios. "Por ejemplo, 30 minutos por la mañana y 30 minutos por la tarde para mirar el correo y devolver llamadas", sugiere Klapow. Esta estrategia te puede ayudar a ocuparte de las responsabilidades relacionadas con el trabajo sin dejar que estas dominen tus vacaciones.

Quita las notificaciones del móvil, sal a cenar sin él y prueba a practicar actividades nuevas.

Si ves que sigues haciendo listas de todo lo que tienes que hacer cuando vuelvas, saca la lista de prioridades para revisarla, añadir o eliminar elementos. "Esto te permitirá canalizar la ansiedad de una forma más eficaz que sentarte y preocuparte por ello", aclara Klapow.

Después de las vacaciones

Si es posible, Klapow aconseja organizarse para llegar a casa uno o dos días antes de volver al trabajo. De esta manera, tendrás tiempo extra para recuperarte del jet lag, deshacer maletas, poner lavadoras, hacer recados o pasar tiempo con tus seres queridos.

Para evitar agobios, Klapow sugiere avisar a compañeros de trabajo, amigos y familiares de que es posible que necesites un tiempo para readaptarte. "Esa mentalidad de empezar a trabajar a tope desde el principio en vez de ir aumentando la intensidad progresivamente terminará quemándote", explica. "Es mejor prevenir y avisar a los demás".

Tampoco viene mal ponerse metas realistas. Tenemos que entender que no podemos ponernos al día con todo inmediatamente y que no pasa nada. Cuando te agobies, consulta tu lista de tareas pendientes. "Esta lista de prioridades te ayudará a centrarte en tareas más pequeñas y manejables que tienes que ir haciendo", explica Klapow.

Por encima de todo, acuérdate de respirar. Klapow recomienda tomarse pequeños descansos de forma periódica a lo largo del día para mirar fotos de las vacaciones y recordar el viaje. "Esto ayuda a fijar las emociones relacionadas con el viaje y a reducir la ansiedad", asegura.

Este artículo fue publicado originalmente en la edición estadounidense del 'HuffPost' y ha sido traducido del inglés por Lara Eleno Romero.