Jorge y Alberto Sánchez-Cabezudo: "La Zona es como una película de siete horas y pico"

Jorge y Alberto Sánchez-Cabezudo: "La Zona es como una película de siete horas y pico"

Los creadores de la nueva ficción de Movistar+, que se estrena el 27 de octubre, sostienen que tiene "lo mejor del cine y lo mejor de las series".

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Lo peor del Apocalipsis es lo que viene después. A través de las grietas de los edificios y las carreteras, entre las hojas de los árboles del bosque que no se puede pisar, se filtra un mal indeterminado que lo impregna todo y lo oscurece. Da igual que el desastre haya sido un terremoto, un huracán, una catástrofe nuclear o una crisis económica: la vida queda reducida a supervivencia y es entonces cuando emerge lo mejor, a veces, y lo peor, casi siempre, de las personas. En ese territorio inaccesible, que se extiende más allá de los mapas, han situado Jorge y Alberto Sánchez-Cabezudo la acción de La Zona, la nueva serie de Movistar+ que se estrena el 27 de octubre.

"La idea de La Zona nació viendo Stalker [película soviética de ciencia ficción, rodada por Andréi Tarkovski en 1979)", explica Jorge: "Nos pareció una maravilla cómo planteaba un universo fantástico e inquietante simplemente cambiando el marco de referencia. Era un personaje caminando a través de un bosque y no era más que un personaje caminando a través de un bosque, pero producía un desasosiego terrible". Por eso los hermanos han imaginado los momentos posteriores a un hipotético desastre nuclear en el norte de España y han insertado en ese mundo "un policíaco clásico", como explica Alberto, con toques de western fronterizo. "Hemos metido todos nuestros referentes", reconocen los dos.

El protagonista es Eduard Fernández, que da vida a un policía que regresa a su trabajo tras tres años de baja para investigar una serie de crímenes. La investigación les lleva a él y a su compañero, interpretado por Álvaro Cervantes, a la zona de exclusión, el lugar en el que perdió a su hijo y a buena parte de sus compañeros. Ese personaje es el que ancla la ficción a la realidad. "Hemos construido el universo sobre algo que no existe, y en eso nos acercamos a la ciencia ficción. Pero donde debería entrar la fantasía, hemos metido la cercanía de lo cotidiano, la convivencia diaria con el desastre", revela Alberto.

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La vida se abre paso tras la debacle mientras la herida sigue supurando. Eso es lo que va a contemplar al espectador mientras acompaña al protagonista en su viaje/investigación por la zona de exclusión. Los hermanos Sánchez-Cabezudo prácticamente se pisan para explicar la esencia de su narración: "La zona de exclusión genera fronteras físicas, pero también fronteras morales. Es un territorio prohibido en el que la historia está entrando y saliendo constantemente. Por eso, lo que hemos construido son personajes siempre basados en la paradoja y en el dilema, y que están justamente en esa frontera moral".

"El primer capítulo", adelanta Alberto, "se llama En tierra de nadie, y eso marca el gran conflicto del personaje. Por una parte es víctima, y está todo el grupo de víctimas demandando las ayudas, pero por otra parte es la autoridad, la ley. Es alguien encargado de contener la ira por el retraso con las indemnizaciones pero él también está lleno de ira". Los hermanos identifican esa dualidad también en nuestras sociedades, donde la inseguridad y el miedo producen odios.

"No queríamos", explica Jorge, "que fuera solamente una serie apocalíptica. Por eso hemos querido que estuviera la dualidad de la ciudad abandonada y la ciudad habitada, que ha tenido que absorber un 30% de población del área de exclusión. Su economía de repente se transforma y vive de la reconstrucción". "Eso", remacha Alberto, "es lo que pasó en Europa tras la Segunda Guerra Mundial: la reconstrucción fue un negocio en sí mismo, como la reconstrucción de Irak es un negocio en sí mismo".

Creemos que la serie tiene todo el sentido después de Crematorio. Es abordar la crisis y la postcrisis.

Así entronca La Zona con la serie que se nombra cada vez que se menciona a los Sánchez-Cabezudo: Crematorio[Canal+]. En aquella, hicieron un viaje al corazón putrefacto de la corrupción; en esta viajan a lo que pasa después. "Al final el accidente nuclear es una caja de resonancia del desastre: cómo reina el concepto de mal necesario, quién se enriquece, quién recibe el daño, quién sobrevive", explora Jorge.

El desastre, el punto de partida de la serie, es pues, una metáfora de la crisis. "Precisamente por eso", asevera Alberto, "nos parecía que La Zona tiene todo el sentido después de Crematorio. Nos parecía una forma no obvia de abordar la crisis y la post-crisis".

El trasfondo narrativo no es lo único que La Zona comparte con Crematorio, uno de los grandes referentes de la calidad televisiva en España. "El esquema de producción ha sido el mismo. Quisimos que fuese igual", detallan los hermanos. Los ocho capítulos que componen la primera temporada han sido, pues, rodados de una sola vez. "Es el mismo sistema que el cine, aunque con un tamaño más grande". "Mucho, mucho más grande", enfatiza Jorge.

De vuelta a la frontera, esta vez a la física, los hermanos han rodado, junto a la segunda unidad dirigida por Gonzalo López Gallego, en unas 160 localizaciones del norte de España. "Allí teníamos", enumera Fernando, "la naturaleza exuberante que lo invade todo y la fauna que se multiplica por diez, pero también el paisaje del abandono minero, con grandes tuberías que atraviesan el monte y que son un espejo perfecto para construir la imagen de la zona de exclusión". Jorge Matiza: "No hemos construido nada; la idea era reinterpretar los espacios ya existentes".

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"Entrábamos en una localización, rodábamos y nos íbamos a la siguiente", recuerda Alberto. Así hasta 160 veces, pues ese es el número de lugares en el que se ha filmado La Zona. El resultado, que la serie sea "exactamente una película de siete horas y pico". Jorge, con "pudor", confiesa lo que siente ahora que sólo quedan dos capítulos por montar: "La Zona tiene lo mejor de las series y lo mejor del cine. La factura, el tempo, la profundidad en los personajes, la narración... Una serie es algo cada vez más parecido a una novela audiovisual y eso, para un narrador, que es lo que somos, es un lujazo".

En Movistar, según los guionistas y directores de la serie, están "muy contentos con lo que han visto" y la posibilidad de una segunda temporada no es descabellada. En cualquier caso, La Zona se estrena el 27 de octubre, con vocación de "narración diferenciada": "He estado trece años haciendo televisión en abierto, en los que he aprendido un montón. Me he formado con Ramón Campos y con Tere (Teresa Fernández-Valdés, de Bambú) y son de quienes más he aprendido. Hay que saber para quién se está escribiendo", razona Jorge, "y por eso, teóricamente, no debería ser para una cadena en abierto".

"Pero", concluye Alberto, "los espectadores están cada vez más acostumbrados a la complejidad narrativa de las series... y La Zona es una serie madura y compleja, que puede conectar con un público joven que se está yendo de las generalistas. Esperemos que les guste".

La Zona llega el 27 de octubre al servicio Bajo Demanda de Movistar+.