Leticia Dolera narra una agresión sexual por parte de un director a los 18 años

Leticia Dolera narra una agresión sexual por parte de un director a los 18 años

Tras uno de sus primeros trabajos, el director le agarró un pecho en un bar; después, con 28 años, un actor le tocó el culo en un rodaje en Francia.

Leticia Dolera en el estreno de 'El Jugador de Ajedrez' el 24 de marzo de 2017 en Málaga.Juan Naharro Gimenez via Getty Images

La actriz y directora de cine Leticia Dolera ha denunciado en un texto escrito en primera persona en eldiario.es y titulado El escándalo machista vestido de normalidad que sufrió dos agresiones sexuales hace unos años: la primera durante su primera etapa como actriz, cuando acababa de cumplir los 18 años, y la segunda 10 años después, con 28.

"Tengo 18 años, son las 23:00 de las noche y estoy en la fiesta de despedida de uno mis primeros trabajos en el mundo audiovisual. Me siento feliz y adulta", arranca la intérprete su texto, explicando las sensaciones que vivió cuando, en dicha fiesta, un hombre, el director del trabajo en el que participaba, le puso una mano en el pecho.

- ¿Qué haces? (Le digo al director).

- Te toco la teta (me contesta).

- No puedes hacer eso.

Dolera —que ha participado en más de 20 películas y otras tantas series de televisión y que se estrenó en la dirección en 2015 con Requisitos para ser una persona normal— también narra como, mientras ella le pedía al director que se apartara, ella miraba "a los hombres adultos esperando que alguno le reprenda su comportamiento al director. Silencio". Ante la falta de apoyos y la complicidad callada, salió del bar y se marchó a su casa. "Por el camino lloro de asco y vergüenza. En casa, se lo cuento todo a mi madre. Me dice que vamos a poner una denuncia, le digo que no quiero. Ella insiste, yo también. No quiero ponerla, siento que no es tan grave. ¿Una denuncia porque te toquen una teta?, pienso en ese momento. Pues Leti, me digo ahora, sí, una denuncia porque te toquen una teta sin permiso, una denuncia por agresión sexual, que es exactamente lo que ha sucedido".

Como ella misma relata, entonces no denunció la agresión, pero "hoy la pondría". "Y también le tiraría el cubata por encima".

La segunda agresión le ocurrió mientras rodaba en Francia, con el que era su compañero en esa escena. "El susodicho, con el que no he intercambiado más de tres frases en estos días, baja lentamente su mano por mi brazo, me acaricia la zona lumbar y... sí, me acaricia el culo. Lento, se toma su tiempo, yo me quedo de hielo, no reacciono, no puedo entender que esté teniendo la poca vergüenza de hacer eso ahí en medio. Cuando termina, se ríe de un chiste que acaba de hacer no sé quién desde la otra punta de la sala", relata.

En este caso, el shock del momento tampoco le permitió gritar, ni denunciar, ni casi creerse lo que le estaba pasando. Lo único que pudo hacer fue cruzar una mirada con otro hombre que había visto la escena y que la miró "con pena". "Me pareció bien, eso sería lo más cómodo para los dos", confiesa la actriz.

Una actuación con la que ahora no está tan de acuerdo:

Espera, ¿lo más cómodo? No es cómodo que una gran parte de la sociedad nos trate como un trozo de carne. Como tampoco lo es que cuando una mujer denuncia una agresión la tachen enseguida de exagerada o mentirosa. No es cómodo que nos piropeen por la calle cuando, oh qué casualidad, no nos acompaña ningún hombre. Ni que nos llamen zorras o putas si vestimos mostrando parte de nuestra piel o nos adueñamos de nuestra sexualidad. No es cómodo llegar con miedo a casa por las noches. Ni que nos arrimen la cebolleta en el metro y si nos quejamos que nos griten a la cara: puta loca. Puta es algo que enseguida nos sueltan, me pregunto por qué.

La denuncia de Dolera, que busca visibilidad para todos los casos de acoso, llega en un momento en el que muchas mujeres del mundo del espectáculo están sacando a la luz las agresiones que han sufrido por hombres de peso durante los últimos años. El caso más notable es el del poderosísimo productor cinematográfico Harvey Weinstein, al que más de 40 mujeres —desde Gwyneth Paltrow a Angelina Jolie o Rose McGowan— han acusado de acoso y abuso, y algunas de ellas —como la actriz Asia Argento— incluso de violación.

A raíz del caso de Weinstein han salido a la luz también otros acosos, como el del director de cine James Toback, al que 40 mujeres acusan de abusos sexuales, o el de Roman Polanski, de quien una mujer que ahora tiene unos 50 años acusa de haberla violado en 1975, cuando era una niña de 10.

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