El 'supremo' Llarena

El 'supremo' Llarena

Así es el juez que quiere aglutinar las causas del 1-O: conservador, técnico, minucioso y ligado a Cataluña

Pablo LlarenaEL HUFFPOST

En el centro, la Ley. La flanquean la Equidad y el Derecho. A los lados, las figuras sedentes del Derecho Romano y del Derecho Civil, a la sombra de una bandera de España y coqueteando con el cielo de Madrid. Esto se encuentra uno si mira a lo más alto del Tribunal Supremo en la plaza de la Villa de París.

Pero solo unos pocos pueden acceder a este edificio. Uno de ellos es el magistrado Pablo Llarena, un discreto y minucioso juez enmarcado en el sector conservador -llegó a ser presidente de la APM- que lleva la causa contra la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, y otros cinco miembros de la Mesa por rebelión, sedición y malversación.

Llarena quiere más. El magistrado dio la semana el primer paso para agrupar en el Supremo todas las causas relacionadas con el 1-O pidiendo un informe a la jueza Carmen Lamela para quedarse también la parte que está en la Audiencia Nacional, que afecta al expresident Carles Puigdemont y todo su cesado Govern y a los líderes de la ANC y Ómnium, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, respectivamente. La división tiene como origen la Fiscalía, que decidió repartir las querellas entre estos dos órganos.

Este miércoles se ha conocido la respuesta de Lamela, que considera que se deben acumular en el Tribunal Supremo las causas que investigan el proceso secesionista en Cataluña porque se trata de delitos "conexos" y la escisión de la instrucción "dificultaría enormemente" la investigación conjunta.

Por lo tanto, Llarena está a punto de quedarse con todos los flancos del caso judicial más importante que hay en España. Causas sin precedentes, un auténtico terremoto jurídico-político que afecta de lleno la campaña de cara a las elecciones autonómicas del próximo 21 de diciembre. Las comparaciones son odiosas, pero su nombre y el de Lamela se han repetido en las mismas conversaciones. Ella decidió enviar a prisión a Junqueras y al resto de exconsellers que fueron a la Audiencia; él, en cambio, dictó prisión provisional con fianza para Forcadell y libertad para el resto de miembros de la Mesa.

¿QUIÉN ES LLARENA?

Acapara titulares por minutos, su nombre empieza a ser conocido en todo el país. Y todos los políticos están pendientes de sus decisiones. Pero, ¿de dónde viene? ¿Quién es? ¿Qué sabemos de él?

Nacido en Burgos en 1963 y licenciado en Derecho por la Universidad de Valladolid, Llarena lleva apenas un año y diez meses en el Tribunal Supremo, al que accedió en enero de 2016. El punto más alto de su carrera. Está ligado al sector conservador y fue presidente de la Asociación Profesional de la Magistratura entre 2013 y 2015 -la mayoritaria en la carrera-. No obstante, es un hombre dialogante y en su ascenso al Supremo contó con votos también de otras sensibilidades.

Pero es necesario un flashback. Con apenas 26 años había ingresado por oposición en la carrera judicial en 1989. Sus primeros destinos serían el juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Torrelavega (Cantabria) y el juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 8 de Burgos.

Un año cambiaría especialmente su vida: 1992. Era destinado a aquella efervescente y olímpica ciudad de Barcelona. Consiguió una plaza en el juzgado de instrucción número 31 de la ciudad condal, en el que estaría seis años. Y estaba llamado a cotas más altas en tierras catalanas, donde ha permanecido hasta 24 años. A partir de 1998 entraría en la Audiencia Provincial, ocupando su Presidencia de 2011 hasta 2016 -en plena eclosión del independentismo-.

Y esta es una de las características que destacan muchos de los que conocen: su conocimiento de la realidad catalana. Una vida a caballo entre Cataluña y Madrid. A pesar de no tener tentaciones mediáticas, hizo unas declaraciones sobre el proceso soberanista al diario El Mundoen 2012 y explicó que la cuestión entre Cataluña y España debe tener "una solución esencialmente política". "Lo que no se puede pretender es que toda la cuestión relativa a atribuir un espacio significativo a la individualidad catalana y toda esta cuestión relativa a la integración de Cataluña en España se vaya a resolver judicialmente, porque no tiene que ser así", defendía el entonces presidente de la Audiencia Provincial de Barcelona.

LO LLEVA CON "TRANQUILIDAD"

Hoy lleva entre manos el asunto más delicado de la Justicia española. Un juez que lo conoce desde hace muchos años y que ha hablado personalmente con Llarena en los últimos días cuenta a El HuffPost que el magistrado lo lleva "con tranquilidad y consciente de la gran relevancia del asunto y de que sus decisiones tienen una gran trascendencia". "Por supuesto también es consciente de que cualquier decisión que tome puede ser bien aceptada o criticada por parte de la sociedad, pero eso no va a influir en él de modo que cambie de parecer por lo que se espera por parte de la sociedad en un momento dado. Hay un elevado número de gente siempre que nos pide sangre y lo de 'todos a la cárcel'. A Llarena eso no lo va a perturbar, sino que va a tramitar el asunto con tranquilidad, ponderación e independencia", asegura la fuente.

En opinión de esta fuente, Llarena será capaz de apartar las presiones y "adoptar la decisión que en justicia considere oportuna con radical independencia, además de expresarlo a través de resoluciones convincentes". "Podemos remitirnos a los autos dictados en esta causa para verificar que no ha optado por una posición maximalista", agrega.

En el ámbito judicial lo conocen por ser muy técnico, prudente, templado, sesudo

Una de las cosas que repiten los que le conocen bien es que es "tranquilo, ponderado y prudente". "Y nunca fue amigo de los focos ni de las cámaras ni del mundo mediático, incluso cuando era presidente de la APM", añaden. Un magistrado que se olvida del trabajo haciendo rutas en moto y escuchando música.

Muy "técnico". Es otro de los adjetivos recurrentes en conversaciones sobre este juez, con una familia ligada al mundo del Derecho. "Es muy sesudo, no dicta sin haberlo pensado mucho", agregan desde su entorno. Es autor de numerosos artículos jurídicos y ha participado en obras colectivas como El derecho a la tutela judicial efectiva, Autonomía y Justicia en Cataluña y La reforma del proceso penal.

Fuentes jurídicas implicadas en la causa por el 1-O comentan irónicamente que no es que sea simpatizante precisamente del independentismo y que el auto tras la declaración de los miembros de la Mesa fue "duro", pero contrastan su actitud con la "destructiva" Fiscalía.

No obstante, Llarena en su auto considera fundada la dura acusación de la Fiscalía de rebelión contra Forcadell, al estimar que se ha producido violencia en la "determinación" de los promotores de la independencia de usar la movilización popular que, en caso de ser contrariada, "podía resultar incontrolable". Estas movilizaciones, agregaba el magistrado, contenían un "violento germen" que amenazaba con "expandirse".

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Un detalle que recuerdan algunos de los que estuvieron en el Supremo el día de las declaraciones es que Llarena dijo a los letrados, mientras se organizaba la vista, que esto era el Supremo y no la Audiencia Nacional, por lo tanto no tenía que pasar lo mismo. Uno de los querellados confiesa a El Huffpost que, por ejemplo, en la parte final de las vistillas sí notaron que "iba señalando un camino" al darle la palabra a todos para que ratificaran la voluntad de abandonar la vía unilateral.

También reconoce este querellado que la situación en el Supremo fue muy distinta a la de la Audiencia. Primero, a ellos se les aplazó una semana la declaración y tuvieron más tiempo para preparar sus defensas. Además, los miembros de la Mesa cambiaron de estrategia respecto a los cesados miembros del Govern y respondieron a todas las partes, lo que también influyó en la adopción de distintas medidas cautelares. En este caso se presentaron todos los querellados, mientras que a la Audiencia no acudieron una parte de los citados, empezando por el expresident Carles Puigdemont.

No obstante, en los últimos días se ha visto giro en la estrategia de los cesados consellers, cuya causa podría pasar pronto al Supremo. Algunos de ellos (Josep Rull, Jordi Turull y Joaquim Forn) han acatado el artículo 155 en sus escritos para intentar salir de la cárcel. Junqueras y los antiguos miembros del Govern relacionados con ERC han solicitado también abandonar la prisión asumiendo su cese y dando un valor simbólico a la DUI. Un giro de sus abogados, que esperan que puedan estar en la calle para la campaña del 21-D con una decisión distinta de Llarena respecto a la Audiencia Nacional.

Sigue el culebrón jurídico-político. Y Llarena, a punto de aglutinar las causas del 1-O.