Un error surrealista pone en jaque a Australia

Un error surrealista pone en jaque a Australia

Dos archivadores cerrados, una tienda de segunda mano y un Gobierno en crisis: esto es Australia

Getty Images/iStockphoto

Es una tradición muy española decir a las primeras de cambio: "Eso sólo pasa en España". Sin embargo, todos los días hay ejemplos que desmienten esta sentencia tan carpetovetónica: en todos los países cuecen habas y hay casos que exceden lo imaginable.

Un país aparentemente tan recto y poco dado a las sorpresas como Australia está viviendo en las últimas horas un escándalo de seguridad histórico que está haciendo tambalear al mismísimo Gobierno. La historia es, se mire como se mire, tan surrealista que podría dar pie a patentar la frase: "Eso sólo puede pasar en Australia".

Un hombre acude a una tienda de venta de artículos gubernamentales de segunda mano en Camberra a ver qué puede comprar. Repara en dos archivadores cerrados con candado. Le interesan, paga un coste "no muy elevado" y se los lleva a casa. Meses después rompe los seguros y encuentra en el interior cientos de documentos oficiales.

  El primer ministro de Australia, Malcolm TurnbullKim Kyung Hoon / Reuters

Los archivadores guardan un tesoro en forma de documentos e informes que desvelan, entre otras muchas cosas, el funcionamiento interno de cinco gobiernos australianos durante los últimos diez años, medidas de seguridad nacional, inmigración, salud, comunicaciones o polémicas propuestas de discriminación racial.

Consciente de la importancia de lo que tiene entre manos, el comprador envía los documentos a la cadena ABC, que empieza a publicar la información. Muchos de los documentos, que debían ser mantenidos en secreto al menos 20 años aunque algunos datan de 2013, estaban clasificados como "Altamente secretos" o "ASUTEO", en referencia a que sólo pueden ser consultados por ciudadanos australianos.

Entre tanto papel se encuentran documentos tan sensibles como el plan del exministro de inmigración de retrasar los controles de seguridad sobre los inmigrantes para que se les pasase el plazo de solicitud de residencia en Australia. O el plan del ex primer ministro Tony Abbott para prohibir a todos los menores de 30 años el acceso a pagos de asistencia social.

De igual forma, figura un informe del Comité de Seguridad Nacional del exprimer ministro John Howard en el que se consideraba de forma seria eliminar el derecho de todo ciudadano a permanecer en silencio si es interrogado por la policía.

Los documentos, que muchos ya equiparan a la filtración de los papeles de Wikileaks a la australiana, han sido bautizados como The Cabinet Files.

El primer ministro de Australia, Malcolm Turnbull, se ha limitado a reconocer que no sabe cómo demonios han podido llegar los documentos a la ABC y ha dado orden al Gobierno para que abra una "investigación urgente" con el fin de determinar cómo cientos de documentos secretos y clasificados fueron a parar a una tienda de segunda mano.

La polémica es total, no sólo por el evidente error de seguridad o por el daño a la imagen del país, sino también por la conciencia de que, si en vez de un australiano se hubiera hecho con todos los documentos un extranjero, los habría podido remitir a su Gobierno local.

Según un expediente hallado entre los papeles recuperados, la Policía Federal Australiana perdió 400 archivos de seguridad entre 2008 y 2013. De la mayoría aún se desconoce su paradero. Habrá que incrementar la vigilancia en las tiendas de segunda mano.