Marisa Paredes recibe el Goya de Honor: "La vida de una actriz es como la ruleta de la fortuna"

Marisa Paredes recibe el Goya de Honor: "La vida de una actriz es como la ruleta de la fortuna"

Es el primer 'cabezón' para la actriz, que había estado nominada en dos ocasiones.

Llegó a la alfombra roja de los Premios Goya con su arrolladora presencia preparada para recoger ese Goya de Honor que tanto le debe el cine español. Marisa Paredes había estado nominada por sus interpretaciones en La flor de mi secreto y Cara de acelga, pero las dos sin suerte. Quizás por eso ha dado saltos de alegría mientras miraba con emoción al cabezón que estaban a punto de entregarle.

"Por fin nos vemos las caras tú y yo", espetó Paredes mientras en el patio de butacas la ovación continuaba y algunos de los presentes no podían contener las lágrimas. Además de los agradecimientos de rigor a sus amigos y a la Academia, la actriz también quiso acordarse de su presidenta. "Un abrazo muy muy fuerte para Yvonne Blake", declaró Paredes, que arrancó los aplausos del público.

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La actriz fue muy concisa, pero quiso hacer referencia a su trayectoria como profesional. "La vida de una actriz es como un tiovivo, como la ruleta de la fortuna. Yo he tenido la fortuna de que muchos directores confiaran en mí, y han tenido la suerte de que yo también confiara en ellos", reflexionó Paredes.

Su relación con la Academia viene desde sus inicios ya que, tal y como recordó en su discurso, fue presidenta de la institución desde el año 2000 hasta el 2003. Una época convulsa que supo afrontar con decisión. "He dado premios, discursos y algunos bien conflictivos como aquel del No a la guerra, que hoy volvería a repetir", declaró Paredes.

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No le hizo falta más a la actriz y chica Almodóvar que no quiso entretenerse ya que "en estas galas el tiempo es muy importante". Dando de nuevo las gracias por el cariño recibido abandonó el escenario a punto de olvidarse el Goya en manos del presentador Agustí Villaronga. "Uy, me lo olvidaba, estoy tan poco acostumbrada", dijo.

Fueron escasos tres minutos de discurso, una rareza en una gala que suele alargarse. No le hizo falta más.