El pantano de la política española

El pantano de la política española

El Congreso arranca nuevo periodo de sesiones en medio de la parálisis por la cuestión catalana y con los partidos buscando nuevos temas.

Mariano RajoyEL HUFFPOST

La política española es hoy un pantano de aguas fangosas. El tema catalán lo ha paralizado todo. Vivimos a ratos momentos de sobresaltos, de retorcimiento estratégico, de postales bruselenses, de visitas a cárceles y juzgados. Pero apenas hay vida más allá, las referencias del Consejo de Ministros son de nivel secundario, no se ven en el BOE grandes leyes.

El Congreso ha arrancado esta misma semana el nuevo periodo de sesiones. Y los partidos están intentando introducir nuevos temas de discusión política e iniciativas para desenfocar el tema catalán. Y es que solo a Ciudadanos le está beneficiando electoralmente esta cuestión y la aplicación del 155. Todo ello bajo el cansancio de la imagen de Carles Puigdemont en todos los telediarios.

En el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), los de Albert Rivera han conseguido superar a Podemos y situarse en la tercera posición, subiendo más de seis puntos en estimación de voto en apenas seis meses. Hoy lograrían el 20,7% de apoyos, frente al 13% en el que se quedaron en las elecciones del 26-J.

Y lo que ganan unos... lo pierden otros. El Partido Popular tiene una intención de voto del 26,3%, lo que supone 6,7 puntos menos que en los últimos comicios y su peor perspectiva electoral desde entonces. Los socialistas siguen segundos -con una proyección de apenas cuatro décimas más que en las últimas generales- y Unidos Podemos está a la baja -con más de dos puntos por debajo de aquella cita-.

Sin presupuestos, un Congreso paralizado

Tras aquellas elecciones, todo el mundo hablaba del nuevo parlamentarismo, de la necesidad del diálogo constante, del incierto escenario con un Gobierno en minoría, del horizonte de múltiples pactos. Pues ese aire fresco que parecía que iba a entrar es hoy pura niebla, ya que ha quedado en evidencia que apenas se ponen entre todos de acuerdo para sacar leyes. De hecho, el 2017 se cerró con más normas congeladas en las Cortes Generales que aprobadas.

Los diputados se sientan desde este martes en el Palacio de las Cortes sin saber ni siquiera cuándo llegará la ley más importante del años: los Presupuestos Generales del Estado. La crisis catalana y el 155 llevan paralizando meses las cuentas públicas al no tener amarrado el Gobierno el indispensable apoyo del PNV.

Y más fango al fango. El Ejecutivo de Rajoy también ha intentado atraer al PSOE a los presupuestos vinculándolos con la nueva financiación autonómica. Pero esa financiación se ve a su vez congelada por la no existencia de Govern en Cataluña. ¿Cómo se va a aprobar el nuevo régimen sin una de las comunidades más ricas y pobladas de España dentro del acuerdo?

Todo ello preocupa mucho dentro del propio PP. No únicamente en la calle Génova, sino casi más entre los barones territoriales. Tienen que ir preparando sus elecciones regionales y autonómicas para el año que viene y a la manera 'popular' muestran sus señales de preocupación hablando de problemas de comunicación o de la necesidad de recuperar la iniciativa política. El presidente ha convocado a un almuerzo de trabajo el próximo lunes a todos los líderes territoriales.

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Rajoy sigue sin hacer cambios con un PP nervioso

Rajoy sigue fiel a su estilo. Le piden que mueva los remos para mover el agua, pero él no ha hecho ningún cambio. En la última Junta Directiva Nacional no defraudó en su inmovilismo y no introdujo ningún cambio dentro de la organización en Génova. Dentro del PP muchos esperan a la posible salida del ministro de Economía, Luis de Guindos, para ocupar un puesto en el BCE como momento para agitar La Moncloa. A Rajoy no le gustan los cambios bruscos de Gobierno, pero ahí tendría una oportunidad en bandeja para mover el banquillo.

Las aguas subterráneas se remueven por la lucha dentro del espectro por la derecha. Por primera vez le sale un competidor al PP con posibilidades dentro de su zona de confort ideológico. El 15% de los que votaron a Rajoy hace dos años lo harían hoy por Albert Rivera, según refleja la última encuesta del CIS. En las últimas semanas se han acrecentado las críticas en todos los discursos contra los naranjas por parte de los populares, que buscan identificar como unos "veletas" a los de Cs.

El arma electoral de la prisión permanente revisable

En el PP están buscando huecos para dar la batalla con otros temas que no sean el catalán. El preferido: el respaldo a la prisión permanente revisable frente a los intentos de la oposición de derogarla. De hecho, el ministro de Justicia, Rafael Catalá, ha avanzado que este viernes el Consejo de Ministros aprobará un proyecto de ley que aumentará los delitos a los que se puede aplicar esta pena.

El propio PP va a llevar a esta sesión de control el asunto. Según fuentes parlamentarias populares, buscan que el resto de partidos, especialmente Ciudadanos, se "retraten" sobre este tema durante estos días. Los populares están convencidos de que es un asunto con un apoyo mayoritario en la sociedad. También están intentando promocionar en los últimos días la propuesta del MIR educativo lanzada por el ministro Íñigo Méndez de Vigo.

Además de Cataluña, el PP se ha vuelto a encontrar con otro de sus grandes fantasmas negros: la corrupción. A lo Cantores de Hispalis, por la Audiencia Nacional han pasado Francisco Correa, Pablo Crespo, 'El Bigotes' y Ricardo Costa reconociendo el sistema de financiación fraudulento del PP valenciano. Y el propio Correa ha reiterado este mismo martes durante su comparecencia por videoconferencia en el Congreso de los Diputados este modelo fraudulento y ha señalado a Mariano Rajoy como el encargado de dar el OK a los gastos en las campañas. Esto vuelve a empañar la imagen de los políticos -aumentando la preocupación en la corrupción, según el CIS-.

Aguas estancadas también a base de ampliación del trámite de enmiendas. Unidos Podemos y el PSOE se quejan de que el PP y Ciudadanos utilizan el sistema de prórroga automática de los plazos de enmiendas para impedir que puedan ser aprobadas.

El Congreso tiene en esta situación unas 40 normas. Entre ellas, la suspensión de la Lomce, la subida del salario mínimo profesional, la derogación de la ley mordaza o la despenalización del derecho a huelga. Esto se une, añaden los partidos de la oposición, al veto que ejerce el Ejecutivo a otras leyes aludiendo a que afectan a los ingresos y gastos del Estado.

¿Y qué piensa hacer la izquierda?

El tema catalán ha sumergido también a Unidos Podemos en una situación complicada. El partido ha bajado en perspectivas electorales y sectores críticos con Pablo Iglesias le han lanzado críticas por su actuación. Sus socios de Izquierda Unida le han advertido al propio líder morado que hay que relanzar la actividad con otras cuestiones relacionadas con los problemas del día a día de la gente.

Iglesias ha elegido para golpear dialécticamente en el Congreso esta semana a Mariano Rajoy el tema de la corrupción y la declaración ante la Audiencia Nacional de Ricardo Costa. Además, quiere tomar la delantera a Ciudadanos con su propuesta de reforma de la ley electoral, un tema que va a cobrar mucho protagonismo en las próximas semanas.

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Para llevar a cabo esta reforma hace falta mayoría absoluta, pero el PP ya se ha desmarcado. Los morados y los naranjas necesitarían al PSOE. Los socialistas también encaran este periodo de sesiones intentando introducir nuevos temas diferentes al catalán. La brecha salarial entre hombres y mujeres es uno de los asuntos que los socialistas van a poner en primera línea.

Pedro Sánchez ya ha definido una hoja de ruta para este semestre. Precisamente una de las primeras medidas será una proposición de ley que tiene ya ultimada el partido y que incluirá sanciones a las empresas que paguen menos a las mujeres que a sus compañeros varones por el mismo puesto de trabajo.

También se fijarán en el ámbito del trabajo intentando una derogación parcial de la reforma laboral -para acabar con el artículo que fomenta la subcontratación y la devaluación laboral- y la búsqueda un nuevo acuerdo sobre pensiones. Asimismo, los socialistas quieren dar un impulso a la iniciativa legislativa popular de renta básica, la reforma de la ley de memoria histórica, el cumplimiento del pacto contra la violencia machista, el reconocimiento de las pensiones de orfandad, una proposición de ley para reconocer la eutanasia y la derogación de la "ley mordaza".

España y su pantano político.