JJOO en Pyeongchang: lo que esconde el acercamiento entre las dos Coreas

JJOO en Pyeongchang: lo que esconde el acercamiento entre las dos Coreas

¿Qué pasará después de la quincena olímpica?

Las dos Coreas han dado un paso histórico en sus relaciones diplomáticas con motivo de los Juegos Olímpicos de Invierno 2018 en Pyeongchang. Primero, Corea del Norte aceptó abrir un canal de comunicación directa con Corea del Sur de cara a los Juegos; días más tarde, las dos Coreas acordaron desfilar juntas; y el viernes 9 de febrero, durante la ceremonia de inauguración, se dio el gran momento: la hermana de Kim Jong Un, líder norcoreano, y Moon Jae-in, presidente de Corea del Sur, se dieron la mano.

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En un contexto marcado por la progresión de programas nucleares norcoreanos y las amenazas y ofensas entre Kim Jong-Un y Donald Trump, el dirigente norcoreano se pronunció el mes pasado —para sorpresa general— en favor de una mejora de las relaciones entre las dos Coreas.

"Debemos mejorar las relaciones Norte-Sur, que ahora están congeladas, y lograr que este año suponga un giro en la historia nacional", lanzó durante su discurso de Año Nuevo a la nación. Esta voluntad de apertura desembocaba en "discusiones de alto nivel" entre las dos naciones y en la participación del Norte en los Juegos Olímpicos.

El broche de oro de esta vuelta al diálogo se producía este viernes 9 de febrero, con el encuentro entre la hermana de Kim Jong-Un, Kim Yo Jong, y el presidente surcoreano, Moon Jae-in. Este giro estratégico tan espectacular como repentino entre las dos Coreas hace que se plantee la cuestión sobre las motivaciones reales de Piongyang, siempre dispuesto a enseñar su musculatura en el desfile militar organizado a pocas horas de la ceremonia de inauguración de los Juegos.

¿Presión estadounidense?

No es la primera vez que Kim Jong Un se distingue por una actitud bastante paradójica. En su discurso de sosiego con el Sur, el líder norcoreano se preocupó, por ejemplo, de advertir a Washington de que tenía muy a mano el "botón nuclear". Una actitud de desafío a medida que crece la tensión entre Estados Unidos y Corea del Norte desde la llegada de Donald Trump al poder, con insultos personales y una fuerte presión económica incluidos.

El presidente estadounidense consideró que la mano tendida de Kim Jong Un hacia Seúl era fruto de las sanciones impuestas a Corea del Norte. "Las sanciones y las 'otras' presiones empiezan a tener un gran impacto en Corea del Norte", escribió Trump en Twitter. "El hombre cohete ahora quiere hablar con Corea del Sur por primera vez", dijo utilizando el apodo que pone a Kim Jong Un de forma habitual. "Puede que sea una buena noticia, puede que no. Ya veremos", añadió.

Pero, según el especialista en Asia Antoine Bondaz, las cosas no son tan simples. Para él, "la política estadounidense será un éxito si Corea del Norte vuelve oficialmente a la mesa de las negociaciones", lo cual no está en la orden del día.

Alineación de los planetas

Bondaz estima que el acercamiento diplomático entre las Coreas es fruto de una coyuntura favorable y no de la estrategia de "presión máxima" ejercida por Estados Unidos. A esa misma línea aduce Barthélémy Courmont, director de investigaciones en el Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas (IRIS). "No, las sanciones no tienen impacto. Hace 25 años que se sanciona al país, y hace 25 años que él no cede", explica a la edición francesa del HuffPost.

Por el contrario, "Kim Jong Un tiene mucho interés en limitar el incremento de las tensiones en la península", sostiene Antoine Bondaz, que apunta a una alineación de planetas particularmente propicia a la reanudación de conversaciones. "El discurso de los deseos de Año Nuevo suele ser un discurso de apertura. Esto no es inédito", señala.

No, las sanciones de EE UU no tienen impacto. Hace 25 años que se sanciona a Corea del Norte, y hace 25 años que no cede.Barthélémy Courmont

El contexto de los Juegos Olímpicos de invierno en Pyeongchang también es una oportunidad formidable para que las dos Coreas "escenifiquen el apaciguamiento". Para el investigador, la situación es comparable a la de 2014, cuando Corea del Norte envió a sus atletas a los juegos asiáticos cerca de Seúl, pese a un año 2013 de grandes tensiones marcado especialmente por una tercera prueba nuclear. "El deporte permite mostrar simbólicamente que los países están abiertos al diálogo", explica el especialista al HuffPost.

Alejar a Estados Unidos

Otro factor propicio a una desescalada de tensión entre los dos países es el cambio de la política surcoreana. El progresista Moon Jae-in fue elegido el 10 de mayo de 2017 con un programa de lucha contra la corrupción y de acercamiento a Corea del Norte. "Él conoce bien el tema por haber sido uno de los artífices de la 'política del Sol' de los años 2000", que consistía en renovar el diálogo con Piongyang, señala Barthélémy Courmont.

Hasta a los surcoreanos les preocupa un poco la actitud belicista del presidente americano.Juliette Morillot

Para los especialistas, el acercamiento entre el Norte y el Sur habría que acreditárselo al nuevo presidente surcoreano. Se trata del éxito de una nueva política que alía "sanción y diálogo" llevada a cabo por Seúl, apunta Bondaz. Para demostrar que el país "no juega un doble juego", toma el ejemplo de un carguero panameño embargado por Corea del Sur el 31 de diciembre por haber provisto de productos petroleros a Piongyang, violando así las sanciones de la ONU.

Kim Jong-Un sueña con la ocasión de alejar la influencia de Estados Unidos de la península coreana. Según los analistas, con este acercamiento el Norte trata de obtener la suavización de sanciones y meter cizaña en la relación Seúl-Washington.

"Paradójicamente, hasta a los surcoreanos les preocupa un poco la actitud belicista del presidente americano", cuenta la historiadora Juliette Morillot a Europe 1. Y concluye la especialista: "Las dos Coreas quieren un diálogo en directo y volver a tomar las riendas de su destino".

Ahora la cuestión es la siguiente: ¿el acercamiento entre el Norte y el Sur seguirá siendo noticia tras los Juegos Olímpicos?

Este artículo fue publicado originalmente en el 'HuffPost' Francia y ha sido traducido del francés por Marina Velasco Serrano