A juicio 4 miembros de una red de proxenetas que sometía a víctimas con vudú

A juicio 4 miembros de una red de proxenetas que sometía a víctimas con vudú

Los rituales de vudú hacían que las jóvenes prostituidas les temiesen.

Un nigeriano haciendo rituales y prácticas religiosas en su país.Corbis via Getty Images

La Fiscalía pide 43 años de prisión para cada uno de los cuatro miembros de una presunta organización nigeriana que se dedicaba a la trata de mujeres de este país africano para prostituirlas en España, donde eran sometidas a rituales de vudú para amenazarlas y mantenerlas bajo su control.

La Audiencia de Madrid celebra este martes el juicio contra Osomwenyenmwen O., Loveth A., Mcdon I. (este en situación irregular en España) y Supreme L.

La Fiscalía les acusa de tres delitos de trata de seres humanos con fines de explotación sexual en concurso con tres delitos de prostitución coactiva y de un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros en concurso con otro continuado de falsedad documental.

43 años y más de diez de libertad vigilada

En base a ello, solicita una pena de 43 años de prisión y diez más de libertad vigilada para cada uno de los procesados y una indemnización en concepto de responsabilidad civil a cada una de las tres víctimas de 75.000 euros por el daño moral causado.

Según el relato del fiscal, desde al menos 2010, los acusados junto a otras personas no identificadas en Nigeria y España se dedicaban a captar mujeres jóvenes, en ocasiones menores de edad, en este país africano con el fin de traerlas a España y a otros países como Noruega y Francia empleando documentación falsa.

Los acusados se aprovechaban de "la minoría de edad de algunas de ellas así como de su inmadurez y precariedad económica" para realizarlas "falsas promesas de trabajar en Europa" para casarse en algunos casos con hombres de raza blanca y tener un futuro mejor.

Dice el fiscal que las mujeres 'no tuvieron otra opción posible' que prostituirse para poder pagar la deuda contraída, que aumentaba por el alojamiento y la manutención.

Y para controlarlas, los procesados les sometían a rituales de vudú, de fuerte arraigo en su país, que generaban en las jóvenes "un estado de intenso temor" con el fin de vincularles a los acusados para no sufrir las consecuencias de los rituales.