Muere el dibujante Forges a los 76 años

Muere el dibujante Forges a los 76 años

Por un cáncer de páncreas.

Getty Images

El humorista gráfico Antonio Fraguas, más conocido como Forges, ha muerto esta madrugada en Madrid, a los 76 años, a causa de un cáncer de páncreas, han informado fuentes familiares al diario El País.

Forges ha fallecido en la clínica de la Fundación Jiménez Díaz tras combatir con la enfermedad, que le había sido diagnosticada en febrero de 2017.

A lo largo de su carrera profesional, el humorista plasmó su visión de la realidad en publicaciones como Hermano Lobo, La Codorniz, El jueves, Pueblo, Informaciones, Diario 16, El Mundo o El País, periódico en el que publicó sus viñetas durante los últimos 23 años.

Ese rotativo le considera como "el humorista que mejor ha retratado el último medio siglo de la historia de España" y destaca que "supo plasmar con ternura e ironía la evolución de una sociedad que pasó del desarrollismo franquista de sus primeros dibujos al mundo hipertecnológico de su última etapa".

Forges siempre se rió con, que no de, la especie humana a través de esos personajes casi siempre calvos, de gran nariz y ojos saltones con los que describió las actitudes y comportamientos que le llenaban de vergüenza, rabia o ternura.

Su humor inciso e inteligente recoge lo absurdo y contradictorio en la sociedad española y sus originales personajes derrochan la misma humanidad y talento que su autor, comprometido en la defensa de la dignidad del ser humano.

50 años de viñetas diarias ininterrumpidas

Sus 'blasillos', 'marianos' y 'conchas', funcionarios profundos, beatas o náufragos perdidos son reconocidos por varias generaciones de lectores después de que haya publicado sus viñetas diarias, e ininterrumpidamente, durante 50 años.

Personajes familiares y cercanos siempre llenos de asombro y perplejidad ante un mundo que no entienden que han llegado a varias generaciones de lectores después de que el autor no faltara en cinco décadas a su cita diaria de publicar una viñeta.

Figura imprescindible para conocer y entender la sociedad española, a través de sus genuinos bocadillos de gruesos bordes Forges retrató el duro mundo de la crisis y los hipotecados, así como el de los jóvenes, esos que llevó a la viñeta para contarnos lo difícil que tienen encontrar un trabajo digno.

También hay que deberle el acercar la historia de España a aquellos que siempre han huido de los grandes tomos a través de esa ingeniosa crónica del pasado que recogió entre 1980 y 1984 en Historia de Aquí, para recordar que "aquellos pueblos que no conocen su historia están condenados a repetirla".

"Ochenta y pico mil" dibujos

Y aquí, al igual que en los más de "ochenta y pico mil" dibujos, como así cifraba sus obras, siempre hacía gala de ese espíritu crítico y reivindicativo que lo ha acompañado hasta los últimos días de su vida.

Días amargos en los que el humorista, miembro de la plataforma Seguir Creando, defendió el derecho a compatibilizar la producción artística de los creadores con la jubilación con un mensaje claro: que el Gobierno les "devolviera" lo que les ha "cobrado" a todos los que estaban en su situación.

Según contó a Efe en 2017, a sus 75 años, se encontraba en una situación "de película", ya que tuvo que devolver a Hacienda los cuatro últimos años de pensión, una cantidad que rondaba los 160.000 euros, por tratarse de un autor "con 79 años cotizados".

"Cómo es posible que exista un gobierno en el siglo XXI que tenga por misión ningunear a la cultura de todas las maneras posibles", denunció con una voz enérgica, ausente de cualquier nota de humor.

Cómo es posible que exista un gobierno en el siglo XXI que tenga por misión ningunear a la cultura de todas las maneras posibles.Forges sobre el Gobierno de Rajoy

Había dejado de percibir la pensión "generada" como trabajador técnico de TVE también. "¡Y no pasa nada!", exclamaba. "Es tan sencillo como decir se suspende esta actuación administrativa. Yo acuso al gobierno del PP de que se dedica a robar a determinadas personas, casualmente, y a otras no", añadía.

Por eso nunca dudó en afirmar que había llegado el momento de que todos, "en bloque", llegaran hasta el Tribunal de Estrasburgo para denunciar "la actitud del Gobierno": "Porque hay mala fe y eso va en contra de los Derechos Humanos".

Se ha apagado un trazo que siempre se esperaba, esa viñeta que con el humor como herramienta siempre fue un artículo de opinión lleno de esa libertad que siempre caracterizó su oficio.