La otra cara de Palma-Palmilla, el barrio más conflictivo de Málaga

La otra cara de Palma-Palmilla, el barrio más conflictivo de Málaga

La fotógrafa Marina Reina presenta su proyecto sobre el vecindario en La Térmica.

- No pases por allí.

- Ve con cuidado y no vayas solo.

- Deja la cartera en casa.

Esas y otras muchas son las advertencias que cualquier malagueño ha oído más de una vez sobre la zona de enormes bloques blancos de viviendas sociales que coronan el barrio de Palma-Palmilla, etiquetado como el más conflictivo de la ciudad. Estos avisos despertaron la curiosidad de la fotógrafa Marina Reina (Málaga, 1986): "Siempre me he preguntado qué habría más allá".

Esto fue lo que la llevó a elaborar su proyecto Palma Palmilla, una serie de fotografías del barrio que se podrán ver a partir de este viernes 16 de marzo y hasta el 22 de abril en La Térmica de Málaga. "Había estado fuera de Málaga un tiempo y cuando volví me asaltó la curiosidad. Es un barrio que creemos conocer, cuando en realidad no es así", cuenta a El HuffPost esta artista, que busca mostrar con su obra otra realidad distinta, alejada de los estigmas. Una visión apartada del tráfico de drogas, la delincuencia, los robos y las reyertas: un barrio multicultural y de intercambio.

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Palma-Palmilla comprende el distrito 5 de Málaga, al norte de la ciudad, al margen derecho del río Guadalmedina. En él se encuentran el estadio del Málaga C.F, La Rosaleda, y la redacción del principal periódico de la ciudad: Diario Sur. El origen del barrio ya denota el estigma que se mantiene desde su nacimiento. Palma-Palmilla es fruto de un plan urbanístico de los años 60 que buscaba acabar con el chabolismo en los barrios céntricos de La Trinidad y El Perchel. Ahora mismo la definición que Reina da es más sencilla: "Es un barrio que todo el mundo conoce en Málaga, pero al que nadie ha ido".

Además, según cuenta la fotógrafa, este origen no está documentado ya que el archivo fotográfico e histórico del barrio es prácticamente inexistente: "No hay fotos y la historia presente tampoco está contada". Ahora mismo no hay un archivo municipal en la zona y el provincial no recoge datos ni documentación de este. Por esto, parte del proyecto de Reina se centra en recopilar fotografías de vecinos.

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Para aquel que lo haya conocido a través del boca a boca o de los medios de comunicación, los sucesos no le habrán dejado ver el bosque fuera de los navajazos, el narcotráfico y los clanes de familias de etnia gitana. "Un tiroteo entre familias vecinas" o "una mujer apuñala a otra tras una discusión" son algunas de las noticias sobre el vecindario que llenan los diarios locales. Incluso a nivel nacional, el programa de Cuatro Callejeros hizo un especial del barrio. Muchos hasta lo califican como Las 3.000 viviendas de la capital malagueña.

En Palma-Palmilla, según datos recogidos por el Ayuntamiento 2012, viven en torno a 3.000 inmigrantes, aunque fuentes del barrio elevan esta cantidad a 5.000 o 6.000 debido, dicen, "a la cantidad de indocumentados que residen en la zona". De estos extranjeros, una tercera parte son marroquíes, seguidos de nigerianos y rumanos. Dentro de la población española del barrio, el colectivo de etnia gitana es uno de los más importantes y también de los más estigmatizados.

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Las caras no visibles del barrio

"En Palma-Palmilla está la vida en carne cruda, a nivel social y personal por parte de los vecinos", recalca Reina, quien confiesa que después de cada día que pasaba en el barrio volvía a casa "con el corazón lleno de amor, de agradecimiento y de energía".

El trabajo que empezó como individual —gracias a la beca de La Obra Social de la Caixa Art For Change que le concedieron en 2015— acabó siendo colectivo. "Planteé un taller de fotografía en la biblioteca al que los vecinos podían ir y participar".

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"Un grupo de diez o doce chicos filmaron, fotografiaron y compartieron la experiencia conmigo durante el verano. Fue un ejemplo para poder decir: 'Podemos ser protagonistas de nuestra historia, podemos contarla con nuestras fotos y transmitirla a los demás'. Creo que se puso valor la autoestima de los vecinos", cuenta Reina.

Gracias a la colaboración vecinal, la malagueña logró conocer desde dentro a las personas del barrio a las que entrevistó y fotografió. Entre ellas a Jesús Rodríguez, El Chule, portavoz de la Asociación Gitana y quien se encarga del llamado Banco Güeno (un comedor social situado en una sucursal cerrada de Unicaja). A pesar de su implicación, Reina recalca que no trató directamente con las asociaciones, sino con las personas del barrio: "Cada una tiene una historia y una intensidad detrás".

Según la fotógrafa, el futuro del barrio está en los niños, aunque los datos del Ayuntamiento no son muy esperanzadores: sitúan el fracaso escolar en el 80%. "Lo tienen todo, pero a la vez están muy condicionados. Esa fuerza y esa alegría vital dejan esperanzas para soñar", detalla la artista, cuyo proyecto va a llegar incluso a América Latina. Palma Palmilla estará en el San José Foto Festival de Uruguay y en el PH15 de Argentina, un festival en el que se exponen series de fotografías ubicadas en barrios similares.

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