Paula Bonet y Aitor Saraiba: "Todos somos machistas y antes del 8M estábamos dormidos"

Paula Bonet y Aitor Saraiba: "Todos somos machistas y antes del 8M estábamos dormidos"

Los ilustradores presentan su nuevo libro, reivindican el realismo mágico de La Mancha y explican por qué "hay que ser feministas".

AITOR SARAIBA

Están acostumbrados a completar las frases el uno del otro y no les cuesta enzarzarse en un apasionante debate si sale el tema del 8M. Paula Bonet y Aitor Saraiba forman una buena pareja, ya sea para conversar, para viajar juntos al mismo pueblo cada cumpleaños o para firmar a cuatro manos Por el olvido(Lunwerg Editores), escrito por él e ilustrado por ella.

Se trata de un libro homenaje poco al uso. En primer lugar, porque en la portada no aparece el nombre del homenajeado: Roberto Bolaño (y es algo que los autores han hecho a propósito). En segundo, porque no repasa la biografía del escritor chileno, sino los vínculos más íntimos que unen a Saraiba y Bonet con la figura de Bolaño, con su literatura, con su Latinoamérica.

El origen de Por el olvido tiene en sí mismo algo de surrealista: es una mezcla de casualidades, de proyectos frustrados y de un encuentro casi fortuito que marcó a los autores para siempre; aunque el verdadero germen se encuentra en una performance de Saraiba "de dos horas y media" explicando por qué no había sido capaz de escribir el libro que él quería sobre Roberto Bolaño. En ese momento Bonet entendió "que aquello era el libro". Así que los artistas se pusieron manos a la obra y casi sin darse cuenta lo ya tenían terminado.

Saraiba y Bonet presentan Por el olvido días después de las históricas manifestaciones del 8 de marzo en España y de una huelga feminista que Paula Bonet ha seguido muy de cerca.

¿Cómo habéis vivido este 8 de marzo?

Paula Bonet: He estado muy implicada, lo estoy ahora y lo seguiré estando. Lo he vivido con mucha emoción. Antes usaba mucho el "no tengo nada que celebrar" y este 8 de marzo he visto que sí tengo mucho que celebrar. Parece que finalmente estamos despertando y que finalmente vamos a conseguir cambios, aunque sean muy lentos. Porque ahora estamos enfadados todos, especialmente todas, y creo que nos tenemos que permitir estar enfadadas y tenemos que luchar. Soy muy optimista.

Hace 18 años las feministas éramos cuatro maricas y cuatro raras.Aitor Saraiba

Aitor Saraiba: A mí me parece fascinante lo que está pasando. Hace 18 años pedí una beca para venir a unos seminarios de ARCO que daba Xabier Arakistain. Eran maravillosos, sobre feminismo y teoría queer, pero en esa época las feministas éramos cuatro maricas y cuatro raras. Esas mujeres me marcaron muchísimo cuando era un crío, cuando tenía 18 años. Si ya era feminista sin saberlo por las mujeres maravillosas que me criaron, al conocer a esas grandes intelectuales, más todavía. Durante los años de universidad mucha gente me criticaba por declararme feminista. Así que ahora me emociona ver movimientos como Femen, como Pussy Riot, ver lo que hace Paula, ver lo que es tan necesario hacer... Este 8 de marzo para mí fue inevitable poner a Courtney Love en mi Instagram, porque cuando tenía 13 años traduje sus letras con mi diccionario Collins, vi cómo esa mujer se quitaba el sujetador, lo quemaba, cómo gritaba por una libertad que no teníamos. Esa señora me hizo feminista. Me acuerdo de que cuando era pequeño iba al colegio con una camiseta que ponía RIOT GIRL y me pegaban porque ponía "girl" [chica].

Al ver lo que ha pasado este 8 de marzo, digo: "Ya era hora". No sé hasta qué punto estoy a favor de esa mediatización absoluta que ha ayudado, pero ojalá llevemos esta lucha que empezó hace mucho tiempo a lo personal, que es lo político, y que no pare nunca. Hay motivos para estar enfadados y el falocentrismo no puede acabar con nosotros. Así que, por favor, hay que ser feministas, el feminismo es la igualdad entre el hombre y la mujer. Esta lucha no es del 8M, sino diaria, porque el enemigo es muy burro.

Bonet: Y lo tenemos dentro.

Saraiba: Como decaigas un día, te hunde. Estoy feliz de que esté pasando esto. Porque hace unos años mi experiencia como niño mariquita de pueblo fue muy diferente.

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¿Y crees que esa experiencia como "niño mariquita de pueblo" sería muy distinta a día de hoy?

Saraiba: No, es igual. Es exactamente igual. Aquí en Madrid, o en Barcelona, vivimos en una burbuja maravillosa. Pero cuando voy a mi pueblo, pasa exactamente lo mismo que hace unos años. Tanto para mí como para el niño mariquita de 14 años. No ha cambiado. Por eso la lucha sigue. No podemos convencernos de que hay igualdad y de que todo va bien porque es mentira. Se ha luchado mucho por los derechos LGTBI y nos han intentado convencer de que ya está todo resuelto, pero no.

Tú decías antes, Paula, que el enemigo está dentro de nosotros.

Bonet: Claro. El enemigo está, por ejemplo, en el lenguaje que utilizamos para comunicarnos, para amar. Todos somos machistas y hasta ahora estábamos dormidos. Cualquier acto que dé visibilidad a esta causa es positivo.

Saraiba: Eso siempre. Cualquier lucha por la libertad y la igualdad es buena. Me da igual que la haga Coca Cola o Google. Lo que quiero es que no se quede en un día, que no se quede en los medios. Este 8 de marzo lo que me emocionó fue ver a gente de 15 años en la causa.

Bonet: Bueno, y a gente de 70 y 80.

Saraiba: Ya, pero esa gente siempre ha estado ahí luchando. A mi edad, la juventud no luchaba así. En cambio, los jóvenes de ahora me han dado mucha esperanza, estoy muy orgulloso de ellos. Creo que van a generar un futuro que nosotros no fuimos capaces.

Bonet: Ahora la gente joven tiene mucha más información de la que tuvimos nosotros.

Saraiba: La información estaba ahí. Lo que tienen ahora es menos miedo.

Creo que los jóvenes de ahora van a generar un futuro que nosotros no fuimos capaces.Aitor Saraiba

Pero antes comentabas que aquí vivimos en una burbuja y que en los pueblos pequeños la realidad es otra.

Saraiba: Justamente ese es nuestro trabajo como generadores de cultura. Yo supe lo que era el feminismo gracias a Courtney Love. Ojalá que alguien en su pueblo, en Ciudad Real o en Talavera, lea esta entrevista y diga: "Mañana me hago feminista". Ojalá sirva para que un niño o una niña deje de tener miedo por ser mariquita, por ser mujer, por ser una silla o lo que quiera ser. Y diga: "Voy a ser feminista porque estos dos locos han dicho que hay que ser feminista".

Volviendo al libro...Además de Roberto Bolaño, en Por el olvido habláis de Nicanor Parra, de Octavio Paz, de Pablo Neruda, Rubén Darío, Gabriela Mistral, César Vallejo... ¿Tenéis un amor especial por los autores latinoamericanos? ¿De dónde os viene?

Saraiba: Del amor por Bolaño. Porque él cita desde a Jorge Pimentel, un poeta peruano que conocen tres personas, hasta a Borges, un mastodonte de la literatura. Por ejemplo, a Nicanor Parra y a Borges los conocía, pero nunca me inundé tanto de ellos como cuando oí a Roberto Bolaño hablar de ellos. Bolaño invita a cualquier lector que quiera acercarse a la literatura. Y la gran literatura a la que hace referencia es sobre todo la suya propia, la de un inmigrante latinoamericano en Europa, sin lugar.

Bonet: Cuando a los 20 años decidimos huir de manera instintiva y sin saber adónde, tanto Aitor como yo acabamos en Latinoamérica: él en México y yo en Chile. Y los dos llegamos enseguida a Bolaño, allí, con veintipico años y sin un duro en el bolsillo, a través de Los detectives salvajes. En cuanto acabé de leer el libro, cogí un billete para México. Que un libro te impulse a realizar esa acción es muy simbólico y que encuentres a alguien que hizo algo muy parecido te une más a ese alguien. Formamos parte de una generación a la que Bolaño alumbró.

  Portada del libro.LUNWERG EDITORES

Por el olvido casi tiene más puntos biográficos vuestros que de Bolaño.

Saraiba: Sí, sí. Hay muchos poetas contemporáneos que conocieron a Roberto Bolaño y que pueden aportar mucho más que yo, así que para eso prefiero hablar de Paula, que es a quien conozco.

Deberíamos reivindicar más a las mujeres anónimas.Aitor Saraiba

Me llamó la atención el fragmento de Amalia —la madre del novio de la madre de Aitor— y me recordó un poco a las historias de Pedro Almodóvar.

Bonet: A mí me sucedió lo mismo y quise teñir el capítulo de un aire muy kitsch que al principio no me atrevía a enseñar a Aitor. Pero cuando lo vio él alucinó y me escribió para decirme que era su capítulo favorito.

Saraiba: Salvando las distancias, porque Almodóvar es dios y yo soy una rata de dos patas, es bastante almodovariano porque soy castellanomanchego, soy de un pueblo, me he criado en una casa de mujeres y creo que Almodóvar no salió de un sitio muy distinto a este. Creo que Almodóvar ha retratado de forma magistral ese universo castellanomanchego, humilde, de hombres criados por mujeres, en casas de pueblo donde se mea en el jardín... es un retrato de una comunidad autónoma olvidada. Me encanta cuando la gente habla de su comunidad como si estuvieran viviendo grandes tragedias, y les digo: "Si quieres vivir una tragedia, ven a la mía". Creo que en Castilla-La Mancha tenemos algo, ese humor tan seco, de reírnos de nosotros mismos, que en vez de decir "mira qué tragedia estamos viviendo", decimos: "Mira qué maravillosas estas mujeres que nos han educado y nos han convertido en los hombres que somos hoy". Almodóvar abre ahí una brecha y creo que deberíamos reivindicar más a las mujeres anónimas, como Amalia, que posiblemente sea una de las mujeres que más ha influido en mi vida. Así que antes de que me muera y de que la gente me olvide, aquí en este librillo queda ese personaje, que podría ser la abuela de un montón de gente de mi barrio en Patrocinio San José (Talavera de la Reina).

  Fragmento del capítulo dedicado a Amalia.LUNWERG EDITORES

Hablando de esa conexión con Almodóvar, me da la impresión de que a veces ese realismo manchego tiene mucho que ver con el realismo mágico.

Saraiba: Sí, sí. Es fascinante. En México conozco a mucha gente cuyos abuelos proceden de España y entiendo perfectamente lo del realismo mágico. Allí se lleva a un extremo, pero por ejemplo mi abuela materna, de la que hablo mucho en mi libro Pajarillo, y que me ha marcado un montón, siempre me ha hablado de que se le aparece la virgen, de sus hijos muertos, me ha enseñado a rezar, me ha enseñado los rituales. Eso sí, a misa no iba porque odiaba a los curas... Sin saberlo, era una especie de bruja en su casa. Ese realismo mágico lo he vivido siempre, como lo de clavar cuchillos en el césped.

Bonet: Yo hasta que no me fui a Chile no me di cuenta de que el realismo mágico no era una corriente literaria. Pero luego entendí que yo también lo había vivido: lo de los cuchillos en el suelo, lo de las tijeras enrolladas debajo de la cama...

Saraiba: Ya casi no quedan personajes como Amalia, que empezaba a mezclar la realidad con la ficción, que me hablaba de la Guerra Civil, de cómo a su primo le cortaron la cabeza... gente que ha vivido tragedias enormes y te lo cuenta con una humildad y una sencillez aterradora. De algún modo, tenía que hacer un homenaje a las víctimas de la Guerra Civil, a esas mujeres olvidadas, a esos ancianos que prácticamente mueren solos como si fueran un mueblecito en casa.

¿Y en qué lugar queda la memoria, teniendo en cuenta que el título del libro?

Saraiba: La memoria es gente como Amalia: es no olvidar. Por el olvido no es una celebración, es una crítica para defender la memoria. Viene de una cita de Borges, de Otro poema de los dones: "Por el olvido, que anula o modifica el pasado".

Todo lo que les ocurre a las mujeres se invisibiliza. Lo único que es universal y lo que interesa es lo masculino.Paula Bonet

Paula, hace apenas dos meses contaste que habías sufrido tu segundo aborto en un año y que te parecía "acojonante" que la gente no lo contara. ¿Por qué crees que ocurre esto?

Bonet: Es un tema poco frecuente como suele pasar con cualquier tema que afecte a las mujeres. Porque todo lo que les ocurre a las mujeres se invisibiliza. Porque lo único que es universal y lo que interesa es lo masculino. En esta lucha es muy importante concienciar de que lo femenino también es universal.

Saraiba: Es LO universal.

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Bonet: Me costó decidirme a hacer esto público porque pertenece a un ámbito muy íntimo, pero me di cuenta de que si no lo hacía, no estaba siendo fiel a todas estas mujeres a las que leo desde hace cuatro años, ni a mi discurso, ni a La Sed ni a todos mis proyectos que beben de ahí y que tienen lógicamente un tinte feminista.Fue la primera vez que me permití mostrar una imagen sin el filtro artístico y además con mucha urgencia. Cuando colgué esa foto, sólo hacía unas horas que me habían dicho... [se emociona, hace una pausa y Aitor Saraiba trata de retomar su frase]...

Bonet: No, no me salves [dirigiéndose a él], porque creo que es algo de lo que se tiene que hablar. Para mí era importante hacerme cargo de aquello que estaba en mis manos, porque no podía hacerme cargo del ayuno al que tuve que someterme antes de la intervención, ni de la intervención en sí, ni de las pérdidas horribles que sufrí. Pero sí podía hacerme cargo de lo que afecta el silencio. Hice aquel post porque pensé que era necesario y que era lo más normal. Hasta que no me sucedió dos veces no supe que era algo frecuente, no supe que, según el protocolo médico, no se puede investigar la causa hasta que no se produce el tercer aborto. Después de la primera experiencia, todo el mundo me hizo ver que la única culpable era yo: que no había parado, no había descansado, no había dejado de viajar, ni de trabajar, no me había cuidado como debía cuidarse una embarazada. Y hasta que no te pasa tres veces, no te hacen un análisis superfácil que te dice si con el embarazo te palpita el corazón más rápido y la sangre se hace más espesa, cosa que se puede solucionar con una pastilla que evitaría el aborto. Y hasta el tercer aborto tampoco se gira el foco hacia el padre. Eso es una mierda. Si fueran ellos los que paren, tendríamos muchísima más información sobre lo que afecta a nuestro cuerpo.

Los cuerpos de las mujeres sólo están en la esfera pública mientras son jóvenes, están estirados y despiertan deseo en el hombre. Una vez dejas de despertar ese deseo, desapareces. ¿Dónde tenemos cabida las mujeres que nos empeñamos en estar vivas y, por lo tanto, nos vamos arrugando? Esos días me sucedió algo muy particular: vi un cuerpo que no era ni joven ni viejo, era un cuerpo embarazado, pero sin embrión, y me hizo reflexionar. Me hizo pensar en cómo se elimina el cuerpo de la mujer de la esfera pública por esto mismo, o en cómo se me ha sexualizado constantemente desde que comencé mi obra y empecé a dar entrevistas. Hay fotógrafos que se permiten opinar sobre el peinado de una escritora, o de sus piernas, y que luego las alargan con Photoshop. Es un caso real y creo que estamos haciendo algo muy mal.

Si fueran ellos los que paren, tendríamos muchísima más información sobre lo que afecta al cuerpo de una embarazada.Paula Bonet

Hace poco, en una entrevista con Raquel Córcoles (Moderna de pueblo) le preguntamos si había experimentado algún caso de sexismo en su carrera. Y su respuesta fue: no un caso, sino una larga lista.

Bonet: Lo importante no es citar la lista, que sería interminable, sino denunciar que suceda. Porque cuando tú llegas a un lugar, tu carta de presentación es tu género. Y si tu género es femenino, si eres mujer, las primeras observaciones que se hacen son a tu físico. Y luego ya, si eso, nos ponemos a hablar de tu trabajo. También es bastante atroz y lamentable que tengamos que pagar primero el peaje de ser complacientes y aceptar todos los cumplidos para, después de esos minutos de protocolo, poder hablar de nuestra obra.

Por último, ¿qué relación tenéis con las redes sociales? He visto que Paula tuitea mucho, pero Aitor, en cambio, hace cuatro meses que no publica nada en Twitter. ¿Se debe a algo?

Saraiba: Es que estoy un poco cansado de trabajar gratis. Pero las uso porque son una herramienta maravillosa. Siempre digo que las redes sociales son como un palo: lo puedes utilizar para abrirle la cabeza a alguien o para apoyarte para andar. Depende de cómo las uses.

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Marina Velasco Serrano es traductora de formación y periodista de vocación. En 2014 empezó a trabajar en 'El HuffPost' como traductora de inglés y francés en Madrid, y actualmente combina esta faceta con la elaboración de artículos, entrevistas y reportajes de sociedad, salud, feminismo y cuestiones internacionales. En 2015 obtuvo una beca de traducción en el Parlamento Europeo y en 2019 recibió el II Premio de Periodismo Ciudades Iberoamericanas de Paz por su reportaje 'Cómo un Estado quiso acabar con una población esterilizando a sus mujeres', sobre las esterilizaciones forzadas en Perú. Puedes contactar con ella escribiendo a marina.velasco@huffpost.es