Le citan con el tipo más pedante de la historia de 'First Dates' y le termina soltando un 'zasca' sin precedentes

Le citan con el tipo más pedante de la historia de 'First Dates' y le termina soltando un 'zasca' sin precedentes

"Parezco un trampantojo de seductor", afirmó Pedro. "Pues si me permites, pareces un gatito", respondió ella, antes de rematar con un "la verdad es que no" generas deseos salvajes.

Incalificable, indescriptible, inaudita... se nos agotan los calificativos para definir la cita que tuvieron en First Dates Pedro, un funcionario de 40 años, e Irene, una modelo, actriz y bailarina de 36, ambos de Madrid.

El tipo repetía en el programa. Su primera cita ante las cámaras fracasó por su repelencia dialéctica, por lo que Pedro aseguró que en esta ocasión iba a hacer un "lifting semántico para esterilizar cualquier germen poético". Mal empezábamos y (spoiler) peor terminaron.

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El caso es que ambos, Pedro e Irene, se gustaron al verse. Ella alabó su elegante estilo con el cuello de la camisa levantado, que le recordaba un poco a (agarraos que llegan curvas)... ¡Danny DeVito!

A ver, la chica quería decir Danny Zuko, el personaje que interpreta John Travolta en Grease, pero llegados a este punto, qué mas da.

Al chaval le sonó raro lo que le dijo Irene, pero como no era muy cinéfilo, lo dio por bueno. Entonces, se produjo una charla pseudocultural que debería estar enmarcada en algún museo de... de algo.

- Pedro. Pero no... Yo no soy muy cinéfilo. Tú sí.

- Irene. Algo

- Pedro. Sí, te gusta mucho la cultura. Nosotros formamos una buena composición abstracta.

- Irene. Podría ser. ¿Te gusta la lectura?

- Pedro. No... De vez en cuando leo. ¿A ti te gusta leer?

- Irene. Mucho... leo revistas todo lo que puedo. Lo último que leí fue una novela histórica con personajes remotos. Eran dos libros y me leí el primero y no seguí con el segundo porque era durísimo.

- Pedro. A mí me cuesta leer una unidad.

- Irene. Pues a mí me gusta mucho leer los informes de la NASA y la ESA en Twitter. También del Planetario, los ecologistas... de gente que considero muy importante.

Sin embargo, lo peor (o lo mejor, según se mire), aún estaba por llegar. Y se produjo cuando se pusieron a hablar de parejas:

- Pedro. ¿Y de novios?

- Irene. ¿Novios? He tenido una pareja seria.

- Pedro. Pues yo he estado aletargado en el amor y necesito una princesa que me rescate de mi castillo de soledad. Nunca he tenido una novia.

En este punto, Irene concluyó ante la cámara que el problema de Pedro es que "es egocéntrico y que le gusta satisfacerse a sí mismo y no comprometerse". Pero la cosa siguió.

- Pedro. Pues tú vas espectacular, con aires de princesa de cuento. Yo parezco un trampantojo de seductor.

Y en este punto, llegó el drama.

- Irene. Pues si me permites, pareces un gatito.

La indignación se adueñó entonces de Pedro: "¿Un gatito? La comparación de un gatito en relación con mi persona me desdibuja como persona que genere estímulos más salvajes. Sólo genero ternura, cariño. Eso de gatito es como una rebaja en la dosis...".

"Pero si son preciosos", afirmó Irene, quien aún guardaba un corte monumental para su cita:

- Pedro. Pero un gatito no genera deseos más salvajes.

- Irene. Pues no, la verdad es que no (zasca).

- Pedro. Un gatito, mamma mía.

Como era de prever, la sentencia final fue la que fue:

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