El rifirrafe entre las reinas, una cuestión familiar y política

El rifirrafe entre las reinas, una cuestión familiar y política

De las páginas del corazón... a cuestión política. La escenas de tensión entre las reinas Letizia y Sofía en la Misa de Pascua van mucho más allá de un mero apunte en las sección de Gente en los medios, ya que afectan directamente a una institución en la que la familia se une intrínsecamente con su labor de Estado.

Una desagradable situación que arruinó una deseada foto de unidad entre los actuales monarcas, sus hijas y los reyes eméritos. Un rifirrafe que, según varios expertos y analistas consultados por El HuffPost, conlleva una crisis de imagen de la familia real española, especialmente de Letizia Ortiz. En las puertas de la catedral de Palma se traspasaron algunas "líneas rojas" para una institución que en España se tiene que ganar su popularidad día a día. Un incidente que supone un "desgaste" ante una opinión pública que sigue la polémica enganchada al móvil.

Y es que el momento se convirtió en el gran tema de conversación del país. Con consecuencias: la propia reina Letizia ha sido abucheada este jueves en su primer acto público tras la polémica. Gritos de "floja" y "antipática" en pleno centro de Madrid.

El periodista y escritor José Antonio Zarzalejos lo tiene claro: "Es una cuestión política". Y lo argumenta en una conversación con El HuffPost de esta manera: "La Corona es una institución familiar, no es unipersonal. Hay un titular que es el rey, se transmite por razones biológicas, la familia real es el núcleo duro de la Corona".

Añade: "Es muy trascendente que las relaciones familiares sean fluidas y que haya un buen entendimiento porque cada uno tiene que asumir el rol correcto y adecuado. Si uno se confunde en el rol, puede perjudicar al conjunto de la Corona y lo que es la visibilidad de la institución". "Por lo tanto -prosigue- esa desavenencia pública y notoria es una cuestión política porque afecta a la reputación de la Corona. Tiene una mayor trascendencia cuando el motivo es el rol en el circuito mediático que tiene que tener la princesa de Asturias, si tiene que ser más o menos fotografiada, con quién o no. Por lo tanto, tiene una proyección política".

La importancia de lo sucedido, añade Zarzalejos, "la tiene en función de las consecuencias y la repercusión. Y han sido realmente extraordinarias en periódicos tradicionales, digitales, redes sociales y visualización de vídeos". En su opinión, esto "deteriora la imagen de la Corona: todo lo que no suma, resta". "Esto implica un desgaste para la figura de la Corona, hoy la opinión pública tiene la sensación de que el rey tiene un problema, que es la relación entre su madre y su mujer a propósito de las fotografías de su hija y heredera. Tiene una connotación política y reputacional", apostilla.

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Una foto especial

Esa foto en Palma, según explica la periodista de El PaísMábel Galaz -experta en Casa Real-, era "especialmente importante este año" porque Felipe VI convenció a don Juan Carlos para que asistiera, algo que no pasaba desde 2013, para "dar una imagen de unidad". El monarca está intentando homenajear a sus padres con motivo de sus 80 cumpleaños: "Les ha salido fatal, lejos de mostrar la unidad".

Asevera Galaz que el incidente en Palma trasciende "una situación que muchos ya sabíamos que se estaba produciendo en palacio. Hay tensas relaciones entre los miembros". En su opinión, "esto se puede convertir en un problema de Estado".

Según Galaz, desde que se convirtió en princesa de Asturias, y luego en reina, Letizia Ortiz arrastra un problema: la dificultad que tiene para ganarse la popularidad en la calle. "Este gesto le aleja aún más de las simpatías de todo el mundo. Doña Sofía es una persona muy valorada y apreciada por la gente porque ha soportado situaciones muy incómodas por parte de don Juan Carlos, ha estado al pie del cañón para apoyar la institución y a su hijo y ha apoyado a la reina Letizia desde su aterrizaje en Zarzuela", relata.

Galaz dice que no cree que esto vaya a afectar al clima político, pero sí a la imagen de la reina Letizia porque ha revelado que "en Zarzuela pasan cosas". Subraya que "la institución no corre peligro".

Lo que cree, además, es que "don Felipe tiene una tarea muy complicada para tejer los mimbres que tiene". "Por un lado, que sus padres mantengan una relación un poco más fluida, intentar que Letizia pueda ser Letizia sin que rompa las normas de la casa y que su madre, a la que adora, y su mujer tengan una relación correcta", añade.

La monarquía no se enfrenta a una crisis institucional pero sí una "crisis de imagen", comenta una fuente conocedora de Zarzuela, que hace el análisis de que las noticias derivadas de lo sucedido en Palma deben pasar ya de las páginas de Gente a las de Nacional en todos los medios.

Asegura que la reina actual tiene ahora un "problema" y que Letizia siempre aparece en las encuestas que hace Zarzuela por debajo en popularidad de su marido y de los reyes eméritos. En su opinión, con sus gesto ante Sofía de Grecia quería lanzar "un mensaje de quién manda ahí", pero ha cometido un "error" en su comportamiento y ha traspasado "líneas rojas".

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Parte familiar y política

La periodista Ana Romero, especializada en casa real y autora del libro El rey ante el espejo, dice que lo sucedido "no tiene nada que ver con el corazón y el entretenimiento". "La corona es la primera institución del Estado con una doble vertiente única: la parte familiar y la parte política, que están intrínsecamente unidas. Por eso, es una institución particularmente difícil, sobre todo en el siglo XXI", indica.

Romero compara la repercusión de lo sucedido el pasado domingo con la cacería en Botsuana del rey Juan Carlos en abril de 2012. Según la periodista, este vídeo en Palma ha hecho "daño político" a la institución.

"La monarquía en España no está arraigada en nuestro corazón como en otros países como el Reino Unido. El afecto de la gente está condicionado a la utilidad y a un comportamiento diario. No es un afecto establecido a través de lo siglos. Se mueve como un péndulo en función del comportamiento diario de la institución", subraya.

En su opinión, en ese vídeo quedan "mal todos y cada uno de ellos por un motivo distinto. Y, al final, la reina Letizia con su comportamiento da alas al populismo político más rampante". Además, se fija en que España es un país "aconfesional, pero culturalmente con una vena católica importante y estos hechos suceden en las puertas de una catedral, vienen de misa, no de una fiesta".

Los gritos a la reina este jueves, sostiene Romero, es la traslación de lo que ocurrió "el martes y el miércoles en Twitter". Comenta que ahora la casa real tendrá que "poner en marcha la maquinaria de control de daños" y que la reina Letizia tendrá que hacer "un esfuerzo adicional".

Todo esto sucede en una España agitada especialmente por el tema del procés catalán, motivo por el que el rey Felipe se dirigió a toda la nación en un mensaje televisado el pasado mes de octubre y que estos días se ha avivado con la decisión de la Justicia alemana de dejar en libertad provisional a Carles Puigdemont. Un clima político también movido por el escándalo del máster de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes.

La casa real tiene ahora el reto de ver cómo resuelve este embarazoso episodio, que va más allá de los gestos de Palma y que ha calado entre la opinión pública. Una estrategia que podría pasar, como apunta la periodista Pilar Eyre, con unas fotos o imágenes de las dos reinas en los próximos días. En Zarzuela tienen una complicada labor por delante. Asuntos de familia... y asuntos de Estado.