Y Cifuentes reventó el intento de reanimación del PP

Y Cifuentes reventó el intento de reanimación del PP

Lo que ha dado de sí la convención de los populares en Sevilla.

AFP

El PP es hoy un partido temeroso de las encuestas, con pesadillas naranjas, atrapado en el bucle catalán. Mariano Rajoy y la dirección son conscientes y por eso idearon una convención para abril en Sevilla. El momento de reanimar a los populares, de poner el motor en marcha para las elecciones.

Pero este domingo los 2.000 participantes de este gran foro han salido del Hotel Renacimiento con la sensación de que no ha servido para mucho (o nada). Ningún medio ha abierto con propuestas, ideas nuevas, promesas electorales. El vendaval del máster de Cristina Cifuentes ha ahogado los tres días 'populares'. La encina -símbolo del cónclave- no ha logrado hacer sombra a la presidenta madrileña.

Es más, este domingo los populares se marchaban a la estación de Santa Justa con una nueva teoría de Cifuentes lanzada para tapar la polémica: todo es culpa de una filtración de un profesor "obsesionado" al modo de "psicópata" y militante del PSOE. Una trama "delictiva" urdida desde el socialismo para hacer caer a la jefa del PP madrileño.

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En esta huida hacia delante, algunos participantes se han sorprendido y pasado por sus teléfonos móviles el tuit lanzado por el PP de Madrid pidiendo colaboración entre los ciudadanos para "esclarecer" la supuesta trama.

Cifuentes ha resistido estos tres días. El jefe del PP la apoya de momento y liga su futuro a la Justicia. Aunque su futuro más inmediato está más bien en manos de Ciudadanos, que sigue empeñado en la comisión de investigación, no pide su dimisión y rechaza la moción que impulsa el PSOE con el apoyo de Podemos. Todavía no ha llegado el momento "Murcia, qué hermosa eres".

Leña a los naranjitos (en público)

Los populares no han conseguido ese anhelado y prometido en voz alta rearme ideológico que debía traer la convención. La misión de Rajoy era levantar los ánimos, insuflar esperanza a esos miles de cargos locales y autonómicos que se juegan su puesto de trabajo en mayo del año que viene.

La suya era la última palabra de la convención. Objetivo: Ciudadanos. Rajoy ha marcado el guión a seguir en los próximos meses: rebajar a los "inexpertos lenguaraces" y "parlanchines" de Cs.

Esos justo a los que necesita para que siga con vida política Cifuentes y poder sacar los próximos presupuestos generales, esenciales para la supervivencia de la legislatura.

Rajoy sabía cómo animar a los suyos. Ya no levanta tanto en el PP meterse con el PSOE, el fenómeno Podemos tampoco provoca todo el entusiasmo de años anteriores. Ahora la leña a Cs es lo que más gusta entre el público popular: son sus enemigos naturales para conseguir votos.

"Luego con Ciudadanos lo que haga falta. Pero ahora hay que marcar este año el espacio de cada uno"

¿Pero esto es romper con Rivera? ¿Una lucha incompatible? Lo resumía muy bien a El HuffPost uno de los ponentes y concurrente a los próximos comicios: "Luego con Ciudadanos lo que haga falta. Pero ahora hay que marcar este año el espacio de cada uno".

Rajoy quería que salieran algo contentos hoy los suyos después de estos días depresión. Ha conseguido levantar algunos ánimos. Pero tampoco ha entrado en harina conflictiva y no se ha referido ni al caso Cifuentes ni a la salida de la cárcel de Carles Puigdemont. Y menos a una posible crisis diplomática con Alemania.

Les ha dicho a los suyos que el procés pasará como un mal sueño pronto. En el PP, y especialmente en el catalán, están muy molestos con la decisión de la Justicia alemana de dejar en libertad al expresident.

Ha habido pequeñas salidas de tono por parte de Alfonso Dastis y de Esteban González Pons. Pero el propio Dastis ha rebajado este domingo las palabras y Mariano Rajoy se ha encargado personalmente de que quede claro que esta es una cuestión de los tribunales y que no ha hablado sobre ello con la canciller, Angela Merkel.

Una cuestión de alcaldes y vecinos

Rajoy quieren que lo suyos salgan a "ganar" a partir de ahora. La orden: "con la cabeza bien alta". Y esa cabeza bien alta se traduce para los cargos locales con poder vender en los próximos meses partidas en sus provincias y ciudades. Una lluvia de millones para carreteras, hospitales, escuelas. Eso en el lenguaje mariano es lo de "es el vecino el que elige al alcalde y es el alcalde el que quieren que sean los vecinos el alcalde".

¿Adivinan entonces quién era el más buscado en el hotel por todos los aspirantes? Sí, sí, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Apenas podía andar, era reclamado en los pasillos, selfies, preguntas y ruegos.

Montoro está muy arriba en el ranking de los deseados de la convención. También la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat. Y eso que los ministros intervinientes no han conseguido colar mensajes. La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, daba muestras de tener frío durante el acto final, se lo ha dicho hasta desde el escenario el líder del PP-A. Juanma Moreno.

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Y es que en los actos de PP Sáenz de Santamaría no siente la calefacción de La Moncloa, en el partido no tiene tanto calor como entre los subsecretarios. Si un día se lanza a suceder a su jefe, se va a encontrar una piscina fría.

En la convención manda más la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, 'número dos' del partido y hoy por hoy gran apoyo de Cristina Cifuentes. Aunque en el minuto a minuto el 'número tres', Fernando Martínez-Maillo, estaba pendiente de todo.

El terremoto de Cifuentes se mete dentro de Génova

El universo de Génova es muy particular. Y el terremoto Cifuentes también está afectando a la relación entre altos miembros del PP: algunos reconocen que se están partiendo la cara por defenderla mientras otros se ponen de perfil.

El PP es como esa cinta de correr que han colocado en la convención y que quieren convertir en un símbolo del marianismo. Parece fácil, pero seguir el ritmo del presidente no es tan fácil -no es andar, no es correr, no es galopar, es el beat propio de Rajoy-.

Todos corriendo al acabar a la estación de Santa Justa. Rajoy pone rumbo a Buenos Aires para un viaje oficial. Y el PP no sale del caso Cifuentes, sigue sin coger aire, pero con vía libre para empezar el ataque a los "lenguaraces" de Ciudadanos. El corazón que a Triana va...