Beta Forn, Oriol Sànchez y Laura Turull: "Nuestros padres no son violentos”
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Beta Forn, Oriol Sànchez y Laura Turull: "Nuestros padres no son violentos”

Los hijos de los líderes independentistas hablan por primera vez en un medio de comunicación nacional.

POL PAREJA

Beta Forn, Oriol Sànchez y Laura Turull tenían una hoja de excel con los contactos de un centenar de personalidades del mundo de la cultura de todo el país. Entre los tres se repartieron el trabajo y los fueron llamando uno a uno para plantearles un proyecto: elaborar un vídeo con protagonistas no independentistas que, sin embargo, consideran que los políticos catalanes no deberían estar en prisión preventiva.

Meses después, el proyecto sigue parado. De los 100 contactados, solo cuatro o cinco han accedido a participar. El resto ha respondido lo mismo: "Es una injusticia su situación, tenéis razón, pero no puedo arriesgarme a perder mi trabajo".

Es inevitable ver en los rostros de Laura, Beta y Oriol los rasgos de sus padres. Las cejas, la nariz, los labios, recuerdan a tres cargos que durante los últimos meses han aparecido a diario en los medios. Estos jóvenes universitarios, de entre 19 y 20 años, son los hijos de Jordi Turull (exconseller de Presidencia), Joaquim Forn (exconseller de Interior) y Jordi Sànchez (expresidente de la ANC).

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Sànchez lleva más de 6 meses en prisión. Forn ingresó en Estremera el 2 de noviembre y Turull entró por segunda vez en la cárcel el pasado 23 de marzo. Los tres se enfrentan a largas condenas y están acusados, entre otros, de delitos de rebelión y sedición por la organización de la votación del 1 de octubre de 2017.

"Lo vamos normalizando"

Si algo lamentan los hijos de Turull, Forn y Sànchez es que, a medida que pasan los meses, la situación se va convirtiendo en algo normal. "Es triste, pero incluso nosotros lo vamos normalizando", reconoce Oriol Sànchez.

Los tres ya consideran algo habitual el viaje mensual de varias horas hasta la cárcel. Se han acostumbrado a escribir y recibir cartas, a la frialdad del vis a vis en prisión y a las llamadas por la noche que se cortan a los cinco minutos.

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Tras unos meses de visitas, ya saben que el viaje de ida a la cárcel suele hacerse con ilusión y el de vuelta con desgarro. Admiten también la mentira que sobrevuela durante los encuentros con sus padres en la cárcel: todos hacen ver que están bien, que se mantienen fuertes, pero en el fondo todos saben que es una impostura para no desanimar al otro.

La relación con sus progenitores también ha cambiado, en algunos casos para bien. La hija de Joaquim Forn cuenta que el aislamiento del exconseller ha hecho aflorar una ternura que no conocía en su padre. "Antes teníamos una relación muy fría", reconoce Beta. "Al hablar por carta, ahora nos decimos cosas que antes no nos habíamos dicho nunca".

La entrevista se realiza el miércoles en el domicilio de Joaquim Forn, en el barrio de Gràcia. Un gran lazo amarillo cuelga de la puerta de entrada. En el recibidor, se amontonan miles de cartas que el exconseller ha devuelto tras leer porque no le caben en su habitación.

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Horas antes, los políticos independentistas han declarado ante el juez Llarena por enésima vez y han cambiado de estrategia. Tras asumir que no saldrán hasta como mínimo después del juicio, los independentistas han decidido acusar al juez de someterles a un proceso político.

"Me parece muy bien el cambio", señala Laura Turull. "Si quieren un juicio político, pues lo tendrán". El hijo de Jordi Sànchez asiente. "Ya que no saldrán, que como mínimo puedan recuperar su dignidad", añade.

La Declaración Unilateral de Independencia

La fecha del 27 de octubre está grabada en la memoria de estos tres jóvenes. El día en que el Parlament declaró la independencia puede que marque el destino procesal de sus padres. Oriol Sànchez, que reconoce que hasta hace poco ni era independentista ni iba a las manifestaciones, cree que ese día fue un error. "Se hizo muy mal", asegura. "No sirvió de nada y solo trajo consecuencias negativas".

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Las hijas de Forn y Turull son menos críticas. Discrepan de Oriol y defienden la actuación de los cargos del Govern durante esos días. Sí que reconocen, sin embargo, que cuando vieron los rostros de sus padres ese día por televisión vieron que algo no iba bien. "Salí a celebrarlo con mis amigas", recuerda Beta Forn. "Pero después vi a mi padre por la tele sudando, con la cara desencajada... y entonces me preocupé muchísimo".

Laura Turull no olvidará el 22 de marzo, cuando su padre apareció alicaído en el pleno del Parlament para hacer un discurso de investidura que fue muy criticado incluso desde el independentismo. Tras el discurso, varios diputados lloraban en sus despachos. Se reunió en una sala junto a su padre, su hermana y su madre y se despidieron. El día siguiente Turull ingresó por segunda vez en la cárcel de Estremera.

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¿Presos políticos?

El debate sobre si los políticos catalanes en la cárcel son o no presos políticos les da absolutamente igual. "El nombre no hace la cosa", sostienen los tres. "Nuestros padres están en la cárcel porque los acusan de violentos. Y no lo son, por lo tanto, no deberían estar ahí", añaden. "Nos da igual como los quieran llamar".

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Estos estudiantes de Derecho, Economía y Farmacia creen que la cosa no va de independentismo o no. Según ellos, es una cuestión de derechos humanos y echan de menos a la izquierda del resto de España en su reivindicación. Mencionan otros casos como el de los raperos Pablo Hassel y Valtonyc, en los que también han echado en falta una mayor movilización entre los jóvenes españoles.

Tratan de que su mensaje supere los círculos independentistas, que llegue a personas de fuera de Cataluña que creen que la situación es injusta. Pero no les está resultando fácil. Aún así, aseguran que no cejarán en su empeño de intentar implicar a más gente en una reivindicación que para ellos no tiene nada que ver con el independentismo. "La gente del resto de España, sobre todo la izquierda, debería dejar de vernos como un enemigo y vernos como un aliado para cambiar las cosas en este país".