China ya vive en 'Black Mirror': así utiliza la tecnología para controlar a sus ciudadanos la mayor economía del mundo

China ya vive en 'Black Mirror': así utiliza la tecnología para controlar a sus ciudadanos la mayor economía del mundo

Así es ya el presente y resulta inquietante.

Un peatón cruza un semáforo en rojo y, automáticamente, esa infracción se reproduce en pantallas gigantes en el lugar en que se ha producido. Gracias a la inteligencia artificial y al reconocimiento facial, las autoridades sacan fotos y vídeos y no tienen problema en avergonzar públicamente al peatón infractor.

No es una película. No es ficción. Es la realidad y está ya pasando en China. Los culpables reciben una notificación de la infracción a través de mensajes instantáneos junto con el castigo, que se elige entre una multa de unos tres euros, un cursillo de normativa vial o 20 minutos ayudando a regular el tráfico.

Las faltas de este tipo se han reducido un 90% en las ciudades donde ya se ha implementado el sistema en las provincias de Guangdong, Shandong, Fujian y Jiangsu. A veces, la propia policía es quien publica la cara y el nombre de los infractores en redes sociales.

Empleando la misma tecnología, los baños del Templo del Cielo de Pekín dispensan sólo 60 centímetros de papel higiénico a cada usuario. Si se intenta pedir más en los nueve minutos siguientes, la máquina suelta: "Por favor, inténtelo más tarde".

Es una tecnología que se encuentra también en el aeropuerto para un check-in instantáneo, en las gafas de los agentes de la Policía, en restaurantes de comida rápida cuyas máquinas sugieren un menú según la edad, el sexo y la expresión facial que detectan en los clientes, y hasta en dormitorios comunitarios para mayor seguridad. Muchos de estos sistemas tienen detrás a Baidu, la gran tecnológica china.

Según un informe de la consultora IHS Markit, hay unos 176 millones de cámaras en China en la actualidad y el plan del Ejecutivo es ampliarlas a 450 para 2020. Según el Departamento de Seguridad Pública de Pekín, la capital ya se encuentra vigilada al 100%.

La idea del Gran Hermano es ya una realidad en China. Lo último, desde el pasado 1 de mayo, ha sido poner en marcha una especie de carnet por puntos de buen ciudadano.

Este sistema de puntuación social del Gobierno chino comenzó en 2014 y es uno de los inventos más inquietantes. Gracias a él, China es el país que más espía a sus ciudadanos. Ha permitido incluir en 'listas negras' a unas siete millones de personas por comportamientos que desaprueba el Estado.

La idea es recopilar toda la información imaginable de todos los ciudadanos del país, desde números de cuenta bancaria hasta historiales de Internet, y asignar a cada persona una puntuación numérica que refleja, teóricamente, su nivel de confianza y honorabilidad. En la práctica, crea ciudadanos de primera que disfrutan de más oportunidades y lujos, descuentos y ofertas, y ciudadanos de segunda, los que no pueden pagar deudas o alquileres, los que han sido identificados por acudir a una manifestación.

En los casos más extremos y absurdos de abuso de poder, algunos ciudadanos son inscritos por emitir una disculpa pública por orden de un tribunal que la ha considerado "poco sincera", por ser cazados fumando en un lugar público o por aparcar la bici donde no debían.

Bases de datos inteligentes determinan, con una ecuación basada en la actividad en la red y fuera de ella, las oportunidades que tiene cada ciudadano, los derechos que puede exigir y los lujos que se le permiten. Tampoco el Gobierno se esfuerza en ocultarlo. Según documentos oficiales gubernamentales que cita The Atlantic, describe su objetivo como "permitir a las personas de confianza morar por donde quieran y hacer difícil a los desacreditados realizar cualquier movimiento".

Entre los castigos impuestos a aquellos considerados "de poca confianza", ya sea por su historial delictivo o por lo que compran o buscan online, se encuentra la imposibilidad de comprar billetes de tren y avión, solicitar tarjetas de crédito, un préstamo o un seguro, conseguir un empleo público o llevar a sus hijos a la escuela que quieran. No hay un sistema para protestar por la inclusión en las 'listas negras'.

Para aislar aún más a los disidentes de su ambiente y sus seres queridos, la puntuación de un ciudadano puede verse afectada por la de sus amigos o familiares. Los periodistas y abogados son sometidos a mayor escrutinio que otros ciudadanos, aunque quizá esto se iguale cuando entre en vigor el sistema de puntuación ciudadana en todo el país en 2020.

La puntuación de un ciudadano puede verse afectada por la de sus amigos o familiares.

China ya había signos de que algo así sucedería, teniendo en cuenta cómo ha intervenido en el pasado a golpe de ley en la vida de los ciudadanos, ya sea con la política de hijo único o la ley de cuidados a los mayores de 2013, que exige a los hijos que visiten a sus padres "con frecuencia"... o podrían afrontar multas e incluso cárcel. Por no hablar del sistema de puntuación de Alibaba, parecido al de eBay pero que, además de basarse en las interacciones con otros, juzga lo que compra y vende el usuario.

Espionaje a través del móvil

Aunque parezca que WhatsApp está en todas partes, lo cierto es que su importancia es irrisoria cuando se lo compara con WeChat. Esta plataforma, que además de mensajería instantánea ofrece decenas de juegos y servicios como pedir comida, concertar una cita con el médico o pagar las facturas, es la número uno del mundo, con más de 1.000 millones de usuarios activos cada mes.

WeChat es propiedad del gigantesco conglomerado de telecomunicaciones chino Tencent, dueño del exitosísimo videojuego League of Legends. Y es, también, la herramienta de espionaje con mayor alcance jamás inventada, en las manos del Estado más grande del mundo.

Según bestvpn, Tencent ya está entregando al Ejecutivo chino ingentes cantidades de datos de sus usuarios, al tiempo que censura y filtra los contenidos "poco apropiados" o que siembran el descontento hacia el Partido Comunista Chino o el Gobierno, así como las noticias que dejan a China en mal lugar. En esta labor lo ha ayudado Facebook, que censura contenidos en determinadas áreas geográficas.

A través del móvil, las autoridades siguen los movimientos de los trabajadores y persiguen la corrupción espiando las compras de artículos de lujo. El buscador chino equivalente a Google, Baidu, ayuda a localizar las áreas donde hay población oculta pero también qué está buscando la gente. El Ministerio de Educación chino incluso ha sugerido recoger datos de bibliotecas, encuestas y publicaciones en redes sociales para crear una base de datos ideológica de los universitarios...

Si todo se quedara ahí... Pero es que bestvpn asegura que los usuarios de WeChat han recibido mensajes automatizados de aviso de que quizá estuvieran discutiendo sobre temas sociales o políticos sensibles.

Afortunadamente, en algunas zonas aún persisten los rebeldes. El Gobierno de la provincia de Zhejiang ha diseñado una aplicación para fomentar la delación entre sus ciudadanos. La denuncia puede ser contra un conductor borracho o contra un vecino que navega por webs prohibidas por el Ejecutivo. El chivato gana a cambio un descuento, un servicio gratis o una rebaja al comprar. A pesar de este sistema de recompensas, los residentes de la zona, especialmente los de más edad, se han rebelado contra su uso. Según el Wall Street Journal, porque les recuerda a la represión de la Revolución Cultural.

Control de Internet

Hasta ahora, China se ha contentado con ejercer la censura online y dejar al resto del mundo hacer las cosas a su manera. Pero ahora trata de exportar su forma de entender la Red a otros países.

En verano de 2017 aprobó una nueva ley de ciberseguridad que legaliza la censura y exige a las empresas extranjeras establecidas en China que recopilen los datos de sus clientes en territorio chino para que el Gobierno pueda revisarlos. Todos los gigantes tecnológicos de EEUU se han plegado a este mandato: Apple, Microsoft, Amazon e IBM.

A principios de diciembre de 2017 China organizó la cuarta Conferencia Mundial sobre Internet, un evento nacional de tecnología destinado a promocionar su visión de la Red. Allí defendió una "soberanía de Internet" que da derecho a cada país a regular su propio entorno digital. Después de haberlo logrado en su propio territorio, Pekín está ayudando a otros países a montar ese sistema.

"China está lista para desarrollar nuevas normas y sistemas de dominio de Internet para cualquiera, con el objetivo de corregir las actuales desigualdades", apuntó durante el evento Wang Huning, miembro del órgano de toma de decisiones del Ejecutivo, el Comité Permanente del Buró Político.

Pekín ha expresado en los últimos meses su intención de acabar con las redes privadas virtuales (VPN, por sus siglas en inglés), la tecnología que permite a los chinos acceder a sitios web bloqueados por su Gobierno, principalmente redes sociales como Facebook, buscadores como Google y medios ingleses. Apple ya ha retirado millones de VPN de su tienda a petición del Gobierno chino. No es de extrañar, dado que un cuarto de sus ganancias derivadas de apps proviene del mercado chino.

A ese foro acudieron por primera vez CEOs de grandes tecnológicas occidentales, sobre todo de Silicon Valley, que hasta ahora se oponen frontalmente a la visión de la Red que tiene el país asiático. Pero en un mundo donde EEUU se está planteando eliminar la neutralidad de Internet, ¿cuánto tardará la visión china en calar?