La cita fue perfecta... hasta que se llevó las calabazas más elegantes que se recuerdan en 'First Dates'

La cita fue perfecta... hasta que se llevó las calabazas más elegantes que se recuerdan en 'First Dates'

"Me gusta mirar a la cara. No, no tendría una segunda cita. Tal vez porque ha faltado algo y si ya de inicio no ves algo, para qué seguir".

CUATRO

El restaurante de First Datesha sido escenario de las (posiblemente) calabazas más elegantes que se recuerdan en la historia del programa. Su protagonista fue José, un comercial prejubilado de Barcelona de 62 años que dio todo un ejemplo de cómo decir "no".

Contundente, directo, pero eso sí, mirando a los ojos. Es como si el palo que supone que te digan que "no" cuando tú quieres escuchar "sí" sea menos palo.

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La cita entre José y Carmen, jubilada de 64 años, fue bien. Pero a veces eso no es suficiente. Ambos, naturales de Andalucía aunque residentes en Cataluña, tenían bastantes cosas en común. Pero faltó chispa, como quedó patente en esta conversación:

- José. Cómo te definirías.

- Carmen. Pues soy muy romántica.

- José. Pues yo peco un poquito de eso. El romanticismo es poesía y yo no soy poeta.

- Carmen. Me siento cómoda contigo, pero me siento cortada.

- José. No pasa nada. Dame la mano.

- Carmen. Las tienes muy frías...

- José. O tú muy calientes.

Con estos mimbres, la pareja encaró la sentencia final. Carmen reconoció que sí que tendría una segunda cita. le faltó algo, pero ella lo achacó a la falta de tiempo.

Sin embargo, José no se anduvo por las ramas, cogió el toro por los cuernos y, con ternura, pidió a Carmen que le mirara a los ojos: "Me gusta mirar a la cara. No, no tendría una segunda cita. Tal vez porque ha faltado algo y si ya de inicio no ves algo, para qué seguir".

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La mujer, desilusionada pero conforme con lo que acababa de suceder, sonrió y le deseó mucha suerte:

- Carmen. Que te vaya bien.

- José. Igualmente, que encuentres lo que realmente necesitas.

- Carmen. Y tú también.

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