Aquarius: historia de un tormentoso viaje y un futuro incierto

Aquarius: historia de un tormentoso viaje y un futuro incierto

Todas las claves sobre lo que ha pasado y lo que pasará con el Aquarius.

629 personas llevan más de cinco días en el Mar Mediterráneo esperando a llegar a tierra y empezar a construir un futuro. Se trata de los inmigrantes que viajan en el barco Aquarius, al que Italia y Malta cerraron sus puertos y que finalmente se dispone a desembarcar este domingo en Valencia. Entre ellos hay 123 niños que viajan solos y seis mujeres embarazadas.

El domingo 10 de junio, el ministro de Interior italiano Matteo Salvini, que ya había amenazado con tratar con mano dura a los inmigrantes que llegasen a Italia, cerró la frontera de su país al Aquarius, fletado por la ONG SOS Mediterranée, que venía desde las costas libias con más de 600 personas a bordo que fueron auxiliadas en el Canal de Sicilia en seis operaciones distintas. Dos personas fallecieron en el rescate. Salvini mandó la embarcación a Malta porque, según él, se trataba del puerto cercano más seguro. El Gobierno de Malta también se desentendió del problema.

Por eso, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha decidido que sea España el país que acoja al Aquarius. Viajan rumbo a Valencia en tres embarcaciones distintas y llegarán de manera escalonada al puerto. "Es nuestra obligación ofrecer a estas 600 personas un puerto seguro. Cumplimos con los compromisos internacionales en materia de crisis humanitarias", tuiteó el presidente.

En una rueda de prensa junto al presidente valenciano Ximo Puig, la vicepresidenta Carmen Calvo aseguró que este Gobierno "entiende las fronteras sin ningún tipo de incompatibilidad entre los derechos humanos y las fronteras". "Somos una democracia garantista y es nuestra obligación ofrecer un puerto seguro", añadió. Argumentó además que la Constitución y los convenios internacionales obligan a hacer lo que han hecho.

¿Cómo ha sido el viaje?

Las 629 personas que viajaban en el Aquarius han sido repartidas en tres embarcaciones que llegarán de manera escalonada al puerto de Valencia. La llegada se ha retrasado varias veces debido a las grandes olas y las malas condiciones temporales.

Este jueves, el Aquarius ha hecho una parada en las costas de Cerdeña (Italia) para atender a algunos de los refugiados, a los que se les ha suministrado comida y juguetes para los niños. Según cuenta El País, las malas condiciones del mar ha causado graves mareos y vomitonas entre los huéspedes. Además, en el baño sólo hay letrinas, no duchas.

El problema: menos barcos de rescate

Como cuenta también El País, el problema del cierre de fronteras por parte de Italia ha hecho que tres de los barcos que suelen rastrear la zona de rescates frente a Libia se alejen. Por ejemplo, un barco estadounidense ha tenido que dejar 12 cadáveres de una embarcación rescatada en el mar, ya que carece de frigorífico. Además, sigue esperando para buscar un puerto porque Italia no participó en el rescate.

La llegada: de forma escalonada y "con respeto"

Las tres embarcaciones en las que se reparten los inmigrantes llegarán de forma escalonada y con diferencias de dos o tres horas. De esta manera, será más fácil la atención sanitaria, psicológica y jurídica. Además, tanto Puig como Calvo han señalado que no habrá políticos cuando lleguen los barcos, ya que quieren recibirlos "de manera respetuosa y tranquila".

Tienen previsto atracar en uno de los muelles de cruceros de Valencia y la antigua base de la Copa del América será el centro logístico y de coordinación de la Generalitat Valenciana.

¿Qué será de ellos cuando lleguen?

Al llegar, los menores no acompañados serán atendidos por la ONG Save The Children. Además, Calvo ha señalado que se estudiará caso por caso, pero algunos de los inmigrantes podrían ser enviados a Centros de Internamiento de Extranjeros.

Los menores, han dicho, podrán quedarse en la Comunidad Valenciana y harán entrevistas a todos los inmigrantes, uno por uno, para ver en qué condiciones han llegado y si reúnen las condiciones para pedir el asilo. Habrá "destinos y emplazamientos iniciales para los distintos segmentos de población", según ha informado Puig. Pero serán los expertos los que decidan qué tipo de actuación debe haber.

Los migrantes contarán con un permiso inicial de estancia de 90 días, según fuentes conocedoras del operativo. Pero no se descarta que algunos sean mandados a los CIES para ser devueltos. Serían, por ejemplo, los que tienen antecedentes penales o prohibida la entrada en el territorio.

Durante esos noventa días, se estudiará cada caso. Los migrantes que sean aceptados como solicitantes de asilo pueden ser sujetos de protección internacional (refugiados) o protección subsidiaria (huidos de conflictos). En caso de que no puedan ser acogidos en el sistema de asilo, se puede plantear un permiso de residencia por razones humanitarias.

Según las fuentes consultadas, el procedimiento adoptado está recogido en el Código de Fronteras Schengen, que permite a los estados miembro, por razones excepcionales de carácter humanitario, interés nacional o compromiso internacional, autorizar la entrada en su territorio de personas a pesar de que no reúnan los requisitos de entrada.

El Gobierno de Valencia quiere que "las cosas se hagan bien y se garanticen los derechos de estas personas y que sean atendidos como es debido". Ha destacado así que este tipo de reuniones permiten valorar qué medios son necesarios para "evitar que los servicios se desborden".

Bajo este prisma, ha reiterado la necesidad de "máxima coordinación" entre la Fiscalía de Menores, la Policía, los juzgados, los colegios de abogados alicantinos y los profesionales del Instituto de Medicina Legal de Alicante. También ha valorado que varios ayuntamientos de la provincia se hayan ofrecido a ayudar, si bien ha subrayado que lo más importante ahora es el proceso de recepción.

¿Qué dice la ONU?

La ONU "no puede dictar la agenda, ni las políticas ni las leyes de ningún Gobierno", pero sí ha pedido a los de los países europeos una mayor implicación y trabajo conjunto en el drama de la inmigración en el Mediterráneo, porque en casos como el del Aquarius "debe prevalecer la humanidad pura y dura".

Es la opinión del secretario general adjunto de Naciones Unidas para los Asuntos Humanitarios, Mark Lowcock, quien en un encuentro con los medios en Madrid ha aplaudido "el gesto de humanidad y de solidaridad" tanto "del pueblo español" como del Ejecutivo de acoger a los 630 inmigrantes del buque Aquarius.

Aunque no ha querido opinar sobre si Europa en general o Italia en particular están vulnerando los derechos humanos en el Mediterráneo porque no es "abogado", sí ha considerado que la inmigración es un asunto en el que deben trabajar todos los países europeos juntos "y llegar a un reparto equitativo de la carga migratoria".

700 efectivos de Cruz Roja y más de 800 intérpretes

Para el recibimiento, Cruz Roja desplegará 70 efectivos de Equipos de Respuesta Inmediata (ERIE) para recibir el barco.

La ONG ha explicado que los primeros equipos de Emergencias movilizados en el Puerto estarán integrados por unas 70 y 80 personas, que ofrecerán a los migrantes una primera atención sanitaria, psicosocial y bienes básicos. Para ello, contarán con la colaboración de unos 400 intérpretes con el objetivo de que cada migrante tenga un traductor fijo y que no cambie durante todo el proceso. Asimismo, habrá otros 200 o 300 voluntarios más especialistas en temas de acogida de toda España que acompañarán a los migrantes el tiempo que sea necesario en su lugares de acogida.

También habrá intérpretes. La Dirección General de Política Lingüística y Gestión del Multilingüismo de la Conselleria de Educación ha creado una bolsa de intérpretes en inglés, francés y árabe, que supera las 800 personas, para atender a los inmigrantes.

En ella participan intérpretes y traductores de las escuelas oficiales de idiomas de la Generalitat, de las cinco universidades públicas valencianas, y de entidades y asociaciones como ACNHUR, UNICEF, CEAR, Cáritas y del Institut Français de València, ha informado la Generalitat en un comunicado.