La población española crece gracias al aumento de la inmigración, en máximo desde 2008

La población española crece gracias al aumento de la inmigración, en máximo desde 2008

Un total de 532.482 personas procedentes del extranjero establecieron su residencia en España el año pasado.

La población residente en España creció en 2017 hasta alcanzar los 46,65 millones de habitantes a 1 de enero de 2018, según la Estadística de migracionespublicada este lunes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). El incremento, de 132.263 personas, se debió principalmente al aumento de la inmigración, que marca máximo desde 2008.

Inmigración en máximos desde 2008

Un total de 532.482 personas procedentes del extranjero establecieron su residencia en España, lo que supone un crecimiento del 28,4 % año anterior. "No venían tantos inmigrantes desde 2008", ha celebrado Donald Peña, director de comunicación del INE, que suele desgranar las publicaciones en su cuenta de Twitter.

Así ha evolucionado la inmigración a España en los últimos años:

A pesar del aumento de la inmigración, todavía hay muchas personas que salieron de España para residir en otro país. Un total de 367.878 personas abandonaron el país con destino al extranjero, un 12,4 % más que en 2016.

El saldo migratorio (la diferencia entre las personas que vienen y las que se marchan) fue positivo de 164.604 personas. Es el segundo año consecutivo con saldo migratorio positivo y se duplica la cifra del año anterior.

La población vuelve a crecer gracias a los extranjeros

La población residente en España aumentó un 0,28% con respecto a 2016. Es el segundo año en el que crece la población, tras un periodo continuado de descensos entre 2012 y 2015.

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Del total de 46.659.302 habitantes que tenía España a principios de 2018, 42,08 millones eran españoles y 4,57 millones eran extranjeros.

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El aumento del número de extranjeros residentes en España (152.600 personas más) logró compensar la caída que se produjo en el número de españoles, que descendió en 20.337 personas.

La población española cayó por dos razones: un saldo vegetativo negativo de 76.365 personas (nacimientos menos defunciones) y un saldo migratorio también negativo de 9.627 personas.