La cruda reflexión de Francino sobre la víctima de 'La Manada' que demuestra que España no es tan distinta de Arabia

La cruda reflexión de Francino sobre la víctima de 'La Manada' que demuestra que España no es tan distinta de Arabia

"Una víctima de violación —la del caso 'La Manada'— está pasando un auténtico viacrucis por decisiones judiciales difíciles de entender y por una repugnante campaña de acoso para deslegitimarla".

CADENA SER

El periodista de la Cadena Ser Carles Francino ha planteado una crudísima reflexión —en su comentario ¡Venga, hombre!— en la que, después de ver lo que le ha sucedido a la víctima de La Manada, concluye que España no es tan diferente a Arabia Saudí o a Irán como podría pensarse.

"En Arabia Saudí desde este domingo las mujeres ya pueden conducir pero aún tienen que pedir permiso para casarse o para salir del país", afirma Francino, antes de recordar que mientras, en España, "una víctima de violación —la del caso La Manada— está pasando un auténtico viacrucis por decisiones judiciales difíciles de entender y por una repugnante campaña de acoso para deslegitimarla. Por eso en cualquier verbena o festival hay que aplicar planes especiales y aun así —hoy mismo— se siguen denunciando agresiones sexuales. Y por eso —y es lo peor de todo— sigue habiendo hombres que matan a sus parejas o exparejas; porque sí, porque son suyas, y punto. Este lunes ha ocurrido en Zaragoza".

Ante este argumento, Francino ha reconocido que no entiende "que a estas alturas de la película siga habiendo hombres que ponen mala cara cuando se habla de feminismo": "Me refiero a esos otros hombres –y son bastantes- que se incomodan, que les molesta. Que prefieren pensar que todo es una exageraLa cruda reflexión ción", ha defendido el periodista.

Sentencia Francino: "Por eso si después de todo esto, a alguien le da urticaria cuando oye la palabra feminismo, pues que vaya al médico. Pero no al dermatólogo, que vaya al médico de la cabeza; ganará tiempo".

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Que a estas alturas de la película siga habiendo hombres que ponen mala cara cuando se habla de feminismo es algo que, sinceramente, no logro entender. Bueno, sí se entiende en los casos recalcitrantes de machismo, a los que tanto les da cuatro como cuarenta. No, no me refiero a los irreductibles. Me refiero a esos otros hombres –y son bastantes- que se incomodan, que les molesta. Que prefieren pensar que todo es una exageración. De hecho, hay muchos jóvenes que lo creen... ¡Y así lo dicen en las encuestas!

Yo conozco alguno y en días como hoy me acuerdo de ellos con la esperanza de que al menos vivan informados. Porque si es así, sabrán –por ejemplo- que en Arabia Saudí desde ayer las mujeres ya pueden conducir pero aún tienen que pedir permiso para casarse o para salir del país; que en Irán no pueden ver los partidos de su selección porque aparecen mujeres iraníes en las gradas y como en su país está prohibido que vayan al estadio, pues ¡hala, todos sin fútbol!

A ver, sé que, ahora mismo, alguno de esos hombres a los que me refiero estarán pensando: "Bueno, esto queda lejos, son otras culturas, pero nosotros..." Sí, es verdad, nosotros somos otra cosa. Por eso aquí una víctima de violación –la del caso La Manada- está pasando un auténtico viacrucis por decisiones judiciales difíciles de entender y por una repugnante campaña de acoso para deslegitimarla. Por eso en cualquier verbena o festival hay que aplicar planes especiales y aun así –hoy mismo- se siguen denunciando agresiones sexuales. Y por eso –y es lo peor de todo- sigue habiendo hombres que matan a sus parejas o exparejas; porque sí, porque son suyas, y punto. Hoy mismo ha ocurrido en Zaragoza.

Si después de todo esto, que no es para nada un repaso exhaustivo, son sólo pinceladas de un día; si después de todo esto, a alguien le da urticaria cuando oye la palabra feminismo, pues que vaya al médico. Pero no al dermatólogo, que vaya al médico de la cabeza; ganará tiempo.

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