Casas sin armarios, cómo contar a tu familia que eres miembro del colectivo LGTBI

Casas sin armarios, cómo contar a tu familia que eres miembro del colectivo LGTBI

Consejos para jóvenes LGTBI... y para sus padres.

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Salir del armario es duro incluso en pleno siglo XXI. Es una de las experiencias más difíciles e importantes de la vida de un miembro del colectivo LGTBI. Y la audiencia más difícil es la familia.

Aunque según un estudio, la aceptación de la homosexualidad en España es de las más altas del mundo, aún queda mucho camino por recorrer para el colectivo.

Todavía hay demasiados padres que no están emocionalmente preparados para abrazar con la actitud adecuada ese momento tan importante de sus hijos y hacer que sus hijos se sientan comprendidos, apoyados y queridos, algo que necesitan para desarrollarse psicológica y sexualmente de manera adecuada.

Para ayudar a los que vayan a revelar a su familia su verdadera orientación sexual (y no decimos jóvenes porque nunca es tarde), hemos preguntado a expertos en psicología y mediación familiar sobre cómo preparar esta conversación y cómo deben los padres recibirla para que todos los miembros de la familia salgan reforzados.

La familia no tiene por qué ser lo primero

Antes de nada, conócete a ti mismo, prepárate y cuéntalo primero a tus amigos o círculo cercano. Dado este paso hay que buscar el mejor momento para hablar con la familia.

Tal y como señala Antonio Ortega López, doctor en psicología especializado en la comunidad LGTBI, los padres no suelen ser las primeras personas a la que un adolescente habla de su orientación sexual. "Forman parte de esta sociedad homófoba, por lo que han interiorizado ideas negativas sobre la homosexualidad y esto lo saben los jóvenes", añade.

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La reacción de los amigos o de este entorno de confianza suele ser positiva y, generalmente, se espera una negativa dentro de la familia. Según Patricia Jurado, psicóloga y mediadora familiar especializada en colectivos LGTBI y minorías sociales, contárselo a un amigo "te prepara para el posible encontronazo con tus padres" y además "te reconforta y te hace ver que la homosexualidad no es algo malo ni perverso".

Para contarlo a la familia primero hay que estar preparado y tranquilo. Se puede optar por hacerlo en persona, hablarlo directamente solo o acompañado, o mediante por carta. Según Ortega, la opción escrita permite que los padres "tengan el tiempo necesario para poder asimilarlo y responder".

Busca un aliado

Si tienes hermanos o primos con los que tengas confianza te lo pueden poner mucho más fácil. Ortega recalca la importancia de apoyarse en "un hermano o familiar al cual se le ha contado previamente para que así pueda ayudar en la posible reacción de los padres".

En este punto coincide también Jurado, quien añade que esta persona que te acompaña "pueda rebatir los argumentos de los padres desde otro punto de vista, aunque sea heterosexual". De esta manera, puede ayudar tanto la asimilación de los padres de la noticia como servir de "apoyo emocional si la reacción es negativa".

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Ambos expertos recalcan la importancia de las asociaciones y el no tener vergüenza al acudir a colectivos como FELGTB o COGAM, que cuentan con profesionales que les puedan asesorar en la forma de hacerlo o servirles de apoyo si la respuesta no es buena.

Ante todo, calma

Mantener la calma y no autoinflingirse más daño es la recomendación principal de ambos expertos.

Ortega señala que hay que estar seguro de uno mismo y aconseja decirles algo como: "Si hay alguien que quiero más que a vosotros es a mí mismo y viendo la respuesta que estáis teniendo prefiero dejaros que lo asimiléis con tranquilidad pero yo no me merezco esta reacción". "No es tu culpa, tú no has hecho nada que pueda provocar tristeza o decepción. Simplemente estás siendo tú, estás siendo honesto contigo mismo", recalca Ortega.

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Jurado enfatiza en la importancia de dejarles " un tiempo para asimilarlo" y estar preparado para posibles malas reacciones. "Por ejemplo, si eres menor y dependes económicamente de tus padres y crees que esto va a poner en peligro tu estabilidad o que incluso pueden echarte de casa, búscate algún aliado en tu familia o amigos que te pueda acoger hasta que asimilen tu decisión", señala la psicóloga.

Prepárate para que se hagan las víctimas

En muchas ocasiones los padres pueden decir frases como "mira lo que nos has hecho", "qué va a pensar la gente" o "no has pensado en nosotros". La recomendación de Ortega ante esta situación es "no entrar en ese juego que solo busca que el adolescente se sienta culpable de algo que no tiene absolutamente nada de negativo".

El experto recomienda que lo mejor que puede hacer un joven en esta situación es no guardar rencor a sus progenitores y no entrar en el conflicto sino darles el tiempo necesario para que borren sus prejuicios. Además señala que salir del armario y aceptarse a uno mismo "es una de cosas más positivas que se pueden sentir", así como "querer vivir en libertad y sin esconderse".

Déjales un tiempo de duelo

Para asimilar este momento, como cualquier otro, lo mejor es dejarles tiempo. "De entrada lo que tienen que reconocer es que su familia ya sea diversa, no será como la tenían proyectada. Eso requiere un momento de luto para su proyecto. Les diría que se den tiempo y aprendan a vivir la nueva realidad", señala Pepa Nolla, madre de un hijo gay.

Inés Alonso, psicóloga y mediadora familiar con adolescentes de la Unión de Asociaciones Familiares (UNAF), coincide: "Cuando un hijo o hija sale del armario la familia suele necesitar un proceso de adaptación". Este varía en caso, según la familia y las sospechas previas que tuvieran.

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Dado que las familias "están socializadas en el heteropatriarcado", los padres suelen entrar en "un duelo por el hijo heterosexual que imaginaron tener" en el que puede surgir miedo, enfado o culpa, tanto consigo mismos por no haberlo detectado y prevenido, como con el hijo por no cumplir sus expectativas.

No dejes en su segundo lugar a tus abuelos

Para muchas personas del colectivo LGTBI contárselo a sus abuelos o familiares de avanzada edad es todo un reto, e incluso muchas veces se autoexcusan con "los va a matar", "ya lo saben no hace falta que se lo diga" o "para el tiempo que les queda voy a dejarlos vivir tranquilos". Ortega y Jurado coinciden en que estas afirmaciones son totalmente falsas y solo muestran "el nivel de homofobia que hay en la sociedad".

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"Muchas veces puedes llevarte una sorpresa y ver cómo tu abuela reacciona mejor que tu madre", señala Jurado, quien recalca que la concepción de que las personas mayores son más "cerradas de mente" que las jóvenes es totalmente erróneo. "Si se criaron en un entorno social complicado, muchas veces tienen un carácter más abierto o reivindicativo de lo que podríamos llegar a pensar", apunta.

BONUS TRACK: Padres, hablad de ello

Mostrar apoyo a vuestro hijo "disminuye mucho las consecuencias psicológicas negativas", detalla la psicóloga de UNAF, que alerta contra intentar que no se entere el resto de la familia y el círculo social.

Alonso recomienda buscar información para combatir los prejuicios y "entender que la homosexualidad no es una opción, no es modificable ni puede ser reorientada".

En segundo lugar, deben "comprender a nivel emocional lo que tanto sus hijos como ellos están sintiendo para superar los prejuicios que van más allá de lo racional". Los bisexuales lo tienen más difícil porque la ambigüedad permite a algunos padres aferrarse a la idea de que es 'una fase'.

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"La mejor opción es ofrecer un espacio de comunicación emocional en el que poder hablar sobre el tema y que todos puedan preguntar dudas e inquietudes. También sería positivo preguntar al hijo/a si quiere que se lo cuenten juntos al resto de la familia o si prefiere hacerlo solo/a", apunta Alonso.

También es bueno poder hablar de ello con otros padres que hayan pasado por lo mismo. A sus 69 años, Nolla es presidenta de honor de la Asociación de Madres y Padres de Gays, Lesbianas, Transexuales y Bisexuales (AMPGYL), entidad que trata de ayudar a "vivir con ilusión" la nueva situación familiar.

Nolla señala que es importante que los padres se esfuercen por comprender "el difícil proceso de autoaceptación por el que ha tenido que pasar su hijo/a en soledad". Alonso concuerda en que hay que reconocer "el paso que ha dado", ya que "requiere de muchos recursos psicológicos" hacerlo. "Si te cuenta su orientación sexual es que tiene esos recursos y necesita tu aprobación, como cualquier hijo o hija. ¡Agradéceselo!", anima.

En cualquier caso, Nolla señala que los padres no deben "aceptar", deben "aprender a compartir la vida social y afectiva" de sus hijos. Alonso matiza que es importante que reflexionen, aceptarles, acogerles y respetarles de manera auténtica".