Una espía rusa trabajó en la embajada de EEUU en Moscú durante una década

Una espía rusa trabajó en la embajada de EEUU en Moscú durante una década

Tenía acceso a los sistemas de intranet y correo electrónico del Servicio Secreto, incluyendo las agendas del presidente y el vicepresidente de Estados Unidos.

Uno de los edificios de la embajada de EEUU en Moscú.Sergei Petrov via Getty Images

De película: una supuesta espía rusa trabajó en la embajada de Estados Unidos en Moscú durante una década, antes de ser despedida silenciosamente el año pasado. Lo acaba de desvelar el diario británico The Guardian.

La mujer, de nacionalidad rusa, fue contratada por el Servicio Secreto y estaba bajo sospecha después de un chequeo de seguridad rutinario por parte del Departamento de Estado, según fuentes consultadas por el citado rotativo, cuya información ha sido ratificada también por la cadena estadounidense CNN.

Dicha investigación descubrió que la espía tenía reuniones periódicas no autorizadas con miembros de la principal agencia de inteligencia rusa, la FSB, sucesora de la famosa KGB soviética.

"Suponemos que todos ellos están hablando con el FSB, pero ella les estaba dando mucha más información de la que debería tener", dijo un funcionario a CNN.

La mujer tenía acceso a los sistemas de intranet y correo electrónico del Servicio Secreto, según los informes, lo que le daba una ventana excepcional a datos potencialmente sensibles, incluyendo las agendas del presidente y vicepresidente de Estados Unidos. De todas maneras, la mujer "no tenía acceso a información altamente clasificada", ha querido tranquilizar una fuente citada por la misma cadena.

The Guardian añadió que el Servicio Secreto intentó contener esta situación embarazosa dejando ir a la funcionaria cuando Rusia ordenó la expulsión de 750 miembros de la embajada estadounidense durante la disputa diplomática generada por las acusaciones de interferencia de Moscú en las elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos, las que acabó ganando Donald Trump.

No ha habido declaraciones oficiales ni de los servicios secretos de EEUU ni de los de Rusia ante estas informaciones, que evidencian un sensible agujero de seguridad.

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