Queda impactado con lo "buena" que está su cita de 'First Dates' pero lo echa todo a perder con su patriotismo

Queda impactado con lo "buena" que está su cita de 'First Dates' pero lo echa todo a perder con su patriotismo

"Estaba intimidado por mí"

"Uffff, está tó buena". Fran, un militar de Tarragona de 31 años muy español y mucho español (que diría el expresidente Rajoy), quedó impactado, impresionado e intimidado por la belleza de su cita de First Dates, una gerundense de 28 años llamada Elisabeth.

El chico buscaba a una "choni vistiendo", que fuese "guerrera, con carácter" y que le pusiese en su sitio: "Que me dé caña", especificaba.

Y la "dulce" Elisabeth, que así se definió la chica en un momento dado, parecía cumplir todos su patrones: "Tengo mucho carácter y cuando me cabreo mejor que te quites de en medio. Para enamorarme tiene que ser pesado, celoso, dominante conmigo", afirmó la chica así, como tarjeta de presentación.

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"¡Vaya piercing más chulo!", fue lo primero que le soltó el militar a su cita, absolutamente impresionado por el físico de la joven: "Cuando me la ha presentado Carlos he pensado 'está tó buena, pero bien'", ha reconocido el chaval, que entre balbuceos acertaba a decir "jolín, muy guapa, ¿eh?".

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La chica, encantada de la vida por la impresión causada, agradecía las palabras de su compañero de mesa.

Entonces, llegó el momento de hablar de trabajo, momento en el que Fran le explicó a Elisabeth que era militar y en el que comenzó a explicar lo patriota que era... para ya no parar de decirlo en toda la noche:

- Elisabeth. ¿Y tú trabajas?

- Fran. Sí, funcionario.

- Elisabeth. ¿Dónde?

- Fran. Soy militar.

De primeras, a Elisabeth le encantaba la idea de que su cita fuera militar: "Que sea militar dice bastante de él. Me gusta. Es un hombre valiente", explicaba ante la cámara Elisabeth, antes de explicarle a su cita que ella no había opositado para sargento, "pero a veces soy sargento".

Sin embargo, el tema del patriotismo (excesivo) empezó a resultarle cargante bien prontito:

- Fran. Soy muy patriota y me gusta ver España. He visto toda España menos Melilla. ¿Tú también o eres del otro bando?

- Elisabeth (frunce el ceño). ¿Qué otro bando?

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Ante la cámara, el chaval explicaba que no se quería ni plantear que su cita pudiera ser independentista: " No creo que lo sea. Me destrozaría la vida", reconocía.

Hasta el tema de la música que les gustaba le servía a Fran para reiterar lo patriota que era:

- Fran. ¿Y de música? A mí me gusta Camarón, es mi ídolo.

- Elisabeth. Ah, a mi también me gusta.

- Fran. ¿Sí? Pues en Gerona es raro, porque allí son mucho de la sárdana y esas cosas.

- Elisabeth. (Mirada de odio de la chica) Hay de todo. Hay que saber buscar bien.

Incluso cuando pidieron unos chupitos, Fran encontró la excusa para volver a destacar lo patriota que era:

- Fran. Los chupitos son amarillos. Me quería hacer la bandera de España. Soy muy español.

"Yo también soy española pero no hace falta que lo digas tantas veces. Hay cosas más importantes", explicaba con cierta indignación Elisabeth.

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Además de lo patriota que era, Fran también hizo hincapié en lo mucho, lo muchísimo, que le había gustado Elisabeth físicamente:

- Fran. Cuando me miras me pongo malo porque me gustas. Cuidarte te cuidas, eso está claro.

- Elisabeth. Es genética.

- Fran. Estás tó buena.

- Elisabeth. Utiliza otra frase que no sea tan común.

- Fran. Eres muy guapa y me has gustado, la verdad. Como eres.

- Elisabeth. Come

- Fran. Es que me tienes distraído.

"Él piensa de mí que ha triunfado. Me miraba que parecía que me quería comer. Me habría gustado más carácter en todo él. Estaba intimidado por mí", aseguraba ante la cámara la chica.

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La sentencia final no se salió de lo previsible. El chico reconoció que había faltado chispa, pero Elisabeth le gustaba tanto que quería una segunda cita. "Yo sí he visto que ha faltado chispa, feeling, pero no pasa nada".

Pero Elisabeth, "sintiéndolo mucho", dio unas calabazas del tamaño de Girona al chaval, a quien como mucho quería como amigo.

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