La historia tras la foto viral de la policía amamantando a un bebé en un hospital argentino

La historia tras la foto viral de la policía amamantando a un bebé en un hospital argentino

"La acerqué a mi teta y después no me quería soltar".

Marcos Heredia

Celeste Ayala era una oficial de Policía más hasta que el pasado miércoles 15 de agosto su compañero Carlos Heredia decidió compartir en Facebook una foto suya tomada en acto de servicio. La imagen, en la que se le ve amamantado a un bebé desconocido en un hospital de Berisso (Argentina), tardó sólo unos días en dar la vuelta al mundo. Desde entonces más de 110.000 personas la han compartido y acumula más de 150.000 reacciones.

"Por un momento cumpliste como si fueras su madre, no te importó LA MUGRE Y EL OLOR", escribe a su compañera, de la que destaca su "gran gesto de amor", que la ha hecho viral y que le ha valido un ascenso. El viernes 17 de agosto fue promocionada a sargento, como ella misma contó en el programa de televisión La Noche de Mirtha.

Ayala acudió al show argentino el sábado 18 de agosto para narrar en primera persona la historia. "Ellos ingresaron al hospital con las asistentes sociales de Berisso, donde vivo. Se los habían sacado a los padres por tenerlos en estado de abandono. Los nenes estaban muy mal: desnutridos, tenían sarna", contó al empezar su intervención.

La pequeña, de seis meses, llegó al Hospital de Niños de la Plata junto a sus cinco hermanos después de que los asistentes sociales tuviesen que quitárselos a los padres, desocupados y con problemas de adicción.

Escuchamos que lloraba el bebé. Entonces nos acercamos y dije a una chica de Asistencia Social: 'Me parece que esa criatura tiene hambre'.

"Cuando volvíamos de la segunda recorrida, porque nos retiramos para que los atendiesen los médicos, escuchamos que lloraba el bebé. Entonces nos acercamos y dije a una chica de Asistencia Social: 'Me parece que esa criatura tiene hambre'. Le estaban dado una masita, la bebé se ponía los dedos en la boca. Le dije que si quería le daba la teta, porque tengo una nena de un año y cuatro meses. Y me dijo que sí. La acerqué a mi teta y después no me quería soltar", añadió.

Ayala, que asegura que el instinto maternal le ayudó a ver rápidamente lo que tenía el niño, explicó que después se enteró de que el bebé sufría desnutrición. "Pensé: 'Hace cuánto que no come'. Y también me acariciaba, necesitaba que lo 'apapachase' un ratito", añadió sobre la niña, a la que desde entonces visita a diario.

"Vamos todos los días a ver a los nenes", contó sobre los seis hermanos, que viven divididos entre un hogar de acogida y el hospital, donde están internados el mayor, el mediano y el pequeño. "Nos ven como héroes. Vamos, los saludamos y los abrazamos", contó sobre los niños, que los servicios sociales quieren que vuelvan pronto con sus padres. "El de 9 años, el mayor, entiende todo y sufre un montón", aclaró.