La generación de los actores libres

La generación de los actores libres

Saben ver cosas que el resto no y hacer algo productivo con ello.

Gtres

Son jóvenes, tienen talento y saben ver algo que el resto no. Directores o actores como Los Javis o Anna Castillo representan a una generación libre que tiene en sus manos romper barreras y acabar con los prejuicios que nos dividen en función de qué tipo de televisión vemos, qué películas consumimos o qué libros leemos.

De eso hablaba Alfonso Bassave este martes en la presentación de la segunda temporada de Estoy vivo (TVE) en el FesTVal, en la que también estaban Javier Gutiérrez, Alejo Sauras, Anna Castillo y Cristina Plazas. Una vez terminada la presentación y en una entrevista con varios medios de comunicación, el actor se ha referido a su compañera Castillo como una de las profesionales que conforma "una generación de actores muy libres" de la que él asegura no formar parte.

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En un principio, el madrileño no tenía muy claro ni siquiera a qué se refería exactamente con eso de "libres", pero se lo ha replanteado y ha sabido encontrarle una explicación sobre la marcha. "Veo a Anna Castillo y a Los Javis y veo que es gente que ha crecido influenciada por muchas cosas, en el cine y la televisión", ha planteado.

El actor ha concretado un poco más. Bassave sigue a Javier Ambrossi en Instagram y a través de sus stories comprueba que el director es tan capaz de leer un libro de Nietzsche como de comentar y disfrutar de Gran Hermano. Quizás porque él y otros de su generación han madurado cuando ya existían las redes sociales o porque crecieron con formatos de televisión que escapan de las buenas críticas. "Por un montón de historias, han crecido con otras cosas diferentes a nosotros", ha explicado.

Bassave es un actor joven —tiene 38 años—, aunque parece que entre la suya y esa otra generación de los 20 a los 35 años —como Los Javis (27 y 34 años) y Anna Castillo (24)— existe un punto de inflexión.

"Nosotros teníamos más compartimentado el cine. Yo lo sigo teniendo. No me interesan los realities y los sigo juzgando", ha confesado. De hecho ha puesto el ejemplo de Sálvame (Telecinco), un programa que no le interesa y que juzga "negativamente" porque no cree que "haga bien a la gente": "Los Javis no. Ellos lo ven. Saben ver algo que yo no veo y hacen algo creativo y productivo con ello". Eso precisamente es lo que les da la libertad que la generación del actor de Estoy vivo (en general) no tiene, la misma que les ha permitido como creadores hacer series como Paquita Salas, ha reconocido. Porque tienen desparpajo y poca vergüenza, en el mejor de los sentidos, en cosas que él, quizás, ha tenido que "trabajar mucho como actor".

No es la primera ni la última persona que opina así de un programa como Sálvame. El problema llega cuando otros muchos opinan así también de la gente que lo ve (algo que no ha hecho el actor en ningún momento, que quede claro). De hecho, hay un juicio muy generalizado de que la audiencia de este tipo de contenidos es incapaz de leer un libro que no firme E. L. James. Los dos son entretenimiento en formatos diferentes, pero no excluyentes. Ser espectador de realities te convierte, automáticamente, en un ignorante para muchos.

Ahora, con casi 40 años, a Bassave le da igual hacer el ridículo, mientras que ellos, con 20 o 25, "lo tienen incorporado y lo ven como normal, y se pasan por el forro el qué dirán", ha explicado. Y aunque él siga viendo esa línea que marca la diferencia entre una generación y otra, también se puede nutrir de ello: "Es muy bonito de ver. Es estimulante". Al final, ha acabado teniendo claro a qué se refería con lo de una generación libre. La veteranía es un grado, pero seguramente es la juventud la que ha permitido a esta generación vivir sin esos prejuicios con los que cargan otras menos libres.